Se acerco a la mesa de la acusacion, pero se quedo de pie. Se inclino y apoyo las palmas de ambas manos en la mesa mientras miraba a los dos fiscales.

– Harry, ?estas preparado? -empezo Langwiser-. Hoy es el gran dia.

– Hoy es el gran dia, pero no por lo que tu crees. Vosotros aceptariais un trato, ?no? Si se carga con Jody Krementz y Alicia Lopez, no buscariais pena de muerte, ?no?

Ambos lo miraron con los ojos en blanco por la confusion.

– Vamos, no tenemos mucho tiempo antes de que salga el juez. ?Que os parece si entro ahi y en cinco minutos os traigo dos asesinatos en primer grado? La familia de Alicia Lopez os lo agradecera. Les dijisteis que no teniais posibilidades.

– Harry, ?de que estas hablando? -dijo Langwiser-. Propusimos un trato. Dos veces. Y Fowkkes se nego dos veces.

– Y no tenemos pruebas sobre Lopez -anadio Kretzler-. Tu lo sabes, el jurado de acusacion la sobreseyo. Nadie…

– ?Escuchad, quereis un trato o no? Creo que puedo entrar ahi y conseguirlo. He detenido a Rudy Tafero por asesinato esta manana. Era un montaje orquestado por Storey para cargarmelo a mi. Les salio el tiro por la culata y Tafero ha aceptado un trato. Esta hablando.

– ?Dios santo! -exclamo Kretzler.

Lo dijo en voz demasiado alta. Bosch se volvio y miro a la mesa de la defensa. Tanto Fowkkes como Storey los estaban mirando. Justo detras de la mesa de la defensa vio a McEvoy sentandose en la silla de la tribuna de prensa que quedaba mas cerca de los fiscales. Todavia no habia entrado ningun otro periodista.

– Harry, ?de que estas hablando? -dijo Langwiser-. ?Que asesinato?

Bosch no atendio a las preguntas.

– Dejadme ir alli -dijo Bosch-. Quiero mirar a Storey a los ojos cuando se lo diga.

Kretzler y Langwiser cruzaron una mirada. Langwiser encogio los hombros e hizo un ademan de exasperacion con las manos.

– Vale la pena. Solo guardabamos la pena de muerte como un as en la manga.

– Entonces, de acuerdo -dijo Bosch-. Mirad a ver si el alguacil puede ganarme algo de tiempo con el juez.

Bosch rodeo la mesa de la defensa y se quedo de pie delante, de manera que podia ver tanto a Fowkkes como a Storey. Fowkkes estaba escribiendo algo en un bloc. Bosch se aclaro la garganta y, al cabo de unos momentos, el abogado de la defensa levanto la mirada, lentamente.

– ?Si, detective? ?No deberia estar en su mesa preparandose para…?

– ?Donde esta Rudy Tafero? -Bosch miro a Storey mientras lo preguntaba.

Fowkkes miro a su espalda hacia el asiento contiguo a la barandilla en el que solia sentarse Tafero durante las sesiones.

– Estoy seguro de que esta en camino -dijo-. Aun faltan unos minutos.

Bosch sonrio.

– ?En camino? Si, esta en camino. En camino al Ser Max de Corcoran o quiza al de Pelican Cove, si tiene suerte. La verdad es que no me gustaria ser un ex policia cumpliendo condena en Corcoran.

Fowkkes no parecio impresionado.

– Detective, no se de que esta hablando. Estoy intentando preparar la estrategia de la defensa, porque creo que la acusacion va a plegar sus tiendas hoy. De manera que, si no le importa.

Bosch miro a Storey cuando respondio.

– No hay ninguna estrategia. No hay defensa. Rudy Tafero ha sido detenido esta manana. Se le acusa de asesinato e intento de asesinato. Estoy seguro de que su cliente podra contarselo todo, letrado. Eso si es que no lo sabe ya.

Fowkkes se levanto abruptamente como si fuera a hacer una protesta.

– Senor, es altamente irregular que venga a la mesa de la defensa y…

– Ha llegado a un acuerdo hace un par de horas. Esta tirando de la manta.

De nuevo Bosch no hizo caso de Fowkkes y miro a Storey.

