– Eso es, McClaren. Que lugar mas deprimente. Tu madre venia de visitarte y se sentaba y se echaba a llorar hasta que se le acababan las lagrimas.

– No cambies de tema, Katherine. ?Que es lo que tendria que saber de ella?

Katherine Register asintio con la cabeza, pero dudo un momento antes de continuar.

– Mar conocia a algunos policias, ?entiendes?

Bosch asintio.

– Las dos conociamos a polis. Funcionaba asi. Tenias que aceptarlo para seguir adelante. Y cuando una esta en esa situacion y termina muerta, normalmente para los polis es mejor limitarse a barrerlo debajo de la alfombra. «No molestes al perro que duerme», decian. Entiendes el clise. No querian que nadie quedara en una situacion comprometida.

– ?Estas diciendo que crees que fue un poli?

– No, no estoy diciendo eso en absoluto. No tengo ni idea de quien lo hizo, Harry. Lo siento. Ojala la tuviera. Pero lo que estoy diciendo es que creo que aquellos dos detectives asignados al caso sabian adonde podia llevarles la investigacion. Y no iban a adentrarse por ese camino porque sabian lo que les convenia en el departamento. No eran tan estupidos y, como he dicho, ella era una chica alegre. A ellos no les importaba, a nadie le importaba. La mataron y punto final.

Bosch miro por la habitacion, sin saber que preguntar a continuacion.

– ?Sabes quienes eran los polis que ella conocia?

– Fue hace mucho tiempo.

– Pero tu conocias a algunos de esos mismos polis.

– Si, tenia que hacerlo. Funcionaba asi. Usabas a tus contactos para no acabar en la carcel. Todo el mundo estaba en venta. Al menos entonces. Gente diferente queria formas de pago diferentes. Algunos pedian dinero. Otros, otras cosas.

– En el expediente dice que tu no estabas fichada.

– Si, yo era afortunada. Me arrestaron varias veces, pero nunca me ficharon. Siempre me soltaban despues de hacer mi llamada. Estaba limpia porque conocia a un monton de policias, cielo. ?Entiendes?

– Si, entiendo.

Katherine no aparto la mirada cuando lo dijo. Despues de tantos anos en el buen camino, todavia conservaba su orgullo de puta. Podia hablar de los aspectos mas sordidos de su vida sin parpadear porque lo habia superado, y habia en ello una dosis de dignidad. La suficiente para el resto de su vida.

– ?Te importa que fume, Harry?

– No, si puedo fumar yo.

Ambos sacaron sus cigarrillos y Bosch se levanto para encender el de ella.

– Usa ese cenicero de la mesa. Trata de no echar cenizas en la moqueta..

Katherine senalo un pequeno bol de vidrio que habia en la mesa, al otro extremo del sofa. Bosch se estiro para cogerlo y despues lo sostuvo con una mano mientras fumaba con la otra. Miro al cenicero mientras hablaba.

– Los policias que tu conocias -dijo-, y que probablemente ella tambien conocia, ?recuerdas algun nombre?

– He dicho que fue hace mucho tiempo. Y no creo que tengan nada que ver con esto, con lo que le ocurrio a tu madre.

– Irvin S. Irving. ?Conoces ese nombre?

Ella dudo un momento mientras revisaba el nombre en su memoria.

– Lo conocia. Creo que ella tambien. Hacia la ronda en el bulevar. Creo que seria muy dificil que ella no lo conociera…, pero no lo se. Puedo estar equivocada.

Bosch asintio con la cabeza.

– Fue el que la encontro.

Katherine Register se encogio de hombros como para preguntar que probaba eso.

– Bueno, alguien tenia que encontrarla. La dejaron en plena calle.

– Y un par de tipos de antivicio: Gilchrist y Stano.

Ella vacilo antes de contestar.

– Si, los conocia… Eran tipos peligrosos.

– ?Mi madre los conocia? ?De ese modo?

