Grace senalo la foto.

– Su nombre de luchadora. Era Pequena Pocahontas.

– ?Y como lo sabe?

Grace se encogio de hombros.

– Soy un cumulo de datos inutiles.

Grace se quedo mirando fijamente a Sandra Koval por un momento. Esta se aclaro la garganta y consulto su reloj con un gesto ostensible.

– No tengo mucho tiempo. Acompaneme, por favor.

Ninguna de las dos hablo mientras recorrian el pasillo y entraban en una sala de reuniones. Habia una mesa larga, unas veinte sillas y, en medio, uno de esos telefonos de manos libres grises que se parecen sospechosamente a un pulpo. En un rincon, un aparador ofrecia diversos refrescos y agua mineral.

Sandra Koval mantuvo las distancias. Se cruzo de brazos e hizo un gesto que daba a entender: «?Y bien?».

– La he investigado -dijo Grace.

– ?Quiere sentarse?

– No.

– ?Le importa si me siento yo?

– Usted misma.

– ?Quiere tomar algo?

– No.

Sandra Koval se sirvio una coca-cola light. Mas que guapa, era lo que se llamaria una mujer atractiva. Su pelo encanecia de una manera que le sentaba bien. Tenia una figura esbelta, labios carnosos. Adoptaba la pose de quien se come el mundo, como quien insinua a sus adversarios que se siente comoda consigo misma y esta mas que dispuesta a entablar una batalla.

– ?Por que no esta en su despacho? -pregunto Grace.

– ?No le gusta esta sala?

– Es un poco grande.

Sandra Koval se encogio de hombros.

– Usted no tiene un despacho aqui, ?verdad?

– Digamelo usted.

– Cuando he llamado, me han contestado «Linea de Sandra Koval».

– Ya.

– Han dicho «linea». No despacho.

– ?Y eso tiene que significar algo?

– En si mismo, no -contesto Grace-. Pero he consultado la pagina web del bufete. Usted vive en Los Angeles. Cerca de la oficina de Burton y Crimstein en la costa oeste.

– Cierto.

– Esa es su base. Aqui esta de visita. ?Por que?

– Por un caso que llevo -dijo la abogada-. Un hombre inocente acusado injustamente.

– ?No lo son todos?

– No -contesto despacio Sandra Koval-. No todos.

Grace se acerco mas a ella.

– Tu no eres la abogada de Jack -dijo-. Eres su hermana.

Sandra Koval fijo la mirada en su coca-cola.

– He llamado a tu facultad de derecho. Han confirmado mi sospecha. Sandra Koval es tu nombre de casada. La mujer que se licencio alli era Sandra Lawson. Lo he comprobado en LawMar Securities, la empresa de tu abuelo. Sandra Koval figura como miembro del consejo de administracion.

Sandra Koval sonrio sin alegria.

– Vaya, veo que eres una pequena Sherlock.

– Asi que, ?donde esta? -pregunto Grace.

– ?Cuanto tiempo llevais casados?

– Diez anos.

– ?Y en todo ese tiempo cuantas veces ha hablado Jack de mi?

– Practicamente nunca -admitio Grace.

Sandra Koval extendio las manos.

– Pues ahi tienes. ?Por que habria de saber donde esta?

– Porque te llamo.

– Eso es lo que tu dices.

– Pulse el boton de rellamada.

– Ya, es lo que me has dicho por telefono.

– ?Quieres decir que no te llamo?

– ?Cuando se supone que tuvo lugar esa llamada?

– ?Se supone?

Sandra Koval se encogio de hombros.

– Siempre tiene que salir la abogada.

– Anoche -dijo Grace-. A eso de las diez.

– Pues ya tienes la respuesta. Yo no estaba aqui.

– ?Donde estabas?

– En mi hotel.

– Pero Jack llamo a tu extension.

– Si lo hubiese hecho, nadie habria descolgado. No a esa hora. Habria saltado el contestador.

– ?Hoy has escuchado los mensajes?

– Claro. Y no, no habia ninguno de Jack.

Grace intento asimilarlo.

– ?Cuando fue la ultima vez que hablaste con Jack?

– Hace mucho tiempo.

– ?Cuanto?

Aparto la mirada.

– No hemos vuelto a hablar desde que se fue al extranjero.

– De eso hace quince anos.

Sandra Koval bebio otro sorbo.

– ?Como es que sabia tu numero de telefono? -pregunto Grace.

No contesto.

– Vivis en el doscientos veintiuno de North End Avenue, Kasselton. Teneis dos lineas de telefono, una de voz y otra de fax. -Sandra repitio los dos numeros de memoria.

Las dos mujeres se miraron fijamente.

– Pero ?nunca has llamado?

– Nunca.

El telefono de manos libres chirrio.

– ?Sandra?

– Si.

– Hester quiere verte en su despacho.

– Ahora voy. -Sandra Koval aparto la mirada-. Tengo que irme.

– ?Por que intento llamarte Jack?

– No lo se.

– Tiene problemas.

– Eso dices tu.

– Ha desaparecido.

– No por primera vez, Grace.

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