– Entonces ?vas a dejarlo?

– No, yo no he dicho eso. Pero no es una prioridad. Se lo he dejado a mi companero. Ha hecho unas llamadas. Veremos que es lo que saca de los distribuidores, lo evaluaremos y decidiremos por donde seguir.

McCaleb asintio. Establecer prioridades en las lineas de investigacion e incluso entre unas investigaciones y otras era un mal necesario, aunque no por eso dejaba de molestarle. Estaba seguro de que la lechuza era clave y que todo lo que supieran de ella resultaria util.

– Bueno, ?entonces estamos listos? -pregunto ella.

– ?Para manana? Si, esta todo.

– Te vemos a las tres.

– ?Vemos?

– Kart y yo. Es mi companero. Todavia no lo conoces.

– Eh, oye, podriamos quedar solos manana. No tengo nada contra tu companero, pero me gustaria hablar a solas contigo manana, Jaye.

Se produjo un momento de silencio antes de que ella respondiera.

– Terry, ?que te pasa?

– Nada. Solo quiero hablar contigo de esto. Tu me metiste y quiero darte lo que tengo. Si despues quieres traer a tu companero, adelante. Me parece bien.

Se produjo otra pausa.

– Hay algo en todo esto que no me gusta, Terry.

– Lo siento, pero es asi como yo lo quiero. Creo que tienes que tomarlo o dejarlo.

Su ultimatum la dejo en silencio mas tiempo todavia. McCaleb aguardo.

– De acuerdo, tio -dijo ella al final-. Acepto tus condiciones.

– Gracias, Jaye. Nos vemos entonces.

Ambos colgaron. McCaleb miro el viejo archivador que habia sacado y que todavia tenia en la mano. Dejo el telefono en la mesita, se recosto en el sofa y abrio el archivador.

14

Al principio la llamaron «la nina perdida», porque la victima no tenia nombre. La joven tendria unos catorce o quince anos. Era latina -probablemente mexicana- y su cuerpo fue hallado entre los arbustos y los desperdicios, debajo de uno de los miradores de Mulholland Drive. El caso se lo habian asignado a Bosch y a su companero de entonces, Frankie Sheehan. Fue antes de que Bosch trabajara en homicidios en la Division de Hollywood. El y Sheehan formaban un equipo de Robos y Homicidios y habia sido Bosch quien habia contactado con McCaleb en el FBI. Terry McCaleb acababa de regresar a Los Angeles desde Quantico y estaba estableciendo una oficina de la Unidad de Ciencias del Comportamiento y el Programa de Detencion de Criminales Violentos. El caso de la nina perdida fue uno de los primeros que le llegaron.

Bosch acudio a el, llevando el expediente y unas fotos de la escena del crimen a su pequena oficina de la decimotercera planta del edificio federal, en Westwood. Se presento sin Sheehan, porque los dos companeros no se habian puesto de acuerdo en la necesidad de solicitar la participacion del FBI en el caso: la tipica rivalidad entre cuerpos de seguridad. Pero todo eso a Bosch le importaba bien poco. A el solo le preocupaba la investigacion. El caso estaba haciendo mella en el y la angustia se reflejaba en sus ojos.

El cuerpo habia sido hallado desnudo y violado de multiples maneras. La nina habia sido estrangulada por las manos enguantadas del asesino. No se encontro ninguna prenda de ropa ni ningun bolso en la colina. Las huellas dactilares no coincidieron con ningun registro del ordenador. La nina no coincidia con ninguna descripcion de personas desaparecidas ni en el condado de Los Angeles ni en los sistemas informatizados de escala nacional. Un dibujo del rostro de la victima aparecio en las noticias de la tele y en los periodicos, pero ningun familiar respondio. Los dibujos enviados a quinientos departamentos de policia de todo el suroeste y a la policia judicial de Mexico tampoco sirvieron de nada. La victima siguio sin ser reclamada ni identificada y su cadaver permanecio en el refrigerador del forense mientras Bosch y su companero trabajaban en el caso.

No se encontraron pruebas fisicas en el cadaver. Ademas de haber sido abandonada desnuda y sin ningun objeto que sirviera para identificarla, al parecer habian lavado a la victima con un jabon industrial antes de arrojarla por la noche cerca de Mulholland.