La mujer asintio con la cabeza.

– ?A que te refieres con que eran peligrosos?

– Ellos solo… A ellos nosotras no les importabamos. Si querian algo, una informacion, por ejemplo, podian venir a buscarte a una cita o a algo mas… personal. Venian y lo conseguian. Podian ser muy duros. Los odiaba.

– ?Ellos…?

– ?Podian ser asesinos? Mi idea entonces, y tambien ahora, es que no. No eran asesinos, Harry. Eran polis. Si, se vendian, pero al parecer todos lo hacian. Pero no es como hoy que lees el periodico y ves a un poli en juicio por matar o pegar o lo que sea. Es… lamentable.

– Bueno. ?Se te ocurre alguien mas?

– No.

– ?Ningun nombre?

– Borre todo eso de mi cabeza hace mucho tiempo.

– Entiendo.

Bosch queria sacar la libreta, pero no queria que la visita pareciera un interrogatorio. Trato de recordar que mas habia leido en el expediente del caso que pudiera preguntarle.

– ?Y ese tipo, Johnny Fox?

– Si, les hable de el a los detectives. Se entusiasmaron, pero luego no paso nada. Nunca lo detuvieron.

– Creo que si, pero despues lo soltaron. Sus huellas dactilares no coincidian con las del asesino.

Ella arqueo las cejas.

– Bueno, eso es una novedad para mi. Nunca me dijeron nada de ningunas huellas.

– En tu segundo interrogatorio… con McKittrick, ?lo recuerdas?

– En realidad no. Solo recuerdo que eran policias. Dos detectives. Uno era mas listo que el otro, de eso si me acuerdo. Pero no recuerdo quien era quien. Parecia que el mas tonto era el jefe, y eso era lo habitual entonces.

– Bueno, no importa, McKittrick hablo contigo la segunda vez. En su informe dice que cambiaste tu declaracion y le hablaste de esa fiesta en Hancock Park.

– Si, la fiesta. Yo no fui porque ese… Johnny Fox me pego la noche anterior y tenia un moreton en la mejilla. Era muy exagerado. Intente disimularlo con maquillaje, pero la hinchazon no podia disimularse. Creeme, no habia mucho negocio en Hancock Park para una chica alegre con un bulto en la cara.

– ?Quien daba la fiesta?

– No lo recuerdo. No se si sabia entonces de quien era la fiesta.

Algo de la forma en que ella respondio inquieto a Bosch. Su tono habia cambiado y sono casi como una respuesta ensayada.

– ?Estas segura de que no te acuerdas?

– Claro. Estoy segura. -Katherine se levanto-. Creo que voy a tomar un poco de agua.

La mujer se llevo el vaso para volver a llenarlo y salio una vez mas de la habitacion. Bosch se dio cuenta de que su familiaridad con la mujer, su emocion al verla despues de tanto tiempo, habia bloqueado la mayor parte de sus instintos de investigador. No tenia sensibilidad para captar la verdad. No sabia si habia algo mas en lo que ella decia o no. De alguna manera tenia que hacer virar otra vez la conversacion hacia la fiesta. Pensaba que Katherine sabia mas de lo que habia dicho hacia tantos anos.

Ella volvio con dos vasos llenos de agua con hielo y de nuevo puso el de Bosch encima del posavasos de corcho. Hubo algo en la forma en que ponia el vaso con tanto cuidado que le dio un conocimiento de ella que no habia surgido a traves de las palabras. Se trataba simplemente de que habia trabajado mucho para obtener el nivel de vida del que gozaba. Esa posicion y las cosas materiales que conllevaba -como las mesas de cafe de cristal y las alfombras lujosas- significaban mucho para ella y tenia que cuidarlas.

Katherine dio un largo trago despues de sentarse.

– Deja que te cuente algo, Harry. No les dije todo. No menti, pero no les dije todo. Estaba asustada.

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