estamos aqui. Decidimos hablar en privado contigo, Niahrin, sin correr el riesgo de ser escuchados. —Se mordio el labio inferior—. Sencillamente parecia conveniente, pero empiezo a pensar que esta en juego algo mas que una simple coincidencia.
—Os haceis eco de mis propios pensamientos, senora —repuso Niahrin, mirandola con sorpresa.
—Si. Si, ya pense que podria ser asi... Muy bien. Hay algo que me gustaria mostrarte. —Sus ojos y los de la bruja se encontraron, y Niahrin vio que, bajo su apariencia de serenidad, la reina viuda se sentia terriblemente inquieta—. Por favor —dijo Moragh—, necesitamos tu ayuda. Y tambien, creo, la necesita Indigo.
CAPITULO 13
Con secreto alivio para Niahrin, Moragh no puso objeciones cuando
El paseo por Carn Caille inquieto a la bruja. Los pasillos estaban mal iluminados y no parecia haber nadie por alli, de modo que la ciudadela daba la impresion de encontrarse extranamente vacia y abandonada. Se escuchaban sonidos ahogados, sin duda procedentes del gran salon, pero la lejana fiesta parecia irreal. La realidad eran pasos que resonaban y sombras fantasmales, y corrientes de aire que se deslizaban entre aberturas de las antiguas piedras para helarles la sangre mientras avanzaban en la penumbra. Traia a la mente la lobrega atmosfera de un cortejo funebre, y Niahrin deseo haber pensado en ponerse el chal.
Jes Ragnarson, a la
Este era el lugar que en una ocasion habia sido el refugio privado del rey Kalig y su familia. Durante los dos primeros anos de su reinado, el abuelo de Ryen, el primer rey Ryen, lo habia hecho suyo, pero al cabo de un tiempo empezo a sentirse como un intruso. En esta habitacion todavia parecian sonar las voces de Kalig, de Imogen y de su hijo e hija, cuyos descendientes, de no haber sido por la tragica plaga, habrian seguido viviendo aqui, y asi pues el nuevo rey habia abandonado los aposentos y habia decretado que se deberian conservar tal y como habian estado en tiempos de Kalig como muestra de respeto hacia el difunto monarca y su familia. Desde entonces se los habia cuidado y limpiado y mantenido en condiciones, pero no se habian vuelto a ocupar. Cathlor, padre de Ryen, habia hecho lo mismo, y Ryen lo habia imitado. Pero, aunque los viejos aposentos reales se hallaban vacios, no se los consideraba ni mucho menos terreno prohibido. La puerta no estaba cerrada con llave; se abrio a un empujon de Jes, y el bardo se hizo respetuosamente a un lado para dejar que Moragh y Niahrin —y
Penetraron en el interior sin hacer ruido. Justo al otro lado de la puerta habia siempre dispuesto un farol con pedernal y yesca junto a el; tanteando en la oscuridad, Moragh no tardo en localizarlo y levanto el tubo de cristal para encender la mecha. El farol era un objeto de gran belleza, que no pertenecia a la artesania de las Islas Meridionales sino que habia sido traido del este hacia mucho tiempo; uno de los muchos articulos que Kalig y su familia habian dejado tras ellos. Una luz ambarina tenida aqui y alla de tonos de un rosa rojizo se filtro a traves del cristal y saco a la habitacion de su oscuridad; Jes cerro la puerta, y la reina viuda indico en voz baja:
—Por aqui.
Iluminados por el farol, que banaba de una luz rosacea los encerados paneles y el elegante mobiliario antiguo, atravesaron la habitacion exterior y llegaron a una puerta interior que Jes se adelanto para abrir. La habitacion situada al otro lado no tenia nada de extraordinario; era sencillamente un pequeno lugar privado donde Kalig y su esposa habian tenido por costumbre sentarse y disfrutar de la mutua compania. Durante el dia la luz penetraba a raudales por una ventana alargada, que ofrecia una espectacular vista al sur en direccion a los bosques y la tundra. Ahora, en la oscuridad, la vista resultaba invisible y el gelido aire que soplaba siempre del sur creaba corrientes de aire que helaban los tobillos de Niahrin. Pero aqui habia dos objetos que Moragh queria que su huesped viera.
