incognito. El problema estaba en que ninguna de las tiendas de ropa de la estacion seguia abierta a estas horas de la noche. Tendria que comprar lo necesario en Nueva York.

Entro en una cabina de telefono y consulto su agenda; la tarjeta de Lee Sawyer aparecio entre las hojas. La contemplo durante un buen rato. ?Maldita sea! Tenia que hacerlo, se lo debia. Marco el numero de la casa de Sawyer. Al cabo de treinta segundos se puso en marcha el contestador automatico. Sidney vacilo por un instante antes de colgar. Marco otro numero. Tuvo la sensacion de que habian pasado horas antes de que le respondiera una voz somnolienta.

– Jeff?

– ?Quien es?

– Sidney Archer.

Sidney oyo el rumor de las sabanas y la manta, mientras Fisher buscaba algo, probablemente el reloj.

– Estuve esperando tu llamada, pero al final me entro sueno.

– Jeff, no tengo mucho tiempo. Ha ocurrido algo terrible.

– ?Que? ?Que ha pasado?

– Cuanto menos sepas, mejor. -Sidney hizo una pausa para poner orden en sus pensamientos-. Jeff, te dare un numero donde me puedes encontrar ahora mismo. Quiero que vayas a un telefono publico y me llames.

– Caray, son… son mas de las dos de la manana.

– Jeff, por favor, haz lo que te pido.

Despues de protestar un poco, Fisher asintio.

– Dame unos cincos minutos. ?Cual es el numero?

No habian pasado los seis minutos cuando sono el telefono. Sidney atendio en el acto.

– ?Estas en una cabina? ?Me lo juras?

– Si. Y me estoy pelando de frio. Ahora dime que quieres.

– Jerry, tengo la contrasena. Estaba en el correo electronico de Jason. Yo tenia razon; la envio a una direccion equivocada.

– Fantastico. Ahora podemos leer el archivo.

– No, no podemos.

– ?Por que?

– Porque perdi el disquete.

– ?Que? ?Como es posible?

– Eso no importa. Esta perdido y no puedo recuperarlo. -El desconsuelo de Sidney se reflejaba en su voz. Penso por un momento. Iba a decirle a Fisher que dejara la ciudad por algun tiempo. Si lo ocurrido en el garaje era un aviso, el podia estar en peligro. Se quedo helada al escuchar las palabras de Fisher.

– Chica, estas de suerte.

– ?De que hablas?

– No solo soy un maniatico de la seguridad sino que tambien tengo miedo. He perdido demasiados archivos en el curso de los anos por no haber hecho una copia de seguridad en su momento, Sid.

– ?Me estas diciendo lo que creo que me dices, Jeff?

– Mientras tu estabas en la cocina y yo intentaba descifrar el archivo -hizo una pausa de efecto-, me tome la libertad de hacer dos copias. Una en el disco duro y otra en un disquete.

La emocion dejo a Sidney sin palabras. Cuando por fin hablo, la repuesta hizo sonrojar a Fisher.

– Te quiero, Jeff.

– ?Cuando quieres venir para ver que oculta ese condenado?

– No puedo, Jeff.

– ?Por que no?

– Tengo que abandonar la ciudad. Quiero que me envies el disquete a la direccion que te voy a dar. Quiero que lo mandes por FedEx. Despachalo a primera hora, Jeff, en cuanto salgas de casa.

– No lo entiendo, Sidney.

– Jeff, me has ayudado mucho, pero no quiero que lo entiendas. No quiero involucrarte mas de lo que ya estas. Quiero que vuelvas a casa, recojas el disquete y despues te vayas a un hotel. El Hollyday Inn de Oid Town esta cerca de tu casa. Enviame la factura.

– Sid…

– En cuanto abran la oficina de FedEx de Oid Town, quiero que envies el paquete -insistio Sidney-. Despues llama a la oficina, diles que prolongaras las vacaciones unos dias mas. ?Donde vive tu familia?

– En Boston.

– Perfecto. Vete a Boston y quedate con ellos. Enviame la factura del pasaje. Vuela en primera clase si quieres, pero vete.

