siendo el rey del cotarro y a la noche eres un mierda. No tendria que haberme metido nunca en este maldito negocio.

– Vale, pero si lo unico que te interesa es el dinero, piensa que Triton es la compania que domina la tecnologia a nivel mundial y genera mas de dos millones de dolares de beneficios al ano -le contesto Rowe.

– Y mas mierda para manana por la noche. -Gamble miro de reojo a Rowe y solto una bocanada de humo.

Sidney Archer anuncio su intervencion con un carraspeo.

– No si compras CyberCom, Nathan. -Gamble se volvio para mirarla-. Estaras en la cumbre durante los proximos diez anos y triplicaras las ganancias en los primeros cinco.

– ?De veras? -Gamble no parecia convencido.

– Ella tiene razon -senalo Rowe-. Tienes que comprender que nadie, hasta el momento, ha conseguido disenar el software y los perifericos de comunicacion que permitan al usuario obtener el maximo rendimiento de Internet. Todos se han arruinado en el intento. CyberCom lo ha conseguido. Por eso hay esta guerra tan terrible por hacerse con la compania. Nosotros estamos en la posicion adecuada para acabar con ella. Tenemos que hacerlo o tambien nos hundiremos.

– No me gusta que miren nuestras cuentas. Y se acabo. Somos una compania privada en la que yo soy el principal accionista. Y el dinero en mano es el que manda. -Gamble miro con dureza a los dos jovenes.

– Seran sus socios, Nathan -dijo Sidney-. No cogeran su dinero y se largaran como ocurrio en las otras companias que ha comprado. Quieren saber en que se meten. Triton no cotiza en bolsa, asi que no pueden ir al registro y pedir la informacion que quieren. Es una diligencia razonable. Se lo han pedido a todos los demas ofertantes.

– ?Ha presentado mi ultima oferta en efectivo?

– Si -contesto Sidney.

– Se mostraron muy impresionados y reiteraron la peticion de los informes financieros de la compania. Si se los damos, mejoramos un poco la oferta y redondeamos algunos incentivos, creo que cerraremos el trato.

– No hay ni una sola compania que pueda tocarnos y ahora esa mierda de CyberCom quiere controlarme - grito Gamble con la cara roja como un tomate mientras se levantaba.

– Nathan, solo es un mero tramite. No tendran ningun problema con Triton; los dos lo sabemos. Acabemos con esto. No es que los registros no esten disponibles. Estan mejor que nunca -dijo Rowe, visiblemente frustrado-. Jason Archer se encargo de la reorganizacion y ha hecho un trabajo estupendo. Un deposito lleno de papeles sin orden ni concierto. Todavia no me lo puedo creer. -Miro a Gamble con desprecio.

– Por si lo has olvidado, yo estaba demasiado ocupado ganando dinero como para perder el tiempo con un monton de papeles, Rowe. El unico papel que me interesa es el de los billetes.

Rowe no hizo caso de la replica de Gamble.

– Gracias al trabajo de Jason la diligencia se puede cumplir casi de inmediato. -Aparto con la mano el humo que el otro le echaba a la cara.

– ?De veras? -Gamble miro furioso a Rowe y despues repitio el gesto con Sidney-. A ver, ?puede decirme alguien por que no esta presente Archer?

Sidney se puso palida y, por primera vez en todo el dia, se quedo sin respuestas.

– Jason se tomo unos dias libres -intervino Rowe.

– De acuerdo, a ver si podemos hablar con el por telefono y asi sabremos a que atenernos. -Se masajeo las sienes-. Quiza tengamos que darle una parte a CyberCom, o quiza no, pero no quiero darles nada que no sea estrictamente imprescindible. ?Que pasara si no cerramos el trato? ?Que pasara? -Miro furioso a todos los presentes.

– Nathan, nos ocuparemos de que un equipo de abogados revise cada uno de los documentos antes de entregarselos a CyberCom -le tranquilizo Sidney.

– Muy bien, pero ?hay alguien que conozca mejor los registros que su marido? -Gamble miro a Rowe para que le diera la respuesta.

El joven encogio los hombros.

