Grimya no romperia esa promesa.

Asi pues, cuando Niahrin intento sondearla con dulzura, la loba le giro mente y rostro y se nego a responder a sus preguntas. La bruja sabia que habia mas en su silencio de lo que saltaba a la vista, pero tambien conocia a Grimya lo suficiente para darse cuenta de que, a menos que ella decidiera confiarse por voluntad propia, no habria forma de convencerla.

El pestillo de la puerta estaba lo bastante bajo para que Grimya lo alcanzase, y no le costo empujarlo hacia arriba con el hocico; cayo hacia atras con un ahogado chasquido que no consiguio penetrar en los suenos de Niahrin y la puerta se abrio unos centimetros. La loba se escabullo por ella.

Aunque no sabia con exactitud donde se encontraba la habitacion de Indigo, algo que habia oido que Vinar decia a Niahrin le habia dado una pista sobre la direccion que debia tomar. El instinto y el olor harian el resto, y Grimya se puso en marcha por el oscuro pasillo. Que haria cuando encontrara a Indigo, no lo sabia; carecia de un plan especifico. Pero, despues de lo sucedido esta noche, tenia que reunirse con su amiga sin dilacion y —si Indigo le daba la oportunidad— advertirle de lo que se tramaba. Siguio cojeando en la oscuridad, y el irregular golpeteo; de sus patas era el unico sonido en la silenciosa noche. En algun lugar del lado este, habia dicho Vinar, cerca de la torre con el racimo de pequenos torreones en la esquina de la ciudadela. La lluvia habia cesado y las nubes se abrian; la luz de la luna parpadeaba intermitentemente al otro lado de las ventanas ante las que pasaba, proyectando con toda claridad la sombra de la loba. Entonces, el pulso de Grimya se acelero al detectar su hocico los primeros indicios de un olor conocido. Se veia una arcada algo mas adelante, en la pared situada a su izquierda; al atisbar en su interior descubrio un corto pasillo lateral que terminaba en un tramo de escalera. En lo alto de la escalera habia una puerta, y Grimya supo que habia encontrado lo que buscaba.

Empezo a andar ansiosa pero de subito se detuvo, desmoralizada al darse cuenta de que no sabia que hacer. Desde luego que podia aranar la puerta, ganir y gemir hasta despertar a Indigo y obligarla a investigar el ruido, pero ?que conseguiria con eso? ?Que podia decir a la muchacha que lograra romper la barrera alzada entre ellas? Todo lo que obtendria serian palabras airadas, a lo mejor incluso un coscorron, por molestar. Desde el lastimoso fracaso de lo que deberia haber sido su reencuentro, Indigo se habia negado a acercarse a ella; ?por que tendria que cambiar su actitud ahora, en medio de la noche? Y, aun cuando su amiga se mostrara mas receptiva, razono Grimya, ?que podria decirle? ?Que habia visto un cuadro pintado medio siglo atras, y que una de las figuras del retrato era la mismisima Indigo? Era una locura. Indigo no la creeria, y con eso solo

conseguiria ensanchar el abismo entre ambas.

La loba lanzo un debil gemido de tristeza al comprender lo desesperado de su dilema. La pata le dolia; la habia forzado demasiado hoy y ahora le daba punzadas con un dolor sordo e implacable que le hacia desear girarse y eliminar a mordiscos el origen de dicho dolor. No deberia haber ido alli. Deberia haber tenido la sensatez de esperar, aguardar a que llegara un momento mas propicio en el que pudiera empezar a ganarse la confianza de Indigo. Esto no haria mas que empeorar las cosas. Con paso torpe ahora, las orejas y la cola gachas por el cansancio y la desilusion, se dispuso a regresar junto a Niahrin.

La puerta en lo alto de la escalera crujio.

Grimya giro en redondo, a tiempo de ver como se abria la puerta. No surgio luz de la habitacion situada al otro lado, pero una sombra se movio en el umbral, claramente mas oscura contra el negro fondo. Luego, despacio, aparecio la figura de una mujer.

Indi..

Pero el ansioso grito se ahogo en la garganta de la loba cuando, bajo un repentino y fugaz destello de luz de luna procedente del pasillo a su espalda, vislumbro el rostro de la mujer. No era Indigo, sino una mujer anciana, casi una vieja decrepita, con los trenzados cabellos totalmente blancos y la piel arrugada. Parecia llevar una tunica o vestido oscuro, y su rostro, de una palidez enfermiza por encima de sus pliegues, mostraba una expresion de pura maldad.