– ?Sid!

– Jeff, tengo que marcharme dentro de un minuto asi que no discutas. Tienes que hacer lo que te he digo. Es la unica manera de que estes seguro.

– No es una broma, ?verdad?

– ?Tienes un lapiz?

– Si.

Sidney abrio la agenda.

– Anota esta direccion. Envia el paquete alli. -Le dio la direccion de sus padres y el numero de telefono en Bell Harbor, Maine-. Lamento mucho haberte mezclado en todo esto, pero eres la unica persona que podia ayudarme. Gracias. -Sidney colgo el auricular.

Fisher colgo el telefono, miro con atencion a su alrededor, corrio hasta el coche y regreso a su casa. Se disponia a aparcar cuando vio una furgoneta negra. Aguzo la mirada y alcanzo a ver a los dos figuras sentadas en el asiento delantero del vehiculo. En el acto se le acelero la respiracion. Dio la vuelta en U y se dirigio otra vez hacia el centro de Oid Town. No miro a los ocupantes de la furgoneta cuando paso junto a ella. Por el espejo retrovisor vio que el vehiculo imitaba su maniobra y lo seguia.

Fisher aparco delante de un edificio de dos plantas. Miro el cartel luminoso: CYBER@CHAT. Fisher era amigo del dueno e incluso le habia ayudado a montar el sistema de ordenadores que ofrecia el local.

El bar estaba abierto toda la noche y con razon. Incluso a esta hora estaba casi lleno. La mayoria de los parroquianos eran estudiantes que no tenian que levantarse temprano para ir al trabajo. Sin embargo, en lugar de una musica estruendosa, clientes vocingleros y el ambiente lleno de humo (no se podia fumar porque el humo afectaba a los ordenadores), solo se escuchaban los sonidos de los juegos de ordenador y las discusiones apasionadas pero siempre en voz baja sobre lo que aparecia en las pantallas. Tambien aqui se ligaba, y los hombres y las mujeres se paseaban en busca de compania.

Fisher encontro a su amigo detras de la barra y le pidio ayuda. Despues de pasarle con disimulo el papel con la direccion que Sidney le habia dictado fue a sentarse delante de uno de los ordenadores mientras el propietario iba a su despacho. Mientras esperaba, Fisher miro a traves de la ventana en el momento en que la furgoneta negra aparcaba en un callejon delante mismo del local. El joven volvio a mirar la pantalla.

Una camarera le trajo una botella de cerveza y un plato de cacahuetes. Junto al plato coloco una servilleta de tela. Escondido en los pliegues de la servilleta habia un disquete en blanco. Fisher se hizo con el disquete y se apresuro a meterlo en la disquetera. Tecleo su contrasena y se oyo el pitido de la conexion telefonica del modem. En menos de un minuto habia conectado con el ordenador de su casa. Tardo treinta segundos en copiar los archivos de Sidney. Volvio a mirar por la ventana. La furgoneta seguia alli.

La camarera se acerco una vez mas a la mesa para preguntarle si deseaba algo mas. En la bandeja traia un sobre de FedEx con la direccion de Bell Harbor en la etiqueta. Fisher miro por la ventana. Esta vez vio que a unos metros del callejon, dos agentes de policia habian aparcado sus coches y se habian apeado para charlar un rato. En el momento en que la camarera iba a recoger el disquete, cosa que formaba parte del plan pergenado con el dueno del local, Fisher meneo la cabeza. Acababa de recordar la advertencia de Sidney. No queria involucrar a sus amigos sin necesidad y ahora quiza podria evitarlo. Le susurro algo a la joven, que se marcho con el sobre vacio de vuelta al despacho. Volvio al cabo de un par de minutos con otro sobre. Fisher lo miro y no pudo evitar una sonrisa al ver el franqueo. Su amigo habia calculado con mucha generosidad el valor necesario para enviar el paquete certificado y con acuse de recibo; no lo devolverian por franqueo insuficiente. No era tan rapido como el

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