son los hechos y lo que se esforzaran por probar en el curso del juicio. Ustedes no deben considerar que estas afirmaciones son hechos probados. Eso vendra despues. De manera que escuchen con atencion, pero mantengan una actitud abierta, porque aun queda mucho por ver. Ahora vamos a empezar con la acusacion y, como siempre, daremos al acusado la ultima palabra. Senor Kretzler, puede empezar.
El fiscal se levanto y se acerco al atril situado entre las dos mesas de letrados. Saludo al jurado con la cabeza y se presento como Roger Kretzler, ayudante del fiscal del distrito asignado a la seccion de crimenes especiales. Era un hombre alto y demacrado, con una barba rojiza bajo un pelo negro corto y gafas sin montura. Tenia al menos cuarenta y cinco anos. A Bosch no le parecia particularmente agradable, aunque si muy capaz en su trabajo. Y el hecho de que siguiera en la trinchera, ejerciendo de fiscal cuando otros de su edad ya habian abandonado en busca del mundo mejor pagado de la defensa de empresa o criminal, lo hacia mas admirable. Bosch sospechaba que carecia de vida privada. En las noches anteriores al juicio, siempre que habia surgido una pregunta y lo habian llamado al busca, el numero de origen siempre era el de la oficina de Kretzler, sin importar la hora que fuera.
Kretzler presento a su ayudante, Janis Langwiser, tambien de la unidad de crimenes especiales, y al investigador encargado del caso, el detective de tercer grado Harry Bosch.
– Voy a tratar de que esto sea breve y sencillo, para poder empezar lo antes posible con los hechos, como el juez Houghton ha senalado acertadamente. Senoras y senores, el caso que se va a juzgar en esta sala cuenta, ciertamente, con la ceremonia de la fama. Tiene la categoria de evento. Si, el acusado, David N. Storey, es un hombre que goza de poder y posicion en esta comunidad, en esta epoca regida por la fama en la que vivimos. Pero, si se olvidan del boato y el oropel del poder y nos fijamos en los hechos (que es lo que prometo que haremos en los proximos dias), lo que tienen aqui es algo tan basico como demasiado habitual en nuestra sociedad. Un simple caso de asesinato.
Kretzler hizo una pausa para causar efecto. Bosch miro al jurado y vio que todas las miradas estaban en los ojos del fiscal.
– El hombre que ven sentado en el banquillo de los acusados, David N. Storey, salio con una mujer de veintitres anos llamada Jody Krementz en la noche del pasado doce de octubre. Y despues de una velada que incluyo la premier de su ultima pelicula y una recepcion, se la llevo a su casa de las colinas de Hollywood donde practicaron sexo consentido. No creo que la defensa objete ninguno de estos hechos. No estamos aqui para eso. Fue lo que ocurrio durante o despues del acto sexual lo que nos ha traido hasta aqui hoy. En la manana del trece de octubre, el cadaver de Jody Krementz fue hallado estrangulado en su propia cama, en la pequena casa que compartia con otra actriz.
Kretzler paso una pagina del bloc que tenia ante el en el atril, a pesar de que Bosch, y probablemente todo el mundo, tenia muy claro que habia memorizado y ensayado su exposicion.
– En el curso de este juicio, el estado de California probara mas alla de toda duda razonable que fue David N. Storey quien acabo con la vida de Jody Krementz en un momento de brutal furia sexual. Entonces llevo o hizo que llevaran el cadaver al domicilio de la victima y coloco el cuerpo de manera que la muerte pudiera parecer accidental. Y despues, utilizo su poder y posicion para tratar de frustrar la investigacion del crimen por parte de la policia de Los Angeles. El senor Storey, que como veran tiene un historial de comportamiento abusivo con las mujeres, estaba tan seguro de salir impune del crimen que en un momento de…
Kretzler eligio este punto para mirar con desden al banco del acusado. Storey miro de frente, sin pestanear y el fiscal finalmente se volvio hacia el jurado.
– … digamos franqueza, se vanaglorio ante el investigador del caso, el detective Bosch, de que haria justamente eso, salir libre de su crimen.
Kretzler se aclaro la garganta, una senal de que estaba a punto de concluir.
– Estamos aqui, senoras y senores del jurado, para encontrar justicia para Jody Krementz. Para poner nuestro empeno en que su asesino no escape impune de este crimen. El estado de California pide, y yo personalmente solicito, que escuchen con atencion durante el juicio y que sopesen las pruebas de manera justa. Si lo hacen, podemos estar seguros de que se hara justicia. Para Jody Krementz y para todos nosotros.
