banda blanca del glaciar.

A pesar de que nuestra caida fue mucho mas suave que los saltos corrientes en paracaidas, Anatoli se cayo y rodo sobre el hielo. Rapido, me quite el paracaidas y le ayude. Hacia nosotros se aproximaban Thompson y los companeros del campamento. Thompson, a la cabeza del grupo, con su cazadora desabrochada y botas canadienses, sin gorro y con el pelo cortado a lo erizo, me hizo recordar a un viejo entrenador como los que vi en las Olimpiadas de Invierno.

– Bueno, ?que tal? -quiso saber el mostrando un ademan de vencedor.

Su ademan, como siempre, me irrito:

– Todo fue normal -repuse.

– Martin nos comunico que ustedes habian emergido felizmente a traves del tapon.

En silencio, me encogi de hombros. ?Para que retuvieron a Martin en el aire? ?Habria podido el ayudarnos, si no hubieramos salido felizmente del tapon?

– ?Que hay alla dentro? -pregunto finalmente Thompson.

– ?Donde?

'Espera, querido, espera'.

– Usted sabe muy bien a que me refiero.

– Si, lo se.

– Bueno, entonces, hable.

– Alla hay un rompecabezas.

Capitulo 30 – La apuesta

Nosotros regresamos a Umanak. Cuando hablo de nosotros me refiero a nuestro grupo antartico, al personal tecnico-cientifico de la nueva expedicion, a los dos vehiculos todoterreno (donde nos habiamos instalado) y a la caravana de trineos con todos los equipos. El helicoptero habia retornado ya a su base polar de Tule y nuestro comandante Thompson, junto con todos los aparatos que pudo acomodar a bordo del avion, volo a Copenhague.

Alli, en Copenhague, tuvo lugar su ultima conferencia de prensa, en la que refuto todas sus declaraciones privadas y oficiales sobre los exitos obtenidos por la expedicion. En la caseta de radio del vehiculo escuchamos este sombrio intercambio de preguntas y respuestas transmitido desde Copenhague y lo grabamos en cinta magnetofonica para las generaciones futuras. Cortamos todas las exclamaciones, ruidos, risas y gritos del publico, considerandolos superfluos y dejamos tan solo la osamenta de las preguntas y respuestas:

– ?Hara usted, comandante, en calidad de introito, alguna declaracion oficial?

– Si, esta sera breve. La expedicion fue un fracaso. No pudimos realizar o llevar hasta el final experimento cientifico alguno. Yo no logre determinar la naturaleza fisico-quimica de la aureola azul ni de los fenomenos que se producian fuera de sus limites; me refiero al espacio limitado por las protuberancias.

– ?Por que no lo logro?

– Porque el campo de fuerza que rodeaba a la aureola resulto impenetrable para nuestra tecnica.

– Se refiere usted, naturalmente, a la tecnica de la expedicion; pero ?es impenetrable, en general, teniendo en cuenta todas las posibilidades tecnicas de la ciencia terrestre?

– No lo se.

– Sin embargo, en la prensa hubo informacion sobre cierta penetracion en la aureola azul. ?Que puede comunicar al respecto?

– ?A que se refiere usted?

– A la 'mancha violeta'.

– Hemos visto algunas de tales 'manchas'. En efecto, estas no estan protegidas por el campo de fuerza.

– ?Solamente las vieron o intentaron penetrar en ellas?

– No solo intentamos, sino que penetramos. Primeramente utilizamos una onda explosiva dirigida y, posteriormente, un chorro de agua a presion ultrarrapido.

– ?Cuales fueron los resultados?

– No hubo resultados.

– ?Y la muerte de uno de los miembros de la expedicion?

– Esta se debio a un simple caso de negligencia. Nosotros tuvimos en cuenta la posibilidad del surgimiento de una onda reflejada y se lo advertimos a Hanter; pero, desgraciadamente, este no hizo caso de la advertencia y no utilizo el refugio.

– Hemos oido decir que el piloto de la expedicion logro penetrar en la cupula. ?Es cierto eso?

– Si, es cierto.

– ?Por que, entonces, se niega a hablar? Revele usted el secreto.

– Su conducta no encierra ningun secreto. Simplemente, que yo prohibi divulgar las informaciones que tienen relacion con nuestro trabajo.

– No acertamos a comprender el porque de esa decision. Expliquelo, por favor.

– Porque mientras la expedicion no sea disuelta, yo respondo personalmente de toda la informacion.

– ?Quien, a excepcion de Martin, logro penetrar en la aureola azul?

– Dos rusos: el camarografo de la expedicion y el meteorologo.

– ?De que modo?

– En paracaidas.

– ?Y como regresaron?

– Del mismo modo.

– Los paracaidas son para saltar hacia abajo, comandante, no para volar. ?Hicieron uso de un helicoptero?

– No, no utilizaron ningun helicoptero. Simplemente, el campo de fuerza los detuvo, los rechazo y los hizo descender.

– ?Que vieron ellos?

– Pregunteles a ellos mismos cuando la expedicion sea disuelta. Tengo la conviccion de que todo lo que ellos vieron fue un espejismo inculcado.

– ?Con que proposito?

– Con el proposito de turbar y asustar a la humanidad. Con el objeto de inculcarle a esta la idea de la capacidad todopoderosa de la ciencia y de la tecnica extraterrestre. En cierto grado, a mi me convencieron las palabras de Zernov en el Congreso, cuando dijo que todo ese superhipnotismo de los visitantes es una forma de contacto. Si, pero debo agregar, que es un contacto entre colonizadores futuros y sus esclavos.

– ?Y aquello que vieron el piloto y los paracaidistas les asusto y turbo?

– No creo. Esos muchachos son fuertes.

– ?Concuerdan ellos con su criterio?

– Yo no le impongo mi criterio a nadie.

– Sabemos que el piloto vio Nueva York y que los rusos vieron Paris. Algunos creen que eso fue una copia real al estilo de Sand City. ?Cual es su opinion?

– Ya les he expuesto mi criterio al respecto. Por lo demas, el area de la llama azul no es tan grande como para construir en ella dos ciudades con las dimensiones de Nueva York y Paris.

COMENTARIOS DE ZERNOV: 'El almirante tergiversa los hechos. No es cuestion de construir, sino de reproducir las imagenes visuales que los seres cosmicos lograron grabar. Esto seria igual a un montaje fotografico, donde una cosa se elige, se examina y luego se adapta a otras. Nuestros jovenes y Martin tuvieron la suerte de ver aquel laboratorio de los visitantes: les dejaron entrar por la 'trastienda'.

Asi transcurria el tiempo mientras corriamos por el camino a Umanak. Este era el camino mas asombroso del mundo. Creo que ninguna maquina nuestra hubiera podido construir una superficie tan ideal. Sin embargo, pese a esa perfeccion del camino, nuestro vehiculo todoterreno se detuvo, bien porque una de sus orugas se rompio, bien porque el motor se averio. Solo se que Vano no nos explico nada y farfullo: 'Ya les adverti que tendriamos mucho trabajo con este aparato'. Una hora despues, cuando el segundo todoterreno y los trineos que lo acompanaban se

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