—Yo diria —dijo Vinar con cierta timidez— que estas brujas... si son lo que todo el mundo dice, y no tengo motivo para no creerlo... saben mas de lo que han contado de momento.

Los ojos de Moragh centellearon con renovado interes.

—?Que quieres decir con eso, Vinar?

—Bien, senora... A lo mejor creen que hay algo o alguien aqui que puede ayudar a Indigo de una forma que nosotros no sabemos. Por ejemplo con su familia; tal vez alguien aqui sabe algo sobre quienes son y donde podemos encontrarlos. Creo que quizas ese es el motivo de que su mensaje dijera que vinieramos aqui.

—Si. Si, comprendo. —La reina viuda intercambio una inescrutable mirada con su hijo—. Puede que tengas razon; desde luego estaria de acuerdo con la forma en que nuestras hechiceras acostumbran trabajar... Bien, haremos todo lo que este en nuestra mano para ayudaros en vuestra busqueda, y creo que podemos empezar enviando un mensaje por todas las islas para localizar a la familia de Indigo. Eso deberia resultar bastante facil, Ryen.

—Si —respondio Ryen, cuyos ojos estaban fijos en Indigo—. Si...

—Pero por ahora... —La reina viuda se removio en su asiento para luego ponerse en pie. Vinar se apresuro a hacer lo propio y, con cierto retraso, Indigo siguio su ejemplo— No, no, Vinar, no son necesarias las formalidades. Pero es muy tarde y por su aspecto creo que Indigo esta agotada. Todos deberiamos retirarnos, me parece; una buena noche de sueno nos refrescara a todos. Vuestras habitaciones estan listas. Llamare a los criados

y ellos os ensenaran el camino.

Cruzo la habitacion hasta el lugar donde colgaba la bordada tira de un batintin, y mientras lo hacia realizo un leve gesto que solo Ryen vio, en el que indicaba con toda claridad que deseaba que se quedase con ella. Dos mayordomos contestaron a la llamada de la campanilla; se intercambiaron deseos de una buena noche en la puerta y, tal y como se habia convertido en una costumbre entre ellos, Indigo rozo con sus labios los de Vinar en un afectuoso pero casto saludo antes de que un sirviente la escoltara a su habitacion. Vinar dedico una profunda reverencia a la reina viuda, y siguio al otro sirviente pasillo abajo. La puerta se cerro tras ellos, y Moragh aguardo hasta que juzgo que ya no podian oirlos antes de regresar a la mesa. Ryen volvia a estar sentado, con los ojos fijos en el monton de platos vacios pero aparentemente sin verlos. La reina viuda sirvio un poco mas de vino para ambos y deposito una de las copas ante su hijo.

—Hay algo raro en ella, Ryen. Algo mas que una simple perdida de memoria.

Ryen levanto rapidamente los ojos. El tono de su madre ya no mostraba la ligera afabilidad de las ultimas horas; habia una nueva energia en su voz, y cierta irritabilidad.

—Si —dijo—. Lo se.

—Dime exactamente lo que sucedio cuando llegaron al gran salon —pidio Moragh sentandose—. Hasta ahora solo he escuchado relatos confusos y quiero toda la historia.

Ryen conto el relato de la peticion de Jes Ragnarson para que atendiera aquella solicitud de ultima hora, y de su propio asombro, y la reaccion mas exagerada de Brythere, cuando vieron el rostro de Indigo por vez primera. Moragh escucho con atencion; luego fruncio los labios.

—Asi pues tambien Jes debe de pensar que hay mas en esto de lo que parece a simple vista, o no se habria tomado tantas molestias con su solicitud.

—Advirtio el parecido.

—Si, si, desde luego; pero conociendo a nuestro bardo apostaria a que no era ese su unico motivo. —Paseo la mirada por la mesa—. ?Observaste como comia?

—No. —Ryen se mostro perplejo.

—Pues yo si. Ella no es un marinero corriente; tiene unos modales que no quedarian fuera de lugar en la corte de Khimiz, y mucho menos en la nuestra. Y se mostro selectiva con el vino. Vinar bebia cualquier cosa que le pusieramos delante, y con eso no quiero menospreciarlo; es una persona muy honrada y de buen ver. Pero Indigo sabia lo que escogia y sabia lo que le gustaba. Sospecho que, tanto si lo sabe como si no, proviene de un estrato social totalmente diferente del de el.

—No tan diferente como para impedirle convertirse en su prometida —observo Ryen.

