– Sobrevivire.
– ?Por que esta tan trajeado? Espero que no sienta que tiene que vestirse asi para las sesiones.
– No. Yo…, bueno, me gusta seguir mi rutina. Aunque no vaya a ir a trabajar, me visto como si fuera a hacerlo.
– Entiendo.
Tras ofrecerle cafe o agua y despues de que Bosch declinara la invitacion, Hinojos empezo con la sesion.
– Digame, ?de que quiere hablar hoy?
– No me importa. Usted manda.
– Preferiria que no viera nuestra relacion de esta manera. Yo no soy su jefa, detective Bosch. Solo soy una persona dispuesta a ayudarle a hablar de lo que quiera contarme.
Bosch permanecio en silencio. No se le ocurria nada. Carmen Hinojos tamborileo con el lapiz en la tableta amarilla durante unos momentos antes de recoger el guante.
– Nada en absoluto, ?eh?
– No se me ocurre nada.
– Entonces ?por que no hablamos de ayer? Cuando le llame para recordarle la sesion de hoy obviamente estaba nervioso por algo. ?Fue entonces cuando se golpeo la mano?
– No, no fue entonces.
Bosch se detuvo, pero la psiquiatra no dijo nada y el decidio participar un poco. Tenia que admitir que habia algo en ella que le gustaba. No era amenazadora y creia que no faltaba a la verdad cuando le decia que estaba alli solo para ayudarle.
– Lo que paso cuando usted llamo fue que antes habia descubierto que a mi companero, o sea, a mi companero de antes de esto, le habian asignado un nuevo companero. Ya me han sustituido.
– ?Y eso como le hace sentirse?
– Ya oyo como estaba. Estaba furioso. Creo que todo el mundo lo estaria. Despues llame a mi companero y me trato como si yo fuera historia antigua. Yo le ensene mucho y…
– ?Y que?
– No lo se, supongo que duele.
– Ya veo.
– No, no lo creo. Tendria que ser yo para verlo como yo lo veo.
– Supongo que eso es verdad. Pero puedo comprenderle. Dejemoslo asi. Permita que le pregunte esto. ?No deberia haber esperado que a su companero le dieran otra pareja? Al fin y al cabo, ?no es una norma departamental que los detectives trabajen por parejas? Usted estara de baja por un periodo hasta el momento indeterminado. ?No estaba cantado que a su companero le iban a asignar un nuevo companero, permanente o no?
– Supongo.
– ?No es mas seguro trabajar por parejas?
– Supongo.
– ?Cual es su propia experiencia? ?Se sintio mas seguro cuando estuvo con un companero en el trabajo que cuando estuvo solo?
– Si, me senti mas seguro.
– Entonces, lo que ocurrio era inevitable e incuestionable; aun asi le puso furioso.
– No fue lo que ocurrio lo que me puso furioso, sino la forma en que me lo conto, y despues su manera de actuar cuando yo llame. Me senti dejado de lado. Le pedi un favor y… no se.
– ?Que hizo?
– Dudo. Los companeros no hacen eso. No entre ellos. Se supone que estan ahi para el otro. Se supone que es como un matrimonio, aunque yo nunca he estado casado.
Hinojos se detuvo para tomar notas, lo cual hizo que Bosch se preguntara si lo que acababa de decir era tan importante.
– Parece -dijo ella mientras todavia escribia- que tiene un umbral bajo para tolerar frustraciones.
La afirmacion de la psiquiatra inmediatamente irrito a Bosch, pero sabia que si lo mostraba estaria confirmando su tesis. Penso que tal vez era un truco pensado para provocar esa respuesta. Trato de calmarse.
– ?No le pasa a todo el mundo? -dijo con voz controlada.
– Supongo que hasta cierto punto. Cuando revise su historial vi que estuvo en el ejercito durante la guerra de Vietnam. ?Vio algun combate?
