un poco, me ocupare de esto.
— Gracias.
Keridil espero a que Grevard hubiera salido y cerrado la puerta; despues se retrepo en su sillon y suspiro. Habia una jarra de vino y varias copas cerca de el, sobre la mesa; lleno dos de ellas y puso una delante de Cyllan. Esta no la tomo, y el dijo:
— No te comprometeras a nada por beber vino conmigo, Cyllan. Yo lo necesito y estoy seguro de que tu tambien. Ah... y no prestes atencion a los bruscos modales de Grevard; no es mas que afectacion.
Y ahora... ?te sientes un poco mejor sin tantos desconocidos observandote?
Sonrio para alentarla y Cyllan recobro una pizca de su confianza perdida. El estaba intentando cerrar el abismo abierto entre ellos y, si podia doblegarse un poco ante el, o al menos simularlo, tal vez tendria alguna posibilidad de hacerse escuchar con simpatia.
Asintio con la cabeza y tomo la copa. El vino era suave y fresco e hizo que se diese cuenta de la sed y el hambre que tenia. Bebio mas y Keridil hizo un gesto de aprobacion.
— Asi esta mejor. Si podemos hablar sin hostilidad, creo que la entrevista sera mas agradable, ?no te parece?
Cyllan contemplo su copa.
—Yo no he pedido esta entrevista —dijo—. Y es verdad que nada tengo que decir que ya no sepas.
— Tal vez. Pero sigo queriendo oir la historia de tus labios. Quiero ser justo contigo, Cyllan. Tu no has hecho nada, al menos directamente, para perjudicar al Circulo, y me aflige pensar que me consideres tu enemigo.
El vino, tomado con el estomago vacio, se le estaba subiendo rapidamente a la cabeza. Cyllan levanto la mirada, pestaneo y, sin pensarlo, expreso con las palabras los pensamientos que habia pretendido reservarse.
—Pero tu eres enemigo de Tarod, Sumo Iniciado. Esto hace que seas tambien mi enemigo.
— No necesariamente. Si comprendieses lo que esta detras de todo este asunto...
—Oh, si ya lo se. Tarod me conto toda la historia. —Hizo una pausa—. Tambien me dijo que antano fuiste su mas intimo amigo.
Keridil se rebullo incomodo en su sillon.
—Si, lo fui. Pero esto sucedio antes de que descubriese la verdad acerca de el.
—Y rompiste aquella amistad sin pensarlo dos veces; la amistad y la lealtad no contaron para nada. — Sonrio tristemente—. No es de extranar que Tarod este tan amargado.
La flecha dio en el blanco y, no por primera vez, Keridil sintio algo parecido a verguenza.
Cyllan apuro su copa y la tendio para que el le sirviese mas vino. Empezaba a sentirse temeraria y, aunque sabia que el vino le estaba soltando la lengua, ya no le importaba. Keridil le lleno la copa sin hacer comentarios, y ella bebio un largo trago antes de dejarla sobre la mesa.
—Tarod fue leal —dijo furiosamente—. Fue leal al Circulo, y el Circulo le traiciono.
Keridil sacudio la cabeza.
—No lo comprendes. Lo que te haya dicho Tarod debe ser una imagen deformada de los hechos.
— ?Tarod no miente!
Keridil suspiro. La cosa iba a ser mas dificil de lo que habia esperado; habia confiado en que, empleando la razon, podria convencerla de cambiar de opinion, pero la tarea parecia a cada momento mas dificil. Cyllan no pensaba en su propia seguridad, no temia las represalias, su fidelidad a Tarod era inquebrantable, y el Sumo Iniciado comprendio que, por muy enganada que pudiese estar, le amaba. En vista de todo esto, ?como podia hacerle aceptar que Tarod tenia que morir?
— Cyllan. — Apoyo ambas manos en la mesa, con las palmas hacia abajo, en ademan conciliatorio—. Por favor. Debes escucharme y tratar de ver las cosas como las veo yo.
La colera se pinto en los ojos de ella, y replico:
— ?Y por que he de hacerlo, Keridil? Tu no querras verlas como yo las veo; por que tendria yo que hacer concesiones, si tu te niegas a hacerlas? —Tomo su copa y bebio de nuevo, empezando a sentirse un poco mareada—. Me retienes como rehen, mientras te preparas para asesinar a Tarod. Si, asesinar — repitio al ver que Keridil se disponia a protestar—. No es mas ni menos que esto. Tarod no ha sido juzgado por sus presuntos delitos... ?Oh, tambien yo vi los documentos! ?Pero tu le condenas simplemente a muerte por conveniencia! — Escupio furiosamente la ultima palabra—. Si es esta tu justicia, ?no quiero saber nada de ella!