– Ahora mismo, no hay otro.

– Entonces, llamalo.

– Nathan…

Gamble interrumpio a Rowe sin contemplaciones.

– Caray, ?es que el presidente de la compania no puede pedirle a un empleado un informe? ?Y por que se ha tomado unos dias libres cuando el asunto de CyberCom esta que arde? -Miro bruscamente a Sidney-. No dire que me agrada tener a marido y mujer metidos en la misma adquisicion, pero resulta que usted es la abogada mas experta en el tema que conozco.

– Muchas gracias.

– No me de las gracias porque este trato todavia no esta cerrado. -Gamble se sento y le dio una larga chupada al puro-. Llamemos a su marido. ?Esta en casa?

Sidney parpadeo varias veces y se acomodo mejor en la silla.

– Creo que en estos momentos no esta.

– ?Y cuando estara? -pregunto Gamble, que miro su reloj.

– No estoy muy segura. -Se acaricio distraida una ceja-. Lo llame cuando hicimos el ultimo descanso y no estaba.

– Bueno, lo intentaremos de nuevo.

Sidney lo miro. De pronto se sintio muy sola en la enorme sala. Suspiro para sus adentros y le entrego el mando a distancia a Paul Brophy, el joven abogado que trabajaba en la oficina de Nueva York. «Maldita sea, Jason -penso-. Espero que tengas el nuevo trabajo bien amarrado porque por lo que se ve vamos a necesitarlo, carino.»

Se abrio la puerta de la sala y una secretaria asomo la cabeza.

– Senora Archer, lamento interrumpir, pero ?tiene algun problema con su billete de avion?

– No que yo sepa, Jan -respondio Sidney, intrigada-. ?Por que?

– Alguien de la compania esta al telefono y quiere hablar con usted.

Sidney abrio el maletin, saco el billete y le echo una ojeada. Miro a Jan.

– Es un billete abierto para el puente aereo. ?Por que me llaman?

– ?Podemos continuar con la reunion? -grito Gamble.

Jan carraspeo, miro preocupada a Nathan Gamble y volvio a dirigirse a Sidney.

– La persona que llama insiste en hablar con usted. Quiza se han visto obligados a cancelar todos los vuelos. Nieva sin parar desde hace tres horas.

Sidney recogio otro mando a distancia y apreto un boton. Las cortinas automaticas que cubrian el ventanal se abrieron lentamente.

– ?Vaya! -exclamo Sidney, desconsolada. Contemplo como caian los gruesos copos de nieve. La nevada era tan fuerte que no se veian los edificios al otro lado de la calle.

– Todavia tenemos un apartamento en el Park, Sid, si tienes que quedarte y pasar la noche -dijo Paul Brophy, y anadio con una expresion ilusionada-: Quiza podriamos ir a cenar.

– No puedo -contesto ella sin mirarle.

Se sento con un gesto de cansancio. Estuvo a punto de decir que Jason no se encontraba en la ciudad pero se contuvo. Sidney penso deprisa. Era obvio que Gamble no lo dejaria pasar. Tendria que llamar a casa, confirmar lo que ya sabia: que Jason no estaba alli. Podrian irse todos a cenar y ella aprovechar la ocasion para llamar a Los Angeles, empezando con las oficinas de AllegraPort. Ellos localizarian a Jason, el responderia a las preguntas de Gamble y, con un poco de suerte, ella y su marido se librarian con el orgullo un poco magullado y un principio de ulcera. Si los aeropuertos estaban cerrados, podia tomar el ultimo tren expreso. Calculo rapidamente lo que tardaria en llegar. Tendria que llamar a la guarderia. Karen podia llevarse a Amy a su casa. En el peor de los casos, Amy podia quedarse a dormir con la maestra. Esta pesadilla logistica reforzo todavia mas el anhelo de Sidney de disfrutar de una vida mas sencilla.

– Senora Archer, ?acepta la llamada?

La voz de la secretaria la devolvio a la realidad.

– Lo siento, Jan, pasamela aqui. Y, Jan, a ver si puedes conseguirme un pasaje en el ultimo expreso, por si

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