haber algun sitio al que no puedan ir.
– Si, se a que te refieres. Han rodeado el barco. He tenido que huir.
McCaleb paso junto a Bosch en el recibidor y entro en la sala.
– Entonces, periodistas al margen, ?como va, Harry?
– Nunca he estado mejor. Ha sido un buen dia para nuestro lado. ?Como esta ese cuello?
– Duele un monton, pero estoy vivo.
– Si, eso es lo importante. ?Quieres una cerveza?
– Eh, eso estaria bien.
Mientras Bosch traia la cerveza, McCaleb salio a la terraza trasera.
Bosch tenia las luces apagadas, lo cual hacia que las de la ciudad parecieran mas brillantes en la distancia. McCaleb oia el sonido omnipresente de la autovia en el fondo del paso. Los reflectores atravesaban el cielo desde tres puntos diferentes del fondo del valle de San Fernando. Bosch salio y ofrecio una cerveza a su visitante.
– Sin vaso, ?no?
– Sin vaso.
Ambos contemplaron la noche y bebieron en silencio durante un rato. McCaleb penso en como decir lo que queria decir. Todavia estaba trabajando en ello.
– Lo ultimo que estaban haciendo antes de irme fue llevarse el coche de Tafero -dijo al cabo de un rato.
Bosch asintio.
– ?Y el barco? ?Han acabado con el?
– Si, han terminado.
– ?Es un caos? Siempre lo dejan todo hecho un desastre.
– Probablemente. No he estado dentro. Me preocupare por eso manana.
Bosch asintio. McCaleb echo un buen trago a su cerveza y dejo la botella en la barandilla. Habia tomado demasiada. Se atraganto.
– ?Estas bien? -pregunto Bosch.
– Si, bien. -Se limpio la boca con el dorso de la mano-. Harry, he venido para decirte que no voy a seguir siendo amigo tuyo.
Bosch se echo a reir, pero luego se detuvo.
– ?Que?
McCaleb lo miro. Los ojos de Bosch seguian atravesando la oscuridad. Habian captado una manchita de luz reflejada de algun lugar y McCaleb vio los dos puntitos fijos en el.
– Deberias haberte quedado un poco mas esta manana cuando Jaye interrogaba a Tafero.
– No tenia tiempo.
– Le pregunto por el Lincoln y Tafero dijo que era su coche camuflado. Explico que lo usaba en trabajos en los que queria que no hubiera ninguna posibilidad de dejar una pista. Llevaba matriculas robadas. Y el registro es falso.
– Tiene sentido que un tipo como ese tenga un coche para el trabajo sucio.
– No lo entiendes, ?verdad?
Bosch se habia terminado su cerveza. Estaba inclinado con los codos apoyados en la barandilla. Estaba despegando la etiqueta de la botella y tirando los trocitos de papel a la oscuridad que se abria debajo.
– No, no lo entiendo, Terry. ?Por que no me explicas de que estas hablando?
McCaleb levanto su cerveza, pero volvio a dejarla sin beber.
– Su coche autentico, el que usa todos los dias, es un Mercedes cuatrocientos treinta CLK. A ese fue al que multaron por aparcar ante la oficina de correos cuando envio el giro postal.
– Vale, el tio tenia dos coches. Su coche secreto y el que mostraba. ?Que significa eso?
– Significa que tu sabias algo que no tendrias que haber sabido.
– ?De que estas hablando? ?Saber que?
– Anoche te pregunte por que habias venido a mi barco. Tu me dijiste que habias visto el Lincoln de Tafero y que sabias que algo iba mal. ?Como sabias que el Lincoln era suyo?
Bosch se quedo en silencio un momento. Miro hacia la noche y asintio con la cabeza.
– Te salve la vida -dijo.
– Y yo a ti.
– Entonces estamos en paz. Dejalo asi, Terry.