Cogio el bloc del estrado y se volvio para regresar a su asiento. Pero luego se detuvo, como si acabara de ocurrirsele otra cosa. Bosch supo que se trataba de un movimiento bien ensayado. Penso que el jurado tambien lo veria de ese modo.
– Estaba pensando que todos sabemos que cuestionar al Departamento de Policia de Los Angeles en estos casos de altos vuelos ha sido una costumbre en nuestra historia reciente. Si no te gusta el mensaje, entonces usa todos los medios para matar al mensajero. Este es el truco favorito de la defensa. Quiero que todos ustedes se prometan permanecer vigilantes y mantener la atencion en el objetivo, que no es otro que la verdad y la justicia. No se dejen enganar. No se dejen despistar. Confien en la verdad y encontraran el camino.
El fiscal se acerco a su sitio y se sento. Bosch vio que Langwiser se acercaba y agarraba el antebrazo de Kretzler en un gesto de felicitacion. Esto tambien estaba ensayado.
El juez dijo a los miembros del jurado que debido a la brevedad de la exposicion de la acusacion, se procederia con la exposicion de la defensa sin mas dilacion. No obstante, la pausa no tardo en producirse de todos modos cuando Fowkkes se levanto, se acerco al estrado y dedico incluso menos tiempo que Kretzler en dirigirse al jurado.
– Ustedes ya conocen, damas y caballeros, toda esa charla sobre matar al mensajero, no matar al mensajero, bueno, les dire algo sobre eso. Esas bonitas palabras del senor Kretzler al final de su exposicion, bueno, permitanme que les diga que es algo que repiten todos los fiscales de este edificio al inicio de un juicio. Me refiero a que seguramente lo llevan impreso en tarjetas que llevan en la billetera.
Kretzler se levanto y protesto por lo que el califico de «exageracion absurda». Houghton amonesto a Fowkkes, pero luego aconsejo al fiscal que hiciera un mejor uso de sus objeciones. Fowkkes continuo rapidamente.
– Si me he excedido lo lamento. Se que es un tema delicado para los fiscales y la policia. Sin embargo, lo unico que estoy diciendo, amigos, es que donde hay humo suele haber fuego. Y en el curso de este juicio vamos a tratar de abrirnos paso entre el humo. Puede que encontremos fuego y puede que no, pero de lo que estoy seguro es que llegaremos a la conclusion de que este hombre… -Se volvio y senalo a su cliente-. Este hombre, David N. Storey, es sin ninguna sombra de duda no culpable del crimen que se le imputa. Si, es un hombre de poder y posicion, pero recuerden que eso no es un crimen. Si, conoce a unos cuantos famosos, pero la ultima vez que lei la revista
Despues de que Fowkkes saludara con la cabeza al jurado y se sentara, el juez Houghton anuncio que el juicio se interrumpia para un almuerzo temprano antes de que los testimonios empezaran por la tarde.
Bosch vio que los miembros del jurado desfilaban por la puerta contigua a la tribuna. Algunos miraban por encima del hombro a la sala. El ultimo miembro del jurado, una mujer negra de unos cincuenta anos miro directamente a Bosch. El bajo la mirada e inmediatamente se arrepintio de haberlo hecho. Cuando volvio a mirar, ella ya se habia ido.
16
McCaleb apago la television cuando el juicio se interrumpio para el almuerzo. No queria escuchar los analisis de los comentaristas. Penso que el punto ganador se lo habia anotado la defensa. Fowkkes habia hecho un buen movimiento al comunicar al jurado que el tambien consideraba ofensiva la vida privada y las costumbres de su cliente. Estaba diciendoles que si el podia soportarlo, ellos tambien. Les estaba recordando que lo que se juzgaba era haber acabado con una vida, no como uno la vivia.
McCaleb volvio a concentrarse en la preparacion de su reunion de esa tarde con Jaye Winston. Habia vuelto al barco despues de desayunar y habia recogido los archivos y los libros. En ese momento, con unas tijeras y un poco de cinta adhesiva, estaba ultimando una presentacion con la cual esperaba no solo impresionar a Winston, sino tambien convencerla de algo que a el mismo le estaba costando mucho trabajo creer. En cierto modo, preparar la presentacion era un ensayo general para organizar el caso. En ese sentido, a McCaleb le parecia muy util el tiempo