– Solo uno -dijo-. Despues puede abrir la puerta y ventilarlo.

– Es un mal habito.

– Respirar en esta ciudad tambien lo es. ?Como murio? ?Cual fue la herida fatal?

– La autopsia ha sido esta manana. Paro cardiaco. La presion fue excesiva y su corazon no resistio.

Bosch se detuvo un momento. Sintio que empezaba a recuperar la fuerza.

– ?Por que no me cuenta el resto?

– No hay resto. Eso es todo. No habia nada alli. No habia pruebas en el cadaver. No habia pruebas en el coche. Lo habian limpiado todo. No habia por donde empezar.

– ?Y la ropa?

– Estaba en el maletero. No ayuda. Aunque el asesino se quedo una cosa.

– ?Que?

– Su placa. El cabron se llevo su placa.

Bosch se limito a asentir y desvio la mirada. Ambos se quedaron un rato en silencio. Bosch no podia sacarse las imagenes de la cabeza y suponia que Irving tenia el mismo problema.

– Entonces -dijo Bosch al fin-, viendo lo que le habian hecho, la tortura y todo lo demas, inmediatamente pensaron en mi. Eso si que es un voto de confianza.

– Mire, detective, lo empujo por la ventana dos semanas antes. Teniamos un informe adicional de el segun el cual lo habia amenazado. ?Que…?

– No hubo ninguna amenaza. El…

– No me importa si la hubo o no la hubo. El presento el informe. Esa es la cuestion. Cierto o falso, hizo el informe, por consiguiente, se sentia amenazado por usted. ?Que se supone que teniamos que hacer? ?No hacer caso? Solo decir: «?Harry Bosch? Oh, no, nuestro Harry Bosch no podria hacerlo, de ningun modo», y seguir adelante. No sea ridiculo.

– De acuerdo, tiene razon. Olvidelo. ?No le dijo nada a su mujer antes de irse?

– Solo que alguien habia llamado y que tenia que salir una hora a una reunion con una persona muy importante. No menciono ningun nombre. La llamada se recibio el viernes por la noche.

– ?Es exactamente asi como lo conto ella?

– Eso creo. ?Por que?

– Porque si el lo dijo asi, podria haber dos personas involucradas.

– ?Por que?

– Suena como si una persona lo hubiera convocado a una reunion con una segunda persona, alguien muy importante. Si esa persona hubiera hecho la llamada, entonces el le habria dicho a la mujer que tal y tal, el gran tipo importante, acababa de llamarlo y que iba a reunirse con el. ?Entiende a que me refiero?

– Si. Pero quienquiera que llamara pudo usar el nombre de una persona importante como cebo para atraer a Pounds. Esa persona real podria no estar involucrada en absoluto.

– Eso tambien es cierto. Pero creo que se dijera lo que se dijese, tuvo que ser convincente para que Pounds saliera solo de noche.

– Tal vez era alguien a quien ya conocia.

– Tal vez, pero en ese caso probablemente le habria dicho el nombre a su mujer.

– Cierto.

– ?Se llevo algo? Un maletin, archivos, algo.

– No que sepamos. La mujer estaba en la sala de la tele. No lo vio salir por la puerta. Hemos repasado todo esto con ella, hemos revisado toda la casa. No hay nada. Su maletin estaba en su despacho de la comisaria. Ni siquiera se lo llevo a casa. No hay por donde empezar. Para ser sincero, usted era el mejor candidato, y ahora esta descartado. Lo que me devuelve a mi pregunta. ?Lo que usted ha estado haciendo podria tener algo que ver con esto?

Bosch no podia permitirse decirle a Irving lo que pensaba, lo que sabia instintivamente que le habia ocurrido a Pounds. Aunque lo que lo detenia no era la culpa, sino el deseo de mantener la mision para si mismo. En ese momento se dio cuenta de que la venganza era una fuerza singular, una mision solitaria, algo de lo que nunca se hablaba en voz alta.

– Desconozco la respuesta -dijo-. No le conte nada a Pounds. Pero me la tenia jurada. Eso ya lo sabe. El tipo esta muerto, pero era un capullo y queria acabar conmigo. Asi que podria haber estado muy atento a lo que yo hacia. Un par de personas me vieron la semana pasada. El rumor podria haberle llegado a el y podria haberle inducido a un error fatal. El no es que fuera un investigador. Pudo haber cometido un error. No lo se.

Irving miro fijamente a Bosch. Bosch sabia que estaba intentando determinar que parte era verdad y que parte, mentira. Bosch hablo antes.

– Dijo que iba a reunirse con alguien importante.

– Si.

– Mire, jefe, no se lo que McKittrick le conto de la conversacion que tuve con el, pero sabe que habia gente importante involucrada cuando… cuando mataron a mi madre. Usted estuvo alli.

– Si, estuve alli, pero no forme parte de la investigacion, no despues del primer dia.

– ?McKittrick le hablo de Arno Conklin?

– Hoy no. Entonces si. Recuerdo que cuando una vez le pregunte que estaba ocurriendo con el caso, me dijo que le preguntara a Arno. Dijo que Arno estaba protegiendo a alguien.

– Bueno, Arno Conklin era una persona importante.

– ?Pero ahora? Sera un anciano si es que sigue vivo.

– Esta vivo, jefe. Y tiene que recordar algo. Los hombres importantes se rodean de hombres importantes. Nunca estan solos. Conklin puede ser viejo, pero puede haber otro que no lo sea.

– ?Que me esta contando, Bosch?

– Le estoy diciendo que me deje solo. Tengo que hacer esto. Soy el unico que puede hacerlo. Le estoy diciendo que mantenga a Brockman y a los demas alejados de mi.

Irving lo miro un momento y Bosch percibio que el jefe no sabia que camino tomar. Bosch se levanto.

– Estaremos en contacto.

– No me esta contando todo.

– Es mejor asi. -Salio al pasillo, recordo algo y volvio a entrar-. ?Como voy a volver a casa? Me han traido aqui.

Irving se estiro hacia el telefono.

Bosch abrio la puerta de la quinta planta y no vio a nadie detras del mostrador de la Division de Asuntos Internos. Espero unos segundos a que apareciera Toliver porque Irving le acababa de ordenar que llevara a Bosch a casa, pero el joven detective de asuntos internos no aparecio. Bosch supuso que se trataba de otro jueguecito psicologico. No queria rodear el mostrador e ir a buscar a Toliver, asi que simplemente grito su nombre. Detras del mostrador habia una puerta ligeramente entreabierta y Bosch estaba razonablemente seguro de que Toliver oiria la llamada.

Pero la persona que salio por aquella puerta fue Brockman.

Miro a Bosch un buen rato sin decir nada.

– Mire, Brockman, se supone que Toliver ha de llevarme a casa -le dijo Bosch-. No quiero nada mas con usted.

– Si, es una lastima.

– Vaya a buscar a Toliver.

– Sera mejor que me vigile, Bosch.

– Si, ya lo se, estare vigilando.

– Si, y no me vera llegar.

Bosch asintio y miro por encima del teniente a la puerta donde esperaba que Toliver saliera en cualquier momento. Solo queria que se diluyera la situacion y que lo llevaran a casa. Sopeso la posibilidad de coger un taxi, pero sabia que en hora punta probablemente le costaria cincuenta pavos. Ademas, le seducia la idea de que un chofer de asuntos internos lo llevara a casa.

– Eh, asesino.

Bosch miro a Brockman. Se estaba cansando.

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