hubo mas problema… Pero, por supuesto, no era asi. Nunca lo fue. Gordon, genio que era, no contaba con que yo no pudiera superar la perdida de Marjorie. Y todavia no he podido.
– ?Y McCage?
– ?Quien?
– McCage Incorporated. Sus pagos al poli. Claude Eno.
Conklin se quedo un momento en silencio mientras componia una respuesta.
– Por supuesto, conocia a Claude Eno. No me preocupaba y nunca le pague ni un centavo.
– McCage esta registrado en Nevada. Era la empresa de Eno. Tanto usted como Mittel constan como cargos de la corporacion. Era una tapadera para pagar el chantaje. Eno recibia uno de los grandes de algun sitio. Usted y Mittel.
– ?No! -Conklin lo dijo con la maxima intensidad posible. La palabra salio como poco mas que una tos-. No se nada de McCage. Gordon pudo haberlo preparado, incluso haber firmado por mi o hacer que yo lo firmara sin darme cuenta. Como fiscal del distrito se ocupaba de mis asuntos. Yo firmaba cuando me decia que firmara.
Lo dijo mirando directamente a Bosch y Harry lo creyo. Conklin habia admitido cosas mucho peores. ?Por que iba a negarlo si habia sobornado a Eno?
– ?Que hizo Mittel cuando usted le dijo que abandonaba?
– Por entonces ya era bastante poderoso. Politicamente. Su bufete representaba a la gente de mas nivel de la ciudad y su trabajo politico se estaba diversificando, estaba creciendo. Aun asi, yo era el eje
– ?Como?
– Me dijo que si alguna vez trataba de manchar su reputacion, conseguiria que me acusaran por la muerte de Marjorie. Y no tengo ninguna duda de que podria haberlo hecho.
– De mano derecha a maximo enemigo. ?Como pudo liarse con el?
– Supongo que se deslizo por la puerta mientras no estaba mirando. No vi su verdadera cara hasta que fue demasiado tarde… No creo que en mi vida me haya encontrado con nadie tan astutamente centrado en su objetivo como Gordon. Era (es) un hombre peligroso. Lamento haber llevado a tu madre por su camino.
Bosch asintio con la cabeza. No tenia mas preguntas y no sabia que mas decir. Al cabo de unos segundos en los que Conklin parecio perdido en sus pensamientos, el hombre hablo.
– Joven, yo creo que solo una vez en la vida te encuentras con una persona que encaja a la perfeccion contigo. Cuando encuentres a la que crees que encaja, agarrate a ella. Y no te importe lo que haya hecho en el pasado. Nada de eso importa. Agarrarse es lo unico que importa.
Bosch asintio de nuevo. Fue lo unico que se le ocurrio hacer.
– ?Donde la conocio?
– Oh… La conoci en un baile. Me la presentaron y, por supuesto, ella era mas joven que yo y no pense que yo fuera a interesarle. Pero me equivoque… Bailamos. Nos citamos. Y me enamore.
– ?No conocia su pasado?
– En ese momento, no. Pero al final ella me lo dijo. Entonces ya no me importo.
– ?Y Fox?
– Si, el era el vinculo. El nos presento. Yo tampoco sabia quien era el. Dijo que era un hombre de negocios. Veras, para el se trataba de un movimiento de negocios. Presentarle la chica al fiscal, retirarse y esperar a ver que pasa. Yo nunca le pague y ella nunca me pidio dinero. Mientras tanto nos enamoramos y Fox debio de sopesar sus opciones.
Bosch se pregunto si deberia sacar del maletin la foto que le habia dado Monte Kim y mostrarsela a Conklin, pero decidio no tentar la memoria del anciano con la realidad de una foto. Conklin hablo cuando Bosch todavia estaba cavilando la cuestion.
– Estoy muy cansado y no has contestado a mi pregunta.
– ?Que pregunta?
– ?Has venido a matarme?
Bosch miro el rostro y las manos inutiles del hombre y se dio cuenta de que sentia compasion.
