– No hable. Esta en la clinica del profesor Peletier. Cuide su garganta y no pronuncie palabra alguna.
Paso el tiempo. Una vez se inclino sobre mi un rostro muy familiar con gafas ahumadas.
– ?Tu? -exclame sin reconocer mi propia voz: era ronca o chillona como la de un pajaro.
– Tss… -susurro, en tanto que sus dedos se posaban sobre mis labios. Pero, ?que delicado, que ligero era este contacto!-. Todo va bien, mi amor. Te recobraras; pero, por favor, no hables. Calla y espera. Vendre otra vez a tu lado. Duerme ahora.
Dormia y despertaba y comenzaba a sentir la liberacion lenta de mi cuello, el sabor del caldo, el dolor de las inyecciones; y de nuevo caia en la oscuridad. Hasta que, al fin, me desperte completamente. Ya podia hablar, gritar, cantar; y yo lo sabia: hasta me habian quitado el vendaje.
– ?Como se llama usted? -le pregunte a mi enfermera de rostro hosco.
– Soy la hermana Teresa.
– ?Es usted monja?
– Todas las enfermeras de esta clinica son monjas.
Notando que ella no me prohibia conversar, con astucia la interrogue:
– Siendo asi, el profesor es catolico, ?verdad?
– El profesor ardera en el infierno -respondio seria-. Estamos aqui, porque el esta convencido de que las enfermeras mas virtuosas somos nosotras. Es una promesa que hemos hecho ante el Todopoderoso.
'Yo tambien ardere en el infierno' pense y cambie de tema:
– ?Que tiempo he pasado en esta clinica?
– Ya han pasado dos semanas despues de la operacion.
– ?La realizo el ateo? -inquiri sonriendo. Ella suspiro:
– Todo es realizado por la clarividencia de Dios.
– ?Y las 'nubes' rosadas?
– En las sagradas enciclicas se senala que fueron creadas por seres humanos. La creacion de nuestros hermanos del Universo ha sido realizada a imagen y semejanza de Dios.
Pense que las sagradas escrituras habian cedido ante un mal peor, al darle preferencia a la hipotesis antropocentrica. Para el mundo cristiano, esta era la unica salida. Pero, ?y para la ciencia? ?Que hipotesis fue apoyada por el Congreso? ?Y por que hasta ahora no me he enterado de nada?
– ?Es esta una clinica o una carcel? -inquiri furioso-. ?Por que me torturan por medio del sueno?
– No le torturamos, le curamos. Empleamos la terapeutica del sueno.
– ?Donde tienen los periodicos? ?Por que no me dejan leerlos?
– La completa separacion del mundo exterior es tambien parte del tratamiento. Cuando este termine, usted recibira todo lo que desee.
– Pero, ?cuando terminara el tratamiento?
– Tan pronto como se encuentre bien.
– Si, pero, ?cuando…?
– Preguntele al profesor.
Me sonrei interiormente: no me resistio. Decidi entonces realizar un ataque por los flancos:
– Estoy mucho mejor, ?verdad?
– Si.
– ?Por que no recibo visitas, pues? ?O es que todos me olvidaron?
Habia que ser monja para poder sostener el ataque de un paciente como este. La hermana Teresa, a excepcion de aquel dia en que se subio de tono, se mantuvo todo el tiempo firme. Hasta algo semejante a una sonrisa se dibujo en sus labios imperturbables y dijo:
– Hoy es dia de visita. Empezara dentro de… -miro el reloj de pulsera, cuya fulguracion yo habia visto muchas veces durante mis despertares-…diez minutos.
Espere esos diez minutos tan manso como un corderito. Me permitieron sentarme en la cama y conversar sin mirar el reloj: mi herida ya se habia cicatrizado por completo.
Sin embargo, Irina me advirtio:
– Yo hablare y tu preguntaras.