Keridil apreto los dientes, sintiendo que la colera empezaba a sustituir el punzante sentimiento de culpabilidad.
— Si crees que esto es un asesinato — replico a su vez—, tal vez podras dedicar un pensamiento al Iniciado a quien mato Tarod a sangre fria en esta misma habitacion. ?Perdonas eso?
Cyllan sonrio friamente.
— ?Te refieres al hombre que mato a Themila Gan Lin?
— ?Aquello fue un accidente! — Keridil se levanto y empezo a andar, furioso, de un lado a otro de la estancia. La muchacha retorcia todos sus argumentos en su propia ventaja; ahora le parecia que el era el prisionero y ella la inquisidora. Giro bruscamente sobre sus talones y la apunto con un dedo—. Tu amante no es lo que tu quieres creer. ?Ni siquiera es humano! Conspirar con el Caos es un delito que desde hace siglos no se ha cometido en esta tierra; pero tu, con tus ridiculas y romanticas ideas, ?lo has perpetrado! El justo castigo es la muerte, y si no fuese porque te necesitamos como salvaguardia, yo... —Se interrumpio, dandose cuenta de que estaba perdiendo los estribos, y respiro pro fundamente—. No. No quise decir esto; lo siento.
— No deberias sentirlo — replico Cyllan, echando chispas por los ojos—. Matame, no me importa.
El sacudio la cabeza.
—No quiero hacerte dano. Cuando Tarod este muerto, quedaras en libertad, libre de toda culpa. Cumplire mi palabra, y saben los dioses que no te tengo mala voluntad. Pero si persistes en tu loca decision de defender a un ser maligno, tampoco a ti podre ayudarte.
Ella volvio la cabeza.
—No quiero tu ayuda. No quiero nada de ti, salvo la libertad de Tarod.
—Sabes que esto es imposible. Tal vez un dia, por la gracia de Aeoris, lo comprenderas.
El acceso de furor habia pasado, dejando a Cyllan agotada y debil; y el vino estaba corroyendo su voluntad de luchar. En ese momento, se habria arrodillado delante del Sumo Iniciado y suplicado por la vida de Tarod; pero sabia, con horrible certidumbre, que con esto no conseguiria nada. Keridil era implacable, tanto en su odio como en su resolucion, y nada de lo que pudiese hacer o decir ella le haria vacilar. Sintio que lagrimas de desesperacion subian a sus ojos y se esforzo en contenerlas, pero Keridil vio el brillo delator en sus pestanas. Se acerco a ella, sabiendo que no podia consolarla, y sin embargo, fue impulsado por su intranquila conciencia a intentarlo, pero fue interrumpido por una discreta llamada a la puerta y, al abrirla, se encontro con una anciana que vestia el habito blanco de Hermana de Aeoris.
— Oh..., disculpame, Sumo Iniciado. — Sus ojos brillantes y agudos se fijaron en Cyllan —. Estoy buscando a Grevard; me dijeron que le encontraria aqui.
Keridil hizo un esfuerzo para no darle un bofeton.
— Estaba aqui, Hermana Erminet, pero se ha ido. ?En que puedo servirte?
—Se trata, sencillamente, de que tu prisionero deberia ser atendido antes de que pudiese recobrarse de la ultima dosis que le administro Grevard —dijo vivamente la anciana. Cyllan levanto bruscamente la cabeza y miro a la Hermana, la cual le correspondio frunciendo el entrecejo—. Tengo entendido que es una precaucion que no hay que olvidar — siguio diciendo la Hermana Erminet —. Pero si Grevard tiene trabajo en otra parte, yo cuidare con mucho gusto de esto.
— Si, si. — Keridil estaba impaciente, contrariado por la interrupcion y solamente deseoso de librarse lo antes posible de la importuna—. Haz lo que creas mas adecuado, Hermana. Grevard agradecera tu ayuda.
—Muy bien.
La anciana miro de nuevo a Cyllan, esta vez especulativamente. La cara de la joven estaba petrificada, como si hubiese visto un fantasma ancestral, y los rumores que habia oido Erminet durante los ultimos dias en el Castillo empezaron a concretarse en su mente. Desvio la mirada, inclino rapida y cortesmente la cabeza para despedirse del Sumo Iniciado.
Cyllan se quedo mirando la puerta cerrada hasta que la mano de Keridil sobre su hombro la devolvio a la realidad. Se echo bruscamente atras, con el semblante furioso.
—Va a ver a Tarod... ?Donde esta? ?Que le habeis hecho?