– Asi que este es el trato. Tienen cinco minutos para acercarse a Langwiser y Kretzler y acordar declararse culpable de asesinato en primer grado de Krementz y Lopez.

– Esto es ridiculo. Voy a quejarme ante el juez.

Esta vez Bosch miro a Fowkkes.

– Hagalo, pero eso no va a cambiar las cosas. Cinco minutos.

Bosch se alejo, pero fue hacia la mesa del alguacil, enfrente de la tribuna del juez. Las fotos exhibidas en el juicio estaban apiladas en una mesa auxiliar. Bosch las reviso hasta que encontro la ampliacion que buscaba. La saco y se la llevo a la mesa de la defensa. Fowkkes seguia de pie, pero inclinandose para que Storey pudiera susurrarle algo al oido. Bosch dejo el poster que contenia la instantanea de la biblioteca de la casa de Storey sobre la mesa. Senalo con el dedo dos de los libros del estante superior. Los titulos de los lomos eran claramente legibles. Uno se titulaba El arte de la oscuridad y el otro simplemente Bosch.

– Aqui mismo tenemos su conocimiento previo.

Dejo la foto en la mesa de la defensa y empezo a caminar hacia la de la acusacion. Pero solo habia dado dos pasos cuando retrocedio y apoyo las palmas de las manos en la mesa de la defensa. Miro directamente a Storey. Hablo en una voz que sabia que era lo bastante alta para que McEvoy lo oyera desde la tribuna de la prensa.

– ?Sabe cual fue su gran error, David?

– No -dijo Storey con un tono despectivo-. ?Por que no me lo cuenta?

Fowkkes agarro de inmediato el brazo de su cliente para silenciarlo.

– Dibujar la escena para Tafero -dijo Bosch-. Lo que el hizo fue ir y poner esos bonitos dibujos que hizo en una caja de seguridad del City National. Sabia que podrian serle utiles y no se equivoco. Los ha usado esta manana para salvarse de la pena de muerte. ?Que va a usar usted?

Bosch detecto un revelador titubeo en los ojos de Storey. En ese momento Bosch supo que todo habia terminado, porque Storey sabia que habia terminado.

Bosch se enderezo y miro casualmente a su reloj, y luego a Fowkkes.

– Quedan tres minutos, senor Fowkkes. La vida de su cliente esta en juego.

Bosch regreso a la mesa de la defensa y se sento. Kretzler y Langwiser se inclinaron hacia el y le susurraron urgentemente preguntas, pero Bosch no les atendio.

– Veamos lo que ocurre.

En los siguientes cinco minutos no miro ni una sola vez a la mesa de la defensa. Oia palabras ahogadas y susurros, pero no distinguia ninguno de ellos. La sala se lleno de espectadores y miembros de los medios de comunicacion.

Ninguna novedad de la mesa de la defensa.

A las nueve en punto, la puerta situada detras del estrado se abrio y el juez Houghton subio los escalones hasta su lugar. Tomo asiento y miro a las mesas de la acusacion y la defensa.

– ?Senoras y senores, estamos preparados para que entre el jurado?

– Si, senoria -dijo Kretzler.

– No hubo respuesta alguna de la mesa de la defensa. Houghton miro hacia alla, con una sonrisa de curiosidad en el rostro.

– ?Senor Fowkkes? ?Puedo hacer entrar al jurado?

Bosch se reclino para mirar mas alla de Langwiser y Kretzler a la mesa de la defensa. Fowkkes estaba repantigado en la silla, en una postura que no habia exhibido en la sala antes. Tenia un codo sobre el brazo de la silla y la mano levantada. Estaba jugueteando con un boli y parecia sumido en sus depresivos pensamientos. Su cliente estaba sentado rigido a su lado, mirando hacia adelante.

– ?Senor Fowkkes? Estoy esperando una respuesta.

Fowkkes finalmente alzo la mirada hacia el juez y muy lentamente se levanto del asiento y se acerco al magistrado.

– Senoria, ?podemos acercarnos en un aparte un momento?

El juez miro entre curioso e irritado. Habia sido rutina del juicio someter todas las peticiones no publicas a las ocho y media para poder argumentarlas en privado sin restar tiempo de sala.

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