McCaleb nego con la cabeza. Sentia que tenia un nudo en el estomago y una opresion en el pecho que amenazaba su nuevo corazon.
– Creo que conocias ese Lincoln y eso supone un problema para mi, porque habias vigilado a Tafero antes. Quiza la noche en que uso el Lincoln. Quiza la noche que estaba vigilando a Gunn y preparando el asesinato. Quiza la noche del asesinato. Me salvaste la vida porque sabias algo, Harry.
McCaleb se quedo un momento callado, dandole a Bosch la oportunidad de decir algo en su defensa.
– Son muchos quizas, Terry.
– Si, muchos quizas y una corazonada. Mi corazonada es que de alguna manera sabias o supusiste, cuando Tafero se conecto con Storey, que ellos irian a por ti en el juicio. Asi que vigilaste a Tafero y lo viste apuntando a Gunn. Sabias lo que iba a pasar y dejaste que pasara.
McCaleb tomo otro largo trago de cerveza y volvio a dejar la botella en la barandilla.
– Un juego peligroso, Harry. Casi lo consiguieron. Aunque supongo que si yo no hubiera aparecido te habrias buscado alguna manera de volverselo contra ellos.
Bosch continuo mirando hacia la oscuridad y no dijo nada.
– Lo unico que espero es que no fueras tu quien le soplo a Tafero que Gunn estaba en el calabozo aquella noche. Dime que tu no hiciste la llamada, Harry. Dime que no lo ayudaste a sacarlo para que pudiera matarlo asi.
De nuevo Bosch no dijo nada. McCaleb asintio.
– Quieres estrechar la mano de alguien, Harry. Estrechate la tuya.
Bosch dejo caer la mirada hacia la oscuridad que se extendia bajo la terraza. McCaleb lo miro de cerca y observo que lentamente negaba con la cabeza.
– Hacemos lo que tenemos que hacer -dijo Bosch con voz pausada-. A veces hay eleccion. Otras veces no hay eleccion, solo necesidad. Ves que las cosas van a ocurrir y sabes que estan mal, pero de algun modo tambien estan bien.
Se quedo en silencio un largo rato y McCaleb aguardo.
– Yo no hice esa llamada -dijo Bosch. Se volvio y miro a McCaleb.
McCaleb vio de nuevo los puntos de luz brillante en sus ojos oscuros.
– Tres personas (tres monstruos) han caido.
– Pero no de esa forma. Nosotros no lo hacemos de esa forma.
Bosch asintio.
– ?Que me dices de tu parte, Terry? Avasallando al hermanito en la oficina. Como si no supieras que eso iba a poner en marcha algo de mierda. Tu pusiste en marcha la accion con ese pequeno movimiento, y lo sabes.
McCaleb sintio que se ruborizaba ante la mirada de Bosch. No respondio. No sabia que decir.
– Tu tenias tu propio plan, Terry. ?Asi que cual es la diferencia?
– ?La diferencia? Si no ves la diferencia es que has caido completamente. Estas perdido.
– Si, bueno, quiza estoy perdido y quiza me he encontrado. Tengo que pensar en eso. Mientras tanto, por que no te vas a tu casa. Vuelve a tu isla con tu hijita. Escondete detras de lo que crees que ves en sus ojos. Finge que el mundo no es como tu sabes que es.
McCaleb asintio. Ya habia dicho lo que queria decir. Se alejo de la barandilla, dejando su cerveza, y camino hacia la puerta de la casa. Sin embargo, Bosch le disparo con mas palabras cuando entro.
– ?Crees que llamarla como a una nina a la que nadie quiso y por la que nadie se preocupo puede ayudar a aquella nina perdida? Bueno, estas equivocado, tio. Vuelve a casa y sigue sonando.
McCaleb vacilo en el umbral y miro hacia atras.
– Adios, Harry.
– Si, adios.
McCaleb recorrio la casa. Cuando paso la silla de lectura donde la luz estaba encendida vio la impresion del