En el centro de la pequena habitacion descansaba un arpa. Ninguna mano la habia hecho sonar desde hacia medio siglo, pero sus cuerdas brillaban y la madera relucia con el brillo de una limpieza frecuente y cuidadosa. Tanto a Moragh como a su hijo les gustaba pensar que, si el tiempo pudiera retroceder y sacar de la tumba a su antiguo dueno, este se sentiria satisfecho de lo que encontraria.
Niahrin vio el instrumento y se detuvo, el ojo muy abierto. Aunque la luz de la linterna era vacilante, la reina viuda observo su reaccion y esbozo una debil sonrisa.
—Es hermosa, ?verdad? Pertenecio a un hombre llamado Cushmagar. Era un bardo del rey Kalig, el predecesor de mi padre politico.
—Ese es el rey Kalig que...
—Que murio con su familia durante la plaga de hace cincuenta anos, y que de esta forma elevo a mi familia al trono. Si. —Moragh se acerco al arpa pero no hizo intencion de tocarla—. Segun la lista de honor de Carn Caille, Cushmagar fue el mejor y mas divinamente inspirado de los de su clase que haya honrado las Islas Meridionales en muchas generaciones.
—?Que fue de el? —inquirio Niahrin.
—Fue uno de los pocos que sobrevivieron a la plaga. Vivio para ocupar un lugar preeminente en la corte de mi padre politico. De hecho murio el dia que nacio mi esposo Cathlor. —Los ojos de Moragh se nublaron por unos instantes—. Pero dice la leyenda que, desde que la Madre todopoderosa llamo a Cushmagar al descanso eterno, el arpa se ha negado rotundamente a emitir una sola nota bajo los dedos de ningun otro instrumentista. La historia explica que cualquiera que intente tocarla no conseguira mas que producir un terrible sonido disonante.
Mentalmente, Niahrin escucho melodias espectrales, y vio unas manos en las llamas. Trago saliva.
—?Se ha puesto a prueba la leyenda, alteza?
—Por lo que yo se, nadie ha aceptado el reto. —Moragh miro de soslayo al bardo—. Ni siquiera Jes.
Unas manos envejecidas, penso Niahrin. Sarmentosas y atacadas por la artritis, pero que aun asi conferian el toque seguro de un maestro. Cushmagar habia sido un anciano cuando murio. Y, si era tan bueno como atestiguaba la leyenda, habria sabido como
crear un
Levantando mas el farol, de modo que el arpa volvio a hundirse entre las sombras, Moragh se acerco a la chimenea situada al otro extremo de la habitacion. El hogar estaba vacio, la parrilla limpia y en su sitio, y no habia polvo sobre la repisa. Pero encima de esta, enmarcado por unas colgaduras de terciopelo Indigo, pendia un retrato. Jes habia seguido a la reina viuda, y Niahrin se acerco para colocarse junto a ellos.
Cuatro personas los contemplaron desde el marco de la pintura. Un hombre de cabellos castano rojizos, algo canosos en las sienes, ataviado con las ropas tradicionales de la corte de una epoca pasada. A su lado, una mujer patricia, el sonriente rostro sereno. Y, sentados sobre taburetes bajos ante la elegante pareja, un muchacho y una muchacha con un claro parecido a su progenitor. Niahrin observo el rostro de la muchacha, y se quedo sin respiracion.
—Por lo que sabemos —dijo Moragh con voz muy calmada—, este es el unico retrato jamas pintado del rey Kalig y su familia. Sin duda se finalizo como mucho pocos meses antes de que se desencadenara la plaga.
Niahrin no contesto sino que se limito a seguir mirando el cuadro, petrificada. La reina viuda y Jes intercambiaron una inquieta mirada. Al fin, obligando a las palabras a pasar por la atenazada garganta, Niahrin musito:
—?Diosa bendita! La muchacha... ?es Indigo! —El parecido es extraordinario, ?no es asi? —Moragh mantenia la voz bajo un ferreo control—. Pero no es Indigo. La muchacha del cuadro es Anghara, la hija de Kalig, y lleva muerta mas de medio siglo. —Bajo el farol y se volvio a mirar a la bruja—. Creo que ahora comprendes por que