– ?Que si vi algun combate? Si, vi combate. Tambien estuve en medio del combate. Incluso estuve bajo el combate. ?Por que la gente siempre pregunta que si vi un combate como si se tratara de una maldita pelicula que nos llevaran alli?
Hinojos se quedo en silencio un buen rato, sosteniendo el boligrafo, pero sin escribir. Parecia que simplemente estaba esperando que las velas de Bosch, henchidas de ira, perdieran viento. Bosch movio la mano en un gesto que esperaba que expresara que lo lamentaba y que deberian seguir adelante.
– Lo siento -dijo para asegurarse.
Hinojos continuo en silencio y Bosch estaba empezando a sentir el peso de su mirada. Aparto la vista a las estanterias que ocupaban una de las paredes del despacho. Estaban llenas de gruesos volumenes de psiquiatria encuadernados en piel.
– Lamento entrometerme en un area tan sensible emocionalmente -dijo ella al fin-. La razon…
– Pero de eso se trata todo esto, ?no? Lo que usted tiene es una licencia para entrometerse y yo no puedo hacer nada al respecto.
– Entonces aceptelo -dijo ella con severidad-. Ya hemos hablado de esto antes. Para ayudarle tenemos que hablar de usted. Si lo acepta, tal vez podamos avanzar. A ver, como iba diciendo, la razon de que mencionara la guerra fue que queria preguntarle si esta usted familiarizado con el sindrome de estres postraumatico. ?Alguna vez lo ha oido nombrar?
Bosch volvio a mirarla. Sabia lo que le esperaba.
– Si, por supuesto. He oido hablar del estres postraumatico.
– Bueno, detective, en el pasado fue un sindrome relacionado con hombres de servicio que regresaron de la guerra, pero no se trata solo de un problema belico o posbelico. Puede ocurrir en cualquier entorno de estres. Cualquiera. Y tengo que decirle que creo que usted es un ejemplo andante y hablante de los sintomas de este desorden.
– Joder… -dijo Bosch sacudiendo la cabeza. Se acomodo en la silla de modo que no la veia ni a ella ni a su biblioteca. Miro al cielo a traves de las ventanas. No habia nubes-. Ustedes se sientan en estos despachos y no tienen ni idea…
No termino. Se limito a negar con la cabeza. Se aflojo el nudo de la corbata. Sentia que no podia introducir suficiente aire en los pulmones.
– Escucheme, detective, haga el favor. Observe los hechos que tenemos aqui. ?Se le ocurre algun trabajo mas estresante que ser policia en esta ciudad durante los ultimos cinco anos? Entre Rodney King y el escrutinio y la infamia que suscito, los disturbios, los incendios, las inundaciones y los terremotos, cada agente de este departamento podria haber escrito un manual sobre control del estres y, por supuesto, sobre el mal control.
– Se ha olvidado las abejas asesinas.
– Estoy hablando en serio.
– Yo tambien, salio en las noticias.
– En todo lo que ha sucedido en esta ciudad, en cada una de esas calamidades, ?quien esta siempre en medio? Los agentes de policia. Los que tienen que responder. Los que no pueden quedarse en casa, agachar la cabeza y esperar a que todo termine. Asi que pasemos de esa generalizacion a lo individual. Usted, detective. Ha sido un contendiente de primera linea en todas esas crisis. Al mismo tiempo ha tenido que lidiar con su autentico trabajo. Homicidios. Es uno de los destinos mas estresantes del departamento, Digame, ?cuantos homicidios ha investigado en los ultimos tres anos?
– Mire. No estoy buscando una excusa. Ya le dije antes que lo hice porque queria hacerlo. No tuvo nada que ver con los disturbios ni…
– ?Cuantos cadaveres ha examinado? Conteste mi pregunta, por favor. ?Cuantos cadaveres? ?A cuantas viudas les dio la noticia de que lo eran? ?A cuantas madres les ha hablado de sus hijos muertos?