cuerpo una goma similar a esta que se encontraba a nuestro lado?

Tire la pistola ya innecesaria y sali del escondite. Daba igual: el final era el mismo.

En ese momento notamos la transformacion que adquiria el ambiente, transformacion que hacia rato habia empezado a ocurrir, pero a la que no prestabamos atencion por el calor de la lucha. El aire se torno rosado, como si lo hubiesen coloreado con fucsina y luego se puso rojo. Recorde que, al disparar la ultima bala al sargento, apenas pude distinguir su rostro envuelto en el humo rosado; y cuando la pistola cayo de mis manos, maquinalmente le eche una mirada… pero no la vi, bajo mis pies quedo una jalea densa, en tanto que todo se llenaba de una niebla del mismo color. Ahora, las figuras de los policias vislumbrabanse como sombras purpureas. La niebla adquirio una densidad mayor, hasta que llego a tener una espesura tal, que ya no era una niebla, sino algo como una mezcla de papilla con mermelada de fresas. Sin embargo, no estorbaba nuestros movimientos ni oprimia la respiracion.

Ignoro el tiempo que nos rodeo la niebla -tal vez un minuto, quizas media hora o una hora entera-; pero se desvanecio repentina e imperceptiblemente. Al desaparecer, ante nosotros surgio un cuadro completamente diferente. No habia ni policias, ni casas, ni calles, sino solamente un desierto quemado por el sol y un cielo de nubes normales a grandes alturas. En lontananza, como cinta ahumada que se ennegreciera paulatinamente, prolongabase la carretera; y sobre la alambrada descansaba el coche desafortunado del agente comercial.

– ?Que fue esto? ?Un sueno? -pregunto este.

Su voz sono ronca, no natural, como si la lengua no se le sometiera: asi empieza hablar aquel que ha perdido temporalmente el habla.

– No, no fue un sueno -repuse, y le di unas palmadas tranquilizadoras en el hombro-. Quiero serle sincero, fue una realidad evidente y nosotros fuimos sus unicos testigos.

Pero no, nosotros no fuimos los unicos testigos. Hubo otro testigo que, estando fuera, observo el fenomeno. Lo encontramos posteriormente. Anduvimos durante quince minutos antes de llegar al motel. Era una construccion antigua, ennegrecida por el peso de los anos, pero con un garaje moderno, hecho de hormigon prefabricado en combinacion con aluminio y vidrio. Johnson, como siempre, se encontraba sentado en los peldanos de la escalera de piedra. Se levanto al vernos, embargado por una alegria no natural e incomprensible.

– ?Don? -inquirio inseguro- ?De donde vienes?

– Del mismo infierno -repuse-. De su filial terrestre.

– ?Estuviste en esa Sodoma? -pregunto casi aterrorizado.

– Si, estuve alli -afirme-. Te lo relatare todo, mas, antes traenos algo frio para beber, si acaso no eres un espejismo.

No, el no era un espejismo, como tampoco lo era el whisky con hielo. ?Y que agradable era estar sentado en la escalera y escuchar el relato de como se veia la ciudad desde afuera!

Johnson la vio inesperadamente. Se encontraba sentado en la escalera, dormitando, y, de repente, al levantar la cabeza, quedo petrificado: a su izquierda, donde nunca habia existido nada excepto barro reseco, nacio una ciudad melliza. A su izquierda, Sand City, y a su derecha, Sand City. 'Pense que era el fin del mundo, porque sin encontrarme en estado de embriaguez, veia dos ciudades identicas ante mis ojos. Entre en mi casa y sali de nuevo: todo seguia tal como antes, yo en el medio y dos ciudades, Sodoma y Gomorra, a ambos lados. ?Era un espejismo? Era posible, puesto que el desierto los hace aparecer. Sin embargo, la ciudad melliza ni se evaporaba ni se disipaba. Y, como ex profeso, a mi motel no llegaba ni un solo automovil. A poco, la ciudad melliza se cubrio de algo parecido a una niebla o humo que, sin embargo, no era ni lo uno ni lo otro. Daba la impresion de que una nube rojo-anaranjada se posaba sobre ella a guisa de ocaso purpureo que augurara la llegada de los vientos'. Al escuchar el relato de Johnson, me di cuenta de que todos habiamos visto colores de matices diferentes. La niebla era o carmesi, o morada, o roja, o encarnada. Cuando se disipo, aparecimos nosotros caminando por la carretera.

Mas tarde, Maria me conto sus impresiones sobre la niebla. Ella me esperaba y su traje era igual al de aquella muneca-fantasma. Me puso al corriente de lo que sucedio en la ciudad. Sobre esto no te escribo, tan solo te envio un par de recortes de periodicos. Ustedes comprenderan mejor que yo todos estos absurdos'.

