– ?Que tal es follarse a otra asesina? Debe de valer la pena para irse hasta Florida para hacerlo.
Bosch trato de mantener la calma, pero sintio que su rostro le traicionaba, porque de repente supo de que estaba hablando Brockman.
– ?De que esta hablando?
La cara de Brockman se encendio de una satisfaccion de maton al interpretar la expresion de sorpresa de Bosch.
– Ni siquiera se molesto en decirselo, vaya.
– ?Decirme que?
Bosch queria abalanzarse al mostrador y sacar a Brockman por el cuello, pero al menos exteriormente mantuvo la calma.
– ?Decirle que? Yo se lo dire. Creo que su version apesta y lo voy a demostrar. Entonces Don Limpio no va a poder protegerle.
– Dijo que le habian advertido que me dejara en paz. Estoy libre.
– A tomar por culo los dos. Cuando venga con su coartada en una bolsa, no va a tener alternativa.
Toliver atraveso el umbral que habia detras del mostrador. Llevaba un juego de llaves en la mano. Se quedo de pie en silencio detras de Brockman, con la mirada baja.
– Lo primero que hice fue buscarla en el ordenador -dijo Brockman-. Esta fichada, Bosch. ?No lo sabia? Es una asesina, como usted. Bonita pareja.
Bosch queria hacer un millar de preguntas, pero no iba a hacerle ninguna a ese hombre. Sentia que un gran vacio se abria en su interior mientras empezaba a dudar de sus sentimientos por Jazz. Se dio cuenta de que ella le habia dejado todas las senales, pero el no las habia interpretado. Aun asi, el sentimiento que le invadio con mas fuerza era el de traicion.
Bosch no hizo caso de Brockman deliberadamente y miro a Toliver.
– Eh, muchacho, ?vas a llevarme a casa o que?
Toliver rodeo el mostrador sin responder.
– Bosch, ya le tengo en asociacion con malhechores -dijo Brockman-, pero no estoy satisfecho.
Bosch fue a la puerta del pasillo y la abrio. Iba contra la normativa del Departamento de Policia de Los Angeles asociarse con delincuentes conocidos. Que Brockman pudiera acusarlo de eso era la menor de las preocupaciones de Bosch. Se dirigio a la puerta con Toliver a la zaga. Antes de que la puerta se cerrara, Brockman grito tras el.
– Dale un beso de mi parte, asesino.
Al principio, Bosch permanecio sentado en silencio junto a Jerry Toliver en el trayecto de vuelta a su casa. Tenia una cascada de ideas que le embotaban la mente y decidio simplemente hacer caso omiso del joven detective de asuntos internos. Toliver dejo el escaner de la policia encendido y la charla esporadica era lo mas parecido a una conversacion que habia en el vehiculo. Era la hora en que la gente salia del centro y avanzaba a un ritmo exasperante hacia el paso de Cahuenga.
A Bosch le dolian las tripas por las convulsiones de la nausea de una hora antes y mantuvo los brazos cruzados delante del cuerpo como si estuviera acunando un bebe. Sabia que tenia que compartimentar sus pensamientos. Por mas que estuviera confundido y se sintiera intrigado por las alusiones que Brockman habia hecho en relacion a Jasmine, sabia que tenia que dejarlas de lado. Por el momento, lo que le habia ocurrido a Pounds era mas importante.
Trato de ordenar la cadena de acontecimientos y llego a la conclusion obvia. Su entrada en la fiesta de Mittel y la entrega de la fotocopia del recorte del
Bosch supuso que habian sido las llamadas a Trafico las que habian condenado a Pounds. Tras recibir el amenazador recorte en la fiesta, Mittel probablemente habia estirado su largo brazo para descubrir quien era ese Harvey Pounds y que se proponia. Mittel tenia contactos desde Los Angeles a Sacramento y Washington. Podia haber descubierto rapidamente que Harvey Pounds era policia. El trabajo de financiacion de campanas de Mittel habia puesto a un buen numero de legisladores en escanos de Sacramento. Ciertamente tenia los contactos precisos en la capital del estado para descubrir quien estaba buscando informacion referida a el. Y si lo habia hecho, habia descubierto que Harvey Pounds, un teniente del Departamento de Policia de Los Angeles, no solo habia preguntado por el, sino tambien por otros cuatro hombres que podian ser igualmente de vital interes para el: Amo Conklin, Johnny Fox, Jake McKittrick y Claude Eno.