Horrorizada por esta vision Grimya retrocedio rapidamente fuera de la arcada, pero, aunque la vieja tuvo por fuerza que oir el aranar de sus zarpas sobre el suelo de piedra, no parecio advertir la presencia de la loba. ?Quien era aquella mujer?, se pregunto Grimya desesperadamente.

?Que hacia en la habitacion de Indigo? Con el corazon latiendole con fuerza, contemplo, hipnotizada por el miedo, como la figura se acercaba arrastrando los pies. Y entonces, cuando la luna volvio a aparecer y su brillo ilumino el corredor, el rostro de la figura cambio y Grimya vio a Indigo que avanzaba hacia ella.

La loba se quedo paralizada por la sorpresa. ?Esto no era posible! Apenas momentos antes la vieja habia estado alli; ella la habia visto con sus propios ojos, y ahora...

Indigo llego hasta ella. Paso justo al lado de donde Crin ya se acurrucaba sin moverse, pero hizo caso omiso de la loba; tema la mirada fija al frente con unos ojos que parecian sobrenaturalmente abiertos y brillantes Su rostro mostraba una sonrisa peculiar, y Grimya comprendio de improviso que la muchacha... busco freneticamente la palabra en su cerebro andaba sonambula. Inconsciente, dormida, pero moviendose y actuando como si tuviera un objetivo.

El borde del camison de Indigo —?como podia haber confundido la blanca ropa de hilo con un traje oscuro? se pregunto Grimya— rozo el suelo a pocos centimetros del hocico de la loba, quien emitio un debil gemido angustiado al sentirse invadida por el desconcierto. ?Que debia hacer? ?Que podia hacer? ?Era peligroso despertar a una persona sonambula? ?Era incluso posible? El sobre salto provocado por la vision de la vieja fue barrido por este nuevo temor, y se incorporo con dificultad. Si ladraba, si la llamaba, ?que sucederia? ?Despertaria a Indigo y a lo mejor daria un tropezon y caeria, o sencillamente seguiria adelante sin darse cuenta de nada?

Entonces, antes de que pudiera empezar siquiera a buscar una respuesta a la pregunta, Grimya descubrio lo que a muchacha sostenia en la mano izquierda, y el corazon le dio un vuelco.

?Que significaba esto? De la rigida inmovilidad, el cuerpo de la loba paso a estremecerse desde el hocico hasta la cola No comprendia, pero en su mente se iba abriendo paso una sensacion de terrible peligro, de... Si, utilizaria la palabra, porque era la correcta: de maldad. Percibia algo maligno aqui, algo que Grimya temia nombrar pero que percibia en sus huesos con la misma certeza que si pudiera verlo, escucharlo y tocarlo. Y en su esencia, en su corazon, era...

El hilo de su pensamiento se rompio cuando a lo lejos mas alla de los muros de Carn Caille, un lobo solitario dejo escapar un aullido.

Mientras el melancolico sonido se apagaba, los cabellos del lomo de Grimya se erizaron y una sensacion electrica y hormigueante le recorrio todo el cuerpo. Los lobos salvajes... lo sabian, ?y lanzaban su advertencia!

El terror inundo a Grimya como una ola gigante. Era incapaz de articularlo, incapaz de entenderlo por completo, pero era una sensacion perentoria y no podia vencerla, Indigo se alejaba, con un andar extrano y tieso pero decidido, y al pasar junto a la segunda ventana un rayo de luz de luna convirtio el cuchillo que sostenia en la mano en plata centelleante.

Grimya avanzo tambaleante. No podia correr, no podia moverse a otra cosa que no fuera un paso irregular y ladeado, pero forzo todos sus musculos, maldiciendo en silencio su lesion mientras pugnaba penosamente por llegar hasta Niahrin y despertarla.

CAPITULO 14

Indigo oia risas. Sabia que salian de los aposentos que tenia delante y ello hizo aflorar una sonrisa a su rostro mientras apresuraba el paso. Que bien recordaba estos pasillos... El tiempo no habia cambiado nada, al parecer, e incluso tras su larga ausencia conocia y reconocia cada esquina, cada puerta, cada desgastada piedra. La nocion le proporciono animos. Y el saber lo que le aguardaba en su punto de destino alegro su corazon.

Le parecio que un cierto numero de personas pasaban por su lado mientras recorria el laberinto de pasillos

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