determinado.

– ?Alude usted a los robots?

– No, no aludo a los robots; me refiero, en general, a sistemas programados, en cuyo caso el contacto dependeria del programa.

– ?Y si ellos son sistemas autoprogramados?

– Entonces, todo dependera de como varia el programa bajo los efectos de los factores externos. Las tentativas para establecer contacto con ellos son tambien un factor externo.

– Quisiera que mi pregunta fuese contestada por Anojin. ?Observo usted el proceso mismo de la copia?

– Este no puede ser observado -repuse-, porque el hombre se encuentra en estado comatoso.

– Pero es que ante sus ojos aparecio una copia del cruzanieves, una maquina gigantesca construida de plastico y metal. ?De donde surgio? ?De que materiales fue construida?

– Surgio del aire -afirme. En la sala se rieron.

– Esto no es nada risible -dijo Zernov-. Surgio precisamente del aire, de elementos desconocidos e introducidos en este por un procedimiento que ignoramos.

– Entonces, fue un milagro -afirmo una voz con ironia.

Pero Zernov no se desconcerto.

– Se consideraban milagros, en epocas remotas, todos aquellos fenomenos que la ciencia de entonces no sabia explicar. Nuestro nivel de desarrollo acepta tambien lo inexplicable, pero supone que las aclaraciones seran dadas posteriormente, a medida de que progrese la ciencia. Y el alcance actual de esta nos permite suponer que, aproximadamente, en la mitad o al final del proximo siglo, sera posible reproducir objetos con la ayuda de ondas y campos. Ahora bien, ?que ondas y que campos? Eso ya es asunto de la ciencia futura. Personalmente estoy convencido de que en aquel confin del Cosmos de donde llegaron estos visitantes, la ciencia y la vida han alcanzado ya tal nivel de desarrollo.

– ?Que clase de vida puede ser esa? -inquirio una voz femenina, histerica, segun pude notar, y dominada por el terror-. ?Como podremos nosotros conversar con ellos si son liquidos, que contacto lograremos si son gases?

– Tome un poco de agua -le propuso MacAdo tranquilamente-. No la veo a usted, pero, segun parece, se encuentra superexcitada.

– Yo simplemente comienzo a creer en las palabras de Thompson.

– Felicito a Thompson por su nueva partidaria. En lo referente al liquido o a la estructura coloidal pensantes, quisiera decirle que nosotros existimos en un estado semiliquido y que la quimica de nuestra vida es la quimica del carbono y de las soluciones acuosas.

– ?Y la quimica de la vida de ellos?

– ?Cual es el disolvente? El nuestro es el agua, pero, ?y el de ellos?

– ?Es acaso vida fluorica?

La respuesta llego de un norteamericano sentado en el extremo:

– Todo lo que les dire es solamente una hipotesis. ?Es la vida de ellos fluorica? Lo ignoro, pero en ese caso el disolvente tendria que ser fluoruro de hidrogeno u oxido de fluor. Siendo asi, su planeta seria un planeta frio, puesto que para los seres fluoricos la temperatura ideal es la de cien grados bajo cero. En ese medio, algo frio, hablando con modestia, podria surgir la vida amoniacal. Esto es incluso mas factible, debido al hecho de que el amoniaco se encuentra en la atmosfera de muchos planetas grandes, y el amoniaco liquido puede existir hasta con una temperatura de 35° bajo cero. O sea, casi las condiciones terrestres. Y si pensamos en la adaptabilidad de esos visitantes a las condiciones terrestres, entonces la hipotesis amoniacal resultara mas probable. Ahora bien, si suponemos que los visitantes por si mismos crean las condiciones necesarias para su vida, es posible exponer otras hipotesis cualesquiera, hasta las mas absurdas.

– Tengo una pregunta para el presidente, como matematico y como astronomo. ?A que se referia el matematico ruso Kolmogorov al decir que si nos encontraramos con una vida extraterrestre podriamos simplemente no reconocerla? ?No es esto un caso identico?