—Humm. Bueno, en cuanto a eso... —Pero Moragh decidio no dar a conocer sus ideas sobre la cuestion—. Perdio la memoria durante el naufragio, dijo Vinar, como resultado de un golpe en el craneo. Probablemente la trataron los medicos locales de Amberland, pero, aunque no dudo de su capacidad en lo relativo a fiebres y huesos rotos, imagino que un caso como este debe de estar fuera de su alcance.

—?Crees que nuestros medicos podrian tener exito alli donde ellos fracasaron?

—No pensaba en nuestros medicos —dijo Moragh—, sino mas bien en las brujas del bosque.

—?Oh! ?Oh, si! Empiezo a comprender. La loba domesticada...

—Exactamente. La loba domesticada, y el hecho de que una de las brujas esta al parecer muy ansiosa de que la criatura se reuna con su duena aqui en Carn Caille. Y bien, Ryen, ?no te parece eso un poco peculiar?

El monarca contemplo el interior de su copa con el entrecejo fruncido.

—?Quieres decir que las brujas pueden tener alguna... segunda intencion? —inquirio clavando los ojos en los de ella—. ?O que pueden saber algo que todavia no se nos ha dado a conocer a nosotros?

—Los dos conocemos su forma de actuar, aunque no la podamos comprender — repuso Moragh—. Si de verdad existe algun misterio mas profundo, las brujas seran las primeras en descubrirlo. Y es por eso que creo que esta hechicera, quien sea que resulte ser, tiene un motivo para desear traer a Indigo aqui.

El silencio se adueno de la estancia unos instantes.

—Y quiza —dijo al cabo Ryen con suavidad— no deberiamos pasar por alto otra de las funciones de las brujas...

—?Que?

Moragh habia estado absorta en sus propias reflexiones y no le habia escuchado con claridad. Ryen le dirigio una rapida mirada y, levantandose, cruzo la habitacion hasta la ventana. Aparto la cortina y miro al exterior. El patio estaba desierto y las torres situadas al otro lado eran una borrosa masa oscura, perfilada por un debil resplandor crepuscular que brillaba a lo lejos en el sur. El cielo estaba salpicado de estrellas. Cuando el rey volvio a hablar, su voy, era casi ininteligible.

—Madre..., ?es posible que algun pariente de Kalig sobreviviera a la plaga?

Moragh lo miro sorprendida.

—?Que la sobreviviera? ?Ryen, eso es imposible! Los archivos...

—No se llevo un registro exacto; lo sabemos. La epidemia ataco con demasiada rapidez y demasiada violencia; la gente caia como caen las hojas de un arbol en otono. En una emergencia de tal magnitud no habia tiempo de llevar un registro, de modo que los unicos informes que poseemos son los que se juntaron una vez que lo peor de la plaga hubo pasado.

La reina viuda seguia con los ojos clavados en la espalda de su hijo.

—Ryen —dijo en voz baja—, ?que intentas decir?

El monarca aspiro con fuerza y contuvo la respiracion unos instantes; luego dejo caer la cortina y se volvio para mirarla.

—?No lo ves, madre? Con las islas en tal confusion como se encontraban en aquellos momentos, es posible que el linaje de Kalig sobreviviera. No alguien de la familia directamente; pero a lo mejor un sobrino, o incluso algun bastardo de Kalig o de su hijo. No lo sabemos. No podemos estar seguros.

Moragh empezo a comprender.

—Pero buscaron. Los bardos, las hechiceras...

—Si, y no hallaron ningun pariente, hombre o mujer, vivo. De modo que se vieron obligados a elegir un sucesor que ocupara el trono e iniciara una nueva dinastia, y asi es como llegamos nosotros a Carn Caille. Pero nuestra familia no tiene lazos de sangre con

la de Kalig. A mil abuelo sencillamente lo escogieron. Los bardos... y las brujas.

—Los bardos y las brujas —Moragh repitio sus palabras en voz muy baja—. ?Oh... !

—Si; eso es a lo que me referia, madre, cuando dije que no debiamos pasar por alto el hecho de que las brujas a veces llevan a cabo otros deberes. Cuando Kalig y su familia murieron ellas registraron las islas en busca de un superviviente de su mismo linaje pero no consiguieron! encontrar ninguno. No obstante, si tal superviviente hubiera huido de la epidemia, hubiera abandonado las islas... tal vez con hijos, que por su parte tambien tuvieron hijos en su momento...

Moragh aspiro con fuerza, estremecida.

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