Empero, yo no queria preguntar nada, sino repetir eternamente estas palabras: 'Querida mia', 'querida mia', 'querida mia…' ?Que interesante fue el desarrollo de nuestro amor! No hubo explicaciones previas, ni suspiros, ni insinuaciones y semialusiones. Mi duelo con Bonnville-Mongeusseau lo resolvio todo. Me pregunte si Irina lo sabia todo. Si, ella lo sabia. Zernov se lo conto todo. Mientras yo pasaba mis desventuras, ella se encontraba en un estado de atontamiento. Era un sueno y no lo era y sentia un completo vacio en la memoria. Ya de manana, se desperto sintiendo un amodorramiento y con pocos deseos de levantarse de la cama.
– En tanto que tu, a la sazon, sangrabas en la habitacion de Zernov. Por suerte el llego a tiempo, cuando todavia respirabas.
– ?De donde llego?
– Del hall. El yacia alli casi sin sentido y con todo el cuerpo llagado por golpes. ?Que milagros! Parecia haber regresado de las Cruzadas.
– Pienso que de una epoca posterior a ellas. Quizas del siglo XVI. Sus espadas no tenian vainas y las hojas eran finas como una canita. ?Trata de repeler un rayo!
– ?Y tu lo repeliste? ?Que buen mosquetero! Primeramente debes aprender la tecnica de la esgrima.
– La aprendimos en el instituto. Nosotros, los cineastas, debemos saberlo todo. Ese conocimiento me fue muy util.
– Tan util que caiste en la mesa de operaciones.
– Porque fui atrapado en una trampa. Detras de mi se encontraba la pared y a un lado habia una zanja, en tanto que el ?podia maniobrar libremente!
– ?Quien?
– Mongeusseau. Intenta alguna vez luchar contra el campeon olimpico. ?Recuerdas al joven que llevaba una venda sobre un ojo en la mesa del hotel?
Irina no se sorprendio:
– El sigue en el hotel, y como siempre junto a Garresi. ?Y yo que creia que el era un actor de cine! Ellos son los unicos, con la excepcion de nosotros, que continuan hospedados en el hotel despues de aquella noche terrible. ?Que panico! El portero hasta se suicido.
– Que portero? -prorrumpi.
– Aquel calvo…
– ?Etienne? -pregunte intrigado-. ?Por que?
– Nadie lo sabe. Antes de suicidarse no dejo ningun papel que pudiese aclarar la decision que tomo. Aunque creo que Zernov sospecha algo.
– Su muerte es maravillosa -afirme-. Un perro necesita una muerte de perro: a tal vida tal muerte.
– ?Tu tambien sospechas?
– No sospecho; lo se.
– ?Que sabes?
– Es una historia muy larga. Te la contare otra vez.
– ?Por que ustedes me ocultan sus secretos?
– Porque hay cosas que no debes saber aun. Las sabras mas tarde. No te enfurezcas, lo hacemos por tu bien. Dime ahora, ?que le sucedio a Lange? ?Donde esta?
– Se fue. Posiblemente abandono Paris. Existe tambien otra historia relacionada con el -dijo riendose-. Martin, por razones desconocidas, le pego de tal manera que lo dejo irreconocible; por lo menos, en los primeros dias. Se pensaba que habria un escandalo diplomatico, pero no ocurrio nada. Los alemanes occidentales permanecieron quietecitos: Martin es norteamericano y la mano derecha de Thompson. Los Ribbentrops actuales consideran que el es un hueso duro de roer. Hasta el mismo Lange desistio de toda protesta. El afirmo que a los locos no se les condena. Los periodistas, buscando una explicacion del hecho, rodearon a Martin, pero este les brindo whisky y asevero que Lange quiso quitarle una muchacha rusa. Se referia a mi. Todo esto es ridiculo, sin embargo, creo que tras esas risas hay tambien gato encerrado. Martin partio ya con Thompson. No te asombres, esta tambien es una historia larga de contar. Te coleccione los recortes de los periodicos a fin de que te enteraras de todo. Entre estos recortes hay una nota que te envio Martin, aunque no dice nada sobre la pelea. Sospecho que Zernov