Este caso es una invitacion a ser fiscal del ano.
Prince coloco en la mesa un maletin delgado y deslizo en el su bloc. No habia escrito ni una sola palabra.
– Gracias por su tiempo -dijo-. Creo que lo que vamos a hacer es solicitar una vista de fianza y partir de ahi.
Retiro la silla y se levanto.
Tafero alzo lentamente la cabeza y miro a Winston, con los ojos muy enrojecidos a consecuencia de la hemorragia nasal.
– Fue idea suya hacer que pareciera un cuadro -dijo-. Fue idea de David Storey.
Hubo un momento de silencio a causa del asombro y entonces el abogado defensor se sento pesadamente y cerro los ojos como si le acabaran de golpear.
– Senor Tafero -dijo Prince-. Le aconsejo firmemente que…
– Callate -bramo Tafero-. Capullo, no eres tu el que se enfrenta a la aguja.
Miro a Winston.
– Aceptare el trato, siempre y cuando no me acusen de la muerte de mi hermano.
Winston asintio.
Tafero se volvio hacia Short, levanto el indice y espero. Ella asintio.
– Trato hecho -dijo.
– Una cosa -dijo Winston con rapidez-. No vamos a aceptar tu palabra contra la suya, ?Que mas tienes?
Tafero la miro y una debil sonrisa asomo a su rostro.
En la sala exterior, Bosch se acerco mas al cristal. McCaleb vio su reflejo con mayor claridad. Miraba sin parpadear.
– Tengo imagenes -dijo Tafero.
Winston se sujeto el pelo detras de la oreja y entrecerro los ojos. Se inclino por encima de la mesa.
– ?Imagenes? ?Quieres decir fotografias? ?Fotografias de que?
Tafero nego con la cabeza.
– No, dibujos. Hacia dibujos para mi cuando estabamos en la sala de visitas del abogado en la prision. Dibujos de como queria que se viera la escena. Para que fuera como el cuadro.
McCaleb cerro las manos a sus costados.
– ?Donde estan los dibujos? -pregunto Winston.
Tafero sonrio de nuevo.
– Caja de seguridad del City National Bank, en Sunset y Doheny. La llave esta en el llavero que tenia en el bolsillo.
Bosch levanto las manos y las palmeo por encima de su cabeza.
– ?Bang! -exclamo en voz lo bastante alta para que Tafero se volviera hacia el cristal.
– Por favor -susurro el videografo-. Estamos grabando.
Bosch abrio la puerta y salio. McCaleb lo siguio. Bosch se volvio y lo miro.
– Storey va a caer -dijo McCaleb-. El monstruo volvera a la oscuridad de la que salio.
Se miraron el uno al otro en silencio durante un momento, hasta que Bosch aparto la mirada.
– Tengo que irme -dijo.
– ?Adonde?
– He de prepararme para el juicio.
Se volvio
McCaleb volvio a la antesala y observo que el interrogatorio continuaba. Tafero estaba explicando a los reunidos que David Storey habia pedido que el asesinato de Edward Gunn se cometiera el primer dia del ano.
McCaleb escucho un rato y luego penso en algo. Salio de la sala de observacion y se metio en la sala de la brigada. Los detectives empezaban a llegar para empezar su jornada. Se acerco a un escritorio vacio y arranco una hoja de un bloc. Escribio: «Pregunta por el Lincoln.» Doblo la hoja y se la llevo a la puerta de la sala de interrogatorios.
Golpeo y despues de un momento, Alice Short abrio la puerta. McCaleb le paso la nota doblada.
– Dele esto a Jaye Winston antes de que termine el interrogatorio -susurro.
Ella asintio y cerro la puerta. McCaleb volvio a la sala de observacion para mirar.
45
Recien duchado y afeitado, Bosch salio del ascensor y se dirigio hacia las puertas de la sala del Departamento N. Camino con paso resuelto. Se sentia como el autentico principe de la ciudad. Apenas habia dado unos pasos cuando se le acerco McEvoy, que surgio de una salita como un coyote que hubiera estado esperando agazapado en una cueva a su confiada presa. Pero nada podia mellar la resolucion de Bosch. Sonrio cuando el periodista lo alcanzo.
– Detective Bosch, ?ha pensado en lo que hablamos? Tengo que empezar a escribir mi articulo hoy.
Bosch no aminoro el paso. Sabia que en cuanto entrara en la sala no tendrian mucho tiempo.
– Rudy Tafero -dijo.
– ?Perdon?
– El era su fuente. Rudy Tafero. Lo he averiguado esta manana.
– Detective, le he dicho que no puedo revelar…
– Si, ya lo se. Pero, mire, soy yo el que lo esta revelando. De todos modos, no importa.
– ?Por que no?
Bosch se detuvo de repente. McEvoy dio unos pasos mas y retrocedio.
– ?Por que no? -pregunto de nuevo.
– Hoy es su dia de suerte, Jack. Tengo dos buenos soplos para usted.
– De acuerdo, ?que?
McEvoy empezo a sacar un bloc del bolsillo trasero. Bosch le coloco una mano en el antebrazo y lo detuvo.
– No lo saque, los otros periodistas lo veran y creeran que le estoy contando algo.
Hizo un ademan hacia la puerta abierta de la sala donde estaban los medios de comunicacion. Habia un punado de periodistas merodeando en espera de que se iniciara la sesion.
– Entonces vendran y tendre que decirselo a ellos.
McEvoy dejo el bloc en su sitio.
– De acuerdo, ?cuales son los soplos?
– En primer lugar, esa historia es una puta mierda. De hecho, esta manana han detenido a su fuente y lo han acusado del asesinato de Edward Gunn y del intento de asesinato de Terry McCaleb.
– ?Que? El…
– Espere, dejeme hablar. No tengo todo el dia.
Hizo una pausa y McEvoy asintio con la cabeza.
– Si, han detenido a Rudy. El mato a Gunn. El plan era cargarmelo a mi y divulgarlo durante la fase de la defensa del caso.
– ?Esta diciendo que Storey era parte de…?
– Exactamente. Lo cual me lleva al soplo numero dos. Y esto es que, yo de usted, estaria en esa sala hoy mucho antes de que entre el juez y empiece. ?Ve a esos tipos que estan alli de pie? Se lo van a perder, Jack. Usted no querra ser como ellos.
Bosch lo dejo alli. Hizo una senal al ayudante de la sala y le dejaron entrar.
Dos ayudantes estaban conduciendo a David Storey a su lugar en la mesa de la defensa cuando Bosch entro en la sala. Fowkkes ya estaba alli