Solo habia una pista en el cadaver. Una marca en la piel de la cadera izquierda. La lividez post mortem indicaba que la sangre del cuerpo se habia asentado en la parte izquierda, lo cual significaba que el cadaver habia yacido sobre ese lado en el tiempo transcurrido entre que el corazon se detuvo y el cuerpo fue arrojado colina abajo, donde termino descansando boca abajo sobre una pila de latas de cerveza y botellas vacias de tequila. La prueba revelaba que durante el tiempo en que la sangre se asentaba, el cuerpo estuvo apoyado sobre un objeto que dejo la marca en la cadera. La impresion consistia en el numero 1, la letra J y parte de una tercera letra que podia ser el palo izquierdo de una H, una K o una L. Se trataba de parte de una matricula.

La hipotesis de Bosch era que el asesino de la chica sin nombre habia ocultado el cadaver en el maletero de un vehiculo hasta que llego el momento de deshacerse de el. Despues de limpiar cuidadosamente el cadaver, el asesino lo habia puesto en el maletero de su coche, y sin darse cuenta habia quedado sobre una placa de matricula que tambien habia sido sacada del coche y guardada en el maletero. Bosch pensaba que la matricula habia sido sacada y probablemente reemplazada por una falsa como medida adicional de segundad que ayudaria al asesino a no ser detectado si alguien que pasara por el mirador de Mulholland lo veia.

Aunque La huella de la placa de matricula no aclaraba a que estado pertenecia el vehiculo, Bosch decidio trabajar con porcentajes. Del departamento de trafico obtuvo una lista de todos los coches registrados en el condado de Los Angeles que tenian una placa que comenzaba por 1JH, 1JK y 1JL. La lista contenia los nombres de mas de tres mil propietarios. El y su companero eliminaron al cuarenta por ciento descontando a las mujeres. El resto de los nombres fueron procesados lentamente en el ordenador del indice Nacional de Delitos y los detectives obtuvieron una lista de cuarenta y seis hombres con antecedentes de todo tipo.

Fue en este punto que Bosch decidio acudir a McCaleb. Queria un perfil del asesino. Necesitaba saber si el y Sheehan iban por buen camino al sospechar que el asesino tenia un historial delictivo, y queria saber como abordar y evaluar a los cuarenta y seis hombres de la lista.

McCaleb estudio el caso durante casi una semana. Miraba cada una de las fotos de la escena del crimen dos veces al dia -era lo primero que hacia por la manana y lo ultimo que hacia por la noche- y tambien estudiaba los informes con frecuencia. Al final le dijo a Bosch que pensaba que el y su companero iban bien encaminados. Utilizando datos acumulados en cientos de crimenes similares analizados por el programa PDCV, logro trazar el perfil de un hombre de casi treinta anos, con un historial de haber cometido delitos cada vez mas graves, incluidos los de naturaleza sexual. La escena del crimen sugeria el trabajo de un exhibicionista, un asesino que deseaba que su crimen se hiciera publico y que causara pavor en la poblacion. En consecuencia, la eleccion del lugar en el que habia sido abandonado el cadaver se habia hecho por estas razones y no por razones de conveniencia.

Al comparar el perfil con la lista de cuarenta y seis nombres, Bosch restringio las posibilidades a dos sospechosos: el encargado de mantenimiento de un edificio de oficinas de Woodland Hills, que tenia antecedentes por haber provocado un incendio y por indecencia publica, y un constructor de escenarios que trabajaba en un estudio de Burbank y que habia sido detenido por el intento de violacion de una vecina cuando era adolescente. Ambos hombres estaban cerca de la treintena.

Bosch y Sheehan se inclinaban por el encargado de mantenimiento, porque tenia acceso a limpiadores industriales como el que se habia utilizado para lavar el cuerpo de la victima. Sin embargo, McCaleb preferia como sospechoso al constructor de escenarios, porque el intento de violacion de la vecina en su juventud indicaba una accion impulsiva mas acorde con el perfil del perpetrador del crimen que les ocupaba.

Bosch y Sheehan decidieron entrevistar de manera informal a ambos individuos e invitaron a McCaleb a que les acompanara. El agente del FBI insistio en la necesidad de abordar a los hombres en sus propios domicilios, para que el tuviera la oportunidad de estudiarlos en su entorno y pudiese buscar pistas entre sus pertenencias.

Empezaron por el constructor de escenarios. Su nombre era Victor Seguin. Parecio sobresaltado al ver a los tres hombres en la puerta y por la explicacion que dio Bosch de su visita. No obstante, los invito a entrar. Mientras Bosch y Sheehan planteaban preguntas con tranquilidad, McCaleb se sento en un sofa y examino los muebles

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