Coloque a un lado la ultima pagina de la misiva y espere a que Irina terminara de leerla: Cuando termino, nos miramos mutuamente sin encontrar palabras que pudiesen expresar nuestras inquietudes. Quizas pensabamos en lo mismo: ?sera posible que nuestra vida cotidiana pueda mezclarse con los cuentos de hadas?

Capitulo 16 – Moscu-Paris

El recorte del periodico 'Sand City Tribune' que Martin envio, comunicaba lo siguiente:

'Un curioso fenomeno meteorologico ocurrio ayer en nuestra ciudad. A las siete y media de la noche, cuando los bares, tiendas y cines a todo lo largo de la calle del Estado se hallaban iluminados, una extrana niebla roja descendio sobre la ciudad. Algunos testigos oculares aseguran que su color era violeta. A decir verdad, esta no era una niebla corriente, pues la visibilidad conservaba su perfeccion a gran distancia y todas las cosas se distinguian claramente como en una manana de verano despejada. Es cierto que posteriormente la niebla adquirio mayor densidad, tomando el aspecto del 'smog' habitual de California. Algunos afirman que esta era mas espesa que la niebla londinense. Nadie sabe exactamente que tiempo duro su condensacion hasta llegar a la densidad completa; probablemente no mucho, porque la mayoria de los testigos interrogados por nosotros aseguran que la niebla permanecio transparente todo el tiempo y que solo lo que les rodeaba -las casas, la gente, y hasta el aire- adquirio un matiz carmesi oscuro, casi punzo, como si miraramos con espejuelos con lentes rojos. Al principio la gente se detenia y miraba al cielo, pero, al no percibir en el nada anormal, continuaba tranquilamente su camino. La niebla no afecto a los asistentes en los espectaculos y peliculas: alli nadie ni siquiera la noto. El fenomeno persistio cerca de una hora, luego, la niebla (si se puede llamar niebla) se disipo y la ciudad adquirio su normal aspecto vespertino.

El meteorologo James Backely, nacido en Sand City y ahora visitante de la ciudad, declaro que el fenomeno no puede ser clasificado como meteorologico. Segun sus palabras, esto era mas bien una nube enorme enrarecida, formada por particulas infimas de un colorante artificial, dispersas en el aire y probablemente traidas por el viento desde alguna fabrica de lacas y pinturas situada a unas ciento o ciento cincuenta millas de la ciudad. Esta acumulacion estable de particulas infimas colorantes, dispersas en el aire, es un caso muy raro, mas no excepcional, y puede ser llevada por el viento a muchas millas de distancia.

Los reporteros creen que los rumores propagados acerca de las 'nubes' rosadas son completamente infundados. Las 'nubes' rosadas se deben buscar en las regiones polares y no en las subtropicales del continente. En cuanto a los delirios del viejo Johnson, propietario de un motel en la carretera federal, en los que afirmaba haber visto dos ciudades identicas a ambos lados de su motel, no asombran a nuestros reporteros ni a las personas que conocen a Johnson. La temporada de turismo no ha empezado aun y el motel continua vacio. Es posible que Johnson, apenado, bebiese una botella de whisky en exceso y, de tal suerte, quien le reprocharia por haber observado la duplicacion de las cosas'.

'Respecto a este asunto, nuestro mosquetero Lammy Cochen, propietario del bar 'Orion' y lider del club 'Salvajes', nos da otra explicacion: 'Busquen a los rojos -nos dice-. Ellos enrojecen no solo nuestra politica, sino tambien el aire que respiramos'. ?No tiene relacion con la niebla la paliza que recibio el abogado neoyorquino Roy Desmond en la puerta de un bar de esta ciudad, al negarse a responder a la pregunta relacionada con su votacion en las proximas elecciones? La policia llego al instante al lugar del hecho, pero, lamentablemente, fue incapaz de encontrar a los culpables'.

La interviu al almirante Thompson publicada en la revista 'Time and People' llevaba el encabezamiento siguiente:

'Sand City es una ciudad apestada -dice el almirante-. Busquemos el talon de Aquiles de las 'nubes' rosadas'.

'En estos dias, la pequena ciudad surena, sita en la carretera N° 66, ha sido el punto donde coincidieron todas las miradas del continente americano. Los periodicos de nuestro pais han publicado noticias sobre la niebla purpurea que envolvio subitamente la ciudad y el relato del agente comercial Lesley Baker acerca de los sucesos extranos acaecidos en la ciudad melliza. A este respecto, nuestro corresponsal converso con el almirante retirado Thompson, miembro de la expedicion antartica norteamericana y primer testigo ocular de las acciones de las

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