Era cierto que todos los nombres estaban implicados en un caso y una conspiracion de hacia casi treinta y cinco anos. Pero Mittel estaba en el centro de esa conspiracion y, a juicio de Bosch, el fisgoneo de Pounds podia haber sido mas que suficiente para que alguien de su posicion tomara algun tipo de medida para descubrir que estaba haciendo el teniente.
A causa del movimiento que el hombre que el creia que era Pounds habia hecho en la fiesta, Mittel probablemente habia concluido que se enfrentaba a un extorsionista. Y sabia como eliminar el problema. Como se habia eliminado a Johnny Fox.
Bosch sabia que esa era la razon de que Pounds hubiera sido torturado. Para que Mittel se asegurara de que el problema no iba mas alla de Pounds, tenia que saber quien mas sabia lo que sabia el teniente. El problema era que Pounds no sabia nada. No tenia nada que ofrecer y fue atormentado hasta que su corazon no aguanto mas.
Una pregunta que permanecia sin respuesta en la mente de Bosch era que sabia de todo ello Arno Conklin. Bosch todavia no habia contactado con el. ?Tenia conocimiento del hombre que se habia acercado a Mittel? ?Habia ordenado el la accion sobre Pounds o habia sido solamente la reaccion de Mittel?
De pronto, Bosch vio un salto en su teoria que requeria un refinamiento. Mittel habia estado cara a cara con el en su papel de Harvey Pounds en la fiesta de recogida de fondos. El hecho de que Pounds fuera torturado antes de morir indicaba que Mittel no estaba presente en ese momento, o habria visto que estaban atormentando a otro hombre. Bosch se pregunto si habian comprendido que, de hecho, habian matado al hombre equivocado y ya estaban buscando al correcto.
Reflexiono acerca de este punto y vio que encajaba. Mittel no era el tipo de hombre que se manchaba las manos de sangre. No tenia problema en ordenar que se disparara, pero no queria presenciado. Bosch se dio cuenta de que el surfista con traje tambien lo habia visto en la fiesta y, por tanto, tampoco podia haber estado directamente involucrado en el asesinato de Harvey Pounds. Eso dejaba solo al hombre que Bosch habia atisbado a traves de la puerta cristalera de la casa. El hombre fornido y de cuello ancho al que Mittel le mostro el recorte de periodico. El hombre que habia resbalado y caido cuando bajaba por el sendero hacia Bosch.
Bosch comprendio por que poco no estaba donde Pounds se encontraba en ese momento. Busco en el bolsillo de la chaqueta los cigarrillos y empezo a encender uno.
– ?Le importa no fumar? -pregunto Toliver, en lo que fueron sus primeras palabras en media hora de trayecto.
– Si, me importa. -Bosch termino de encender el pitillo y se guardo el Bic. Bajo la ventanilla-. ?Estas contento? El humo de los tubos de escape es peor que el del cigarrillo.
– En este vehiculo esta prohibido fumar.
Toliver toco con el dedo un iman plastico que estaba en la cubierta del cenicero que habia en el salpicadero. Era uno de los chismes que se distribuyeron cuando el ayuntamiento aprobo una ley generalizada contra el tabaco que prohibio fumar en todos los edificios publicos y permitio que la mitad de los coches de la flota automovilistica del departamento fueran declarados vehiculos sin humo. El iman mostraba un cigarrillo en medio de un circulo rojo con una raya cruzada. Debajo del circulo decia: «Gracias por no fumar.» Bosch se estiro, arranco el iman y lo tiro por la ventanilla. Vio como botaba en el pavimento y golpeaba en la puerta de un coche que circulaba por el carril de al lado.
– Ahora ya no. Ahora es un coche de fumadores.
– Bosch, esta como una cabra, ?sabe?
– Denunciame, chico. Anadelo a la relacion con un delincuente en la que esta trabajando tu jefe. No me importa.
Quedaron unos momentos en silencio mientras el coche se iba alejando de Hollywood.