bien aqui?

McCaleb lo miro.

– No, por eso me gusta venir.

Twilley levanto la vista del menu y sonrio.

– Ya se, era una pregunta estupida. -Miro de nuevo el menu y despues a McCaleb-. ?Sabes? He oido hablar mucho de ti, McCaleb. Eres una jodida leyenda en la oficina de campo. No por el corazon, sino por los casos. Me alegro de conocerte al fin.

McCaleb miro a Winston con cara de no saber que demonios estaba ocurriendo.

– Terry, Marc y Don son de la seccion de derechos civiles.

– ?Si? Genial. ?Y habeis venido desde la oficina para conocer a la leyenda viva y probar la comida cubana o hay algo mas?

– Eh… -empezo Twilley.

– Terry, la mierda ha empezado a salpicar -dijo Winston-. Un periodista ha llamado a mi capitan esta manana para preguntar si estabamos investigando a Harry Bosch como sospechoso en el caso Gunn.

McCaleb se reclino en su asiento, impactado por la noticia. Estaba a punto de responder cuando se acerco el camarero.

– Denos un par de minutos -dijo Twilley al camarero con brusquedad, haciendo un gesto para que se marchara que molesto a McCaleb.

Winston continuo.

– Terry, antes de seguir adelante, tengo que preguntarte algo. ?Has sido tu el que ha filtrado esto?

McCaleb nego con la cabeza con cara de asco.

– ?Estas de broma, Jaye? ?Tu me estas preguntando esto a mi?

– Mira, lo unico que se es que no ha partido de mi. Y yo no se lo dije a nadie, ni al capitan Hitchens, ni siquiera a mi propio companero, menos aun a un periodista.

– Bueno, pues no fui yo. Gracias por la pregunta.

McCaleb miro a Twilley y luego otra vez a Winston. Le molestaba profundamente discutir con Jaye delante de ellos.

– ?Que estan haciendo ellos aqui? -pregunto. Luego, mirando a Twilley otra vez, agrego-: ? Que quereis?

– Van a asumir el caso, Terry -respondio Winston-. Y tu estas fuera.

McCaleb volvio a mirar a Winston. Abrio un poco la boca antes de darse cuenta de la cara que estaba poniendo y volvio a cerrarla.

– ?De que estas hablando? ?Que estoy fuera? Yo soy el unico que esta dentro. He estado trabajando en esto como…

– Ya lo se, Terry. Pero ahora las cosas son distintas. Despues de que el periodista llamo a Hitchens tuve que contarle lo que estaba pasando, lo que estabamos haciendo. Le dio un sincope, y cuando se recupero decidio que la mejor manera de manejarlo era llevar el caso al FBI.

– La seccion de derechos civiles, Terry -dijo Twilley-. Investigar a polis es el pan nuestro de cada dia. Podremos…

– Vete a la mierda, Twilley. No me vengas a mi con ese rollo. Yo estaba en el club, ?te acuerdas? Se como va la cosa. Vosotros llegais, os aprovechais de lo que he descubierto y paseais a Bosch delante de las camaras de camino a la carcel.

– ?De eso se trata? -dijo Friedman-. ?De llevarse los honores?

– No has de preocuparte por eso, Terry -dijo Twilley-. Podemos ponerte a ti delante de las camaras si eso es lo que quieres.

– No es eso lo que quiero. Y no me llames Terry. No tienes ni puta idea de quien soy. -Bajo la mirada y sacudio la cabeza-. Joder, tenia ganas de volver a este sitio y ahora se me ha ido el hambre.

– Terry… -dijo Winston, pero no continuo.

– ?Que, vas a decirme que esto esta bien?

– No. No esta ni bien ni mal. Es como es. Ahora la investigacion es oficial. Tu no eres oficial. Sabias desde el principio que podia ocurrir esto.

McCaleb asintio a su pesar. Clavo los codos en la mesa y hundio la cara entre sus manos.

– ?Quien era ese periodista?

Al ver que Winston no respondia, dejo caer las manos y la miro directamente.

– ?Quien?

– Un tipo llamado Jack McEvoy. Trabaja para el

New Times, un semanario gratuito al que le gusta tirar mierda.

– Ya se lo que es.

– ?Conoces a McEvoy? -pregunto Twilley.

El movil de McCaleb empezo a sonar. Estaba en el bolsillo de la chaqueta, que habia colgado en la silla. Se engancho en el bolsillo cuando trato de sacarlo. Se peleo con el aparato ansiosamente, porque supuso que era Graciela. Aparte de a Winston y a Buddy Lockridge solo le habia dado el numero a Brass Doran, de Quantico, y el asunto con ella ya se habia acabado.

Al final contesto despues del quinto timbrazo.

– Eh, agente McCaleb, soy Jack McEvoy del New Times. ?Tiene un par de minutos para hablar?

McCaleb miro a Twilley, al otro lado de la mesa, preguntandose si podia oir la voz del telefono.

– La verdad es que no. Estoy en medio de algo. ? Quien le ha dado este numero?

– En Informacion de Catalina. Llame al numero y contesto su mujer. Ella me dio su movil. ?Hay algun problema?

– No, no hay problema. Pero no puedo hablar ahora.

– ?Cuando podemos hablar? Es importante. Ha surgido algo de lo que me gustaria hablar…

– Vuelva a llamarme dentro de una hora.

McCaleb cerro el telefono y lo dejo en la mesa. Lo miro, temiendo que McEvoy volviera a llamarlo de inmediato. Los periodistas eran asi.

– Terry, ?ocurre algo?

McCaleb miro a Winston.

– No pasa nada. Es por mi excursion de manana. Querian saber como estaria el tiempo. -Miro a Twilley-. ?Que me habias preguntado?

– Si conoces a Jack McEvoy, el periodista que llamo al capitan Hitchens.

McCaleb hizo una pausa, mirando a Winston y luego otra vez a Twilley.

– Si, lo conozco. Tu sabes que lo conozco.

– Es cierto, por el caso del Poeta. Tuviste una parte en eso.

– Muy pequena.

– ?Cuando fue la ultima vez que hablaste con McEvoy?

– Bueno, eso debio de ser, veamos… eso tuvo que ser hace un par de dias.

Winston se puso visiblemente tensa. McCaleb la miro.

– Tranquilizate, Jaye, ?quieres? Me encontre a McEvoy en el juicio de Storey. Fui alli para hablar con Bosch. McEvoy lo esta cubriendo para el New Times y me saludo. No habia hablado con el desde hacia cinco anos. Y desde luego no le dije que estaba haciendo ni en que estaba trabajando. De hecho, cuando lo vi Bosch ni siquiera era sospechoso.

– Bueno, ?te vio el con Bosch?

– Seguro que si. Todos me vieron. Hay tanta prensa como con O. J. ?El menciono mi nombre al capitan?

– Si lo hizo, Hitchens no me lo dijo.

– Bueno, entonces, si no fuiste tu ni fui yo, ?de donde mas pudo venir la filtracion?

– Eso es lo que te estamos preguntando -dijo Twilley-. Antes de meternos en el caso queremos conocer el terreno y saber quien esta hablando con quien.

McCaleb no contesto. Empezaba a sentir claustrofobia. Entre la conversacion y tener a Twilley delante y la gente de pie en el pequeno restaurante esperando mesa, estaba empezando a sentir que le faltaba el aire.

– ?Que me dices de ese bar al que fuiste anoche? -pregunto Friedman.

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