– ?Asustada de que?
– Me asuste el dia que la encontraron. Veras, habia recibido una llamada esa manana. Antes incluso de que supiera lo que le habia ocurrido a ella. Era un hombre, pero no reconoci la voz. Me dijo que si decia algo seria la siguiente. Recuerdo que dijo: «Mi consejo, damita, es que te alejes del bulevar.» Despues, por supuesto, oi que la policia estaba en el edificio y que habia ido a su apartamento. Entonces oi que estaba muerta. Asi que hice lo que me dijeron. Me fui. Espere una semana hasta que los polis me dijeron que habian acabado conmigo, y me mude a Long Beach. Me cambie el nombre y cambie de vida. Alli conoci a mi marido y despues, al cabo de los anos, nos trasladamos aqui… ?Sabes?, nunca he vuelto a Hollywood, ni siquiera de paso. Es un lugar horrible.
– ?Que es lo que no les dijiste a Eno y McKittrick?
Katherine se miro las manos al hablar.
– Tenia miedo, por eso no les dije todo…, pero sabia a quien iba a ver alli en la fiesta. Eramos como hermanas. Viviamos en el mismo edificio, compartiamos la ropa, los secretos, todo. Todas las mananas desayunabamos juntas y hablabamos. No habia secretos entre nosotras. E ibamos a ir juntas a la fiesta. Por supuesto, despues de que… despues de que Johnny me pegara, ella tuvo que ir sola.
– ?A quien iba a ver alli, Katherine? -la incito Bosch.
– ?Ves? Es la pregunta adecuada, pero los detectives nunca me la plantearon. Solo querian saber que fiesta era y donde se celebraba. Eso no importaba. Lo importante era a quien iba a ver alli, y eso nunca lo preguntaron.
– ?A quien iba a ver?
Katherine aparto la mirada y la poso en la chimenea. Contemplo los troncos frios y ennegrecidos que habian quedado de un viejo fuego del mismo modo que alguna gente observa fascinada las llamas.
– Era un hombre llamado Arno Conklin. Era un hombre muy importante en el…
– Se quien era.
– ?Si?
– Su nombre estaba en los archivos, pero no de esta forma. ?Como pudiste no decirselo a los polis?
Katherine se volvio y miro a Bosch con acritud.
– No me hables de esa manera. Te he dicho que estaba asustada. Me habian amenazado. Y tampoco habrian hecho nada con el dato. Conklin los compraba y los pagaba. No iban a acercarse a el solo por la palabra de una… chica de citas que no vio nada, pero conocia un nombre. Tenia que pensar en mi. Tu madre estaba muerta, Harry. No podia hacer nada para evitarlo.
Bosch distinguio los bordes afilados de la ira en los ojos de la mujer. Sabia que la ira estaba dirigida hacia el, pero mas todavia hacia ella misma. Katherine podia enumerar todas sus razones en voz alta, pero Bosch sabia que en su interior habia pagado un alto precio por no haber hecho lo que debia.
– ?Crees que Conklin la mato?
– No lo se. Lo unico que se es que habia estado con el antes y nunca hubo nada violento. No se la respuesta a eso.
– ?Tienes alguna idea ahora de quien te llamo?
– No, ninguna.
– ?Conklin?
– No lo se. De todos modos no conocia su voz.
– ?Los viste juntos alguna vez? A mi madre y a el.
– Una vez en un baile en la logia masonica. Creo que fue la noche que se conocieron. Johnny Fox los presento. No creo que Amo supiera nada de ella. Al menos entonces.
– ?Pudo haber sido Fox quien te llamo?
– No, habria reconocido la voz.
Bosch reflexiono un momento.
– ?Volviste a ver a Fox despues de aquella manana?
– No, lo evite durante una semana. Fue facil porque creo que el se estaba escondiendo de los polis. Y despues me fui. Quien fuera que me llamara me asusto de verdad. El dia que los polis me dijeron que no tenian mas preguntas me fui a Long Beach. Hice una maleta y cogi el autobus… Recuerdo que tu madre tenia ropa mia en su apartamento. Cosas que le habia prestado. Ni siquiera me moleste en intentar recuperarlas. Solo cogi lo que tenia y me fui.
Bosch se quedo en silencio. No tenia nada mas que preguntar.
– Pienso mucho en esos tiempos -dijo Katherine-. Tu madre y yo estabamos en el arroyo, pero eramos buenas amigas y nos divertiamos a pesar de todo.
– ?Sabes? Tu formas parte de muchos de mis recuerdos. Siempre estabas ahi con ella.
– Nos reiamos mucho a pesar de todo -dijo ella con nostalgia-. Y tu eras lo mejor de todo. Cuando se te llevaron, ella casi se muere alli mismo… Nunca dejo de intentar recuperarte, Harry. Espero que lo sepas. Te queria. Y yo tambien te queria.
– Si, lo se.
– Pero desde que tu no estabas Marjorie no era la misma. A veces pienso que lo que le ocurrio era casi inevitable. A veces pienso que es como si ella se hubiera empezado a dirigir hacia ese callejon desde mucho tiempo antes.
Bosch se levanto, observando la pena en los ojos de la mujer.
– Sera mejor que me vaya. Te mantendre informada.
– Me encantaria. Quiero estar en contacto.
– Yo tambien.
Bosch se encamino a la puerta, sabiendo que no permanecerian en contacto. El tiempo habia erosionado el vinculo que los habia unido. Eran dos extranos que compartian la misma historia. En el escalon, Bosch se volvio y la miro.
– La felicitacion de Navidad que mandaste… Querias que investigara esto entonces, ?no?
Ella saco a relucir de nuevo la sonrisa distante.
– No lo se. Acababa de morir mi marido y yo estaba haciendo balance. Pense en ella. Y en ti. Estoy orgullosa de como me fue, pequeno Harry. Asi que pense en lo que podia haber sido la vida para ella y para ti. Todavia siento odio. Quien la mato deberia…
Ella no termino, pero Bosch asintio con la cabeza.
– Adios, Harry.
– ?Sabes? Mi madre tenia una buena amiga.
– Eso espero.
Otra vez en su coche, Bosch saco la libreta y observo la lista.
Conklin
McKittrick y Eno
Meredith Roman
Johnny Fox
Tacho el nombre de Meredith Roman y examino los que le quedaban. Sabia que el orden en que habia anotado los nombres no seria el mismo orden en que trataria de hablar con ellos. Sabia que antes de poder acercarse a Conklin, o incluso a McKittrick y Eno, necesitaba mas informacion.
Saco su agenda de telefonos del bolsillo de la americana y el movil del maletin. Llamo a las autoridades de Trafico en Sacramento y se identifico como el teniente Harvey Pounds. Dio el numero de Pounds y pidio que comprobaran los datos de Johnny Fox. Despues de cotejar su libreta, dio la fecha de nacimiento. Al hacerlo hizo cuentas y concluyo que Fox tendria en ese momento sesenta y un anos.
Mientras seguia esperando, sonrio al pensar que Pounds tendria que dar algunas explicaciones al cabo de un mes. El departamento habia empezado recientemente a controlar el uso de la base de datos de Trafico porque el