– No se lo que iba a hacer. Solo sabia que iba a venir.
– ?Quieres que te hable de ella?
– ?De mi madre?
– Si.
Bosch lo penso. Sus propios recuerdos de su madre eran tenues y se apagaban cada vez mas. Y tenia pocos recuerdos de ella procedentes de otras personas.
– ?Como era? -dijo.
Conklin penso un momento.
– Para mi es dificil describirla. Sentia una gran atraccion por su…, por su sonrisa torcida… Sabia que tenia secretos. Supongo que todo el mundo los tiene. Pero los suyos eran profundos. Y a pesar de todo eso, estaba llena de vida. Y, veras, creo que yo no lo estaba cuando nos conocimos. Ella me dio vitalidad.
Bebio otra vez y vacio el vaso. Bosch se ofrecio a ir a buscar mas agua, pero Conklin rechazo la oferta.
– Habia estado con otras mujeres y querian exhibirme como trofeo -dijo-. Tu madre no era asi. Ella preferia quedarse en casa o llevarse una cesta de picnic a Griffith Park que ir a los clubes de Sunset Strip.
– ?Como descubrio… lo que hacia?
– Ella me lo conto. La noche que me hablo de ti. Dijo que necesitaba contarme la verdad porque necesitaba mi ayuda. He de admitir… El impacto fue… Al principio pense en mi. En protegerme. Pero admire su valor al decirmelo y entonces yo estaba enamorado. No podia darme la vuelta.
– ?Como lo supo Mittel?
– Yo se lo dije. Nunca he dejado de lamentarlo.
– Si ella… Si ella era como usted la ha descrito, ?por que hacia lo que hacia? Yo nunca… nunca lo he entendido.
– Yo tampoco. Como te he dicho, ella tenia secretos. No me los conto todos.
Bosch desvio la vista y miro por la ventana, que daba al norte. Vio las luces de las colinas de Hollywood brillando entre la niebla de los canones.
– Ella solia decirme que tu eras un chico muy fuerte -explico Conklin desde detras de el, con una voz casi ronca. Probablemente habia hablado mas que en varios meses-. Una vez me dijo que no importaba lo que le ocurriera a ella porque tu eras lo bastante fuerte para salir adelante.
Bosch no dijo nada, solo miro por la ventana.
– ?Tenia razon? -pregunto el anciano.
La mirada de Bosch siguio el perfil de las colinas en direccion norte. En algun lugar de alli arriba, las luces brillaban desde la nave espacial de Mittel. Estaba esperando Bosch. Este se volvio hacia Conklin, que todavia estaba esperando una respuesta.
– Creo que el jurado sigue deliberando.
Bosch se apoyo en la pared de acero inoxidable del ascensor mientras descendia. Se dio cuenta de lo diferentes que eran sus sentimientos de los que albergaba cuando habia subido en ese mismo ascensor. Habia subido con el odio latiendo en su pecho como un gato en un saco de arpillera. Ni siquiera conocia al hombre al que tanto odiaba. Ahora miraba a aquel hombre como un personaje digno de lastima, medio hombre que yacia con sus manos fragiles en la manta, aguardando, tal vez con esperanza, que la muerte llegara y pusiera fin a su sufrimiento privado.
Bosch creia a Conklin. Habia algo en su historia y en su dolor que parecia demasiado genuino para considerarlo una actuacion. Conklin estaba mas alla de posar. Se enfrentaba a una tumba. Se habia llamado a si mismo cobarde y marioneta, y a Bosch no se le ocurria nada mas duro para que un hombre escribiera su propia lapida.
Al darse cuenta de que Conklin le habia dicho la verdad, Bosch supo que ya se habia encontrado cara a cara con el verdadero enemigo. Gordon Mittel. El estratega. El asesino. El hombre que manejaba los hilos de la marioneta. No tardarian en volver a encontrarse. Pero esta vez Bosch planeaba hacerla en sus propios terminos.
Pulso otra vez el boton de la planta baja como si eso fuera a convencer al ascensor de descender mas deprisa.