MacAdo, de modo muy serio, le paro:

– El, sin duda alguna, no pasaba por alto las preguntas que se hacen a veces en las conferencias de prensa.

La sala se rio de nuevo y los reporteros, esquivando a MacAdo, empezaron otra vez el ataque por los flancos. Su nueva victima fue el fisico Vierre, que acababa de tomar whisky con soda.

– Senor Vierre, ?es usted especialista en fisica de las particulas elementales?

– Si.

– Bien: si las 'nubes' son materiales (el que interrogaba manejaba su microfono a guisa de pistola), entonces deben estar constituidas de particulas elementales conocidas por la fisica. ?No es asi?

– No lo se. Quizas no sea asi.

– Pero es que la mayor parte del mundo que conocemos esta formada de nucleones, electrones y cuantos de radiacion.

– ?Y si esas 'nubes' pertenecen a la menor parte del mundo que conocemos o al mundo que ignoramos en absoluto? ?Y si el mundo de ellas es un mundo de particulas completamente nuevas para nosotros y que no tienen analogia en nuestra fisica?

El interrogador se rindio, abatido por las suposiciones inesperadas de Vierre. En ese momento alguien volvio a recordarse de mi:

– Senor Anojin, ?nos podria usted decir su opinion respecto a la cancion que acompana a su pelicula aqui en Paris?

– No conozco tal cancion -repuse-. Yo no he visto aun mi pelicula aqui en Paris.

– Pero esta ha dado ya la vuelta al mundo. En todos los paises la interpretan los cantores mas conocidos. Tal vez la oyo en Moscu.

Me encogi de hombros.

– La cancion, sin embargo, fue compuesta por un ruso. Javier solamente la adapto al jazz -siguio diciendo; luego, comenzo a cantar en frances las familiares letras de… 'los jinetes del mundo incognito, el cielo vuelven a cruzar…'

– La conozco -le grite-. El autor es mi amigo Anatoli Diachuk, que participo tambien en nuestra expedicion antartica.

– ?Dichuk? -inquirieron en la sala.

– No Dichuk, sino Diachuk -corregi-. El es poeta, cientifico y compositor… -Note la mirada ironica de Zernov, pero no le preste atencion: yo le daba fama mundial a Anatoli y lanzaba su nombre a todos los periodicos de Europa y America; y, descuidandome de la musicalidad, empece a cantar-: 'Jinetes del mundo incognito… ?Que es esto? ?Un sueno, un mito…? La Tierra en espera de un milagro… Aterida ahoga su grito'.

Todos los presentes me acompanaban: unos en frances, otros en ingles y otros solo tarareaban la melodia. Cuando todo quedo en silencio, el larguirucho MacAdo toco delicadamente su campanilla y dijo:

– Senores, creo que la conferencia de prensa ha llegado a su fin.

Capitulo 18 – Una noche de transformaciones

Al concluir la conferencia de prensa y luego de acordar reunimos pasada una hora en el mismo lugar para cenar, nos dispersamos por las habitaciones del hotel. La conferencia me habia agotado mucho mas que las extenuadoras caminatas antarticas. Solo un buen sueno podia aclarar mis pensamientos y sacarme del estado de apatia en que me encontraba. Pero el sueno, que tanto necesitaba, no llegaba, pese a las vueltas que daba en la cama. Finalmente, me levante, meti la cabeza bajo el chorro de agua fria del grifo y eche a andar en direccion al restaurante, a fin de terminar este dia tan cargado de impresiones. Pero el dia no termino aun y nuevas impresiones empezaron a llegar. Una de estas paso a la ligera por mi mente sin atraer mi atencion, a pesar de que en el primer momento me parecia extrana.

Yo bajaba las escaleras del hotel en pos de un individuo vestido con un traje marron que le sentaba como un uniforme militar. Sus hombros anchos, sus bigotes canosos y en forma de flecha y el pelo corto aumentaban aun

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