—Todos duermen. —Lo repitio en un tono que reproducia el de el, y esbozo una sonrisa vieja, astuta y amarga—. Ellos duermen, mientras que nosotros permanecemos despiertos. —Saco entonces el cuchillo y se lo mostro. La mano derecha de Fenran se cerro sobre el y recorrio la hoja con la punta de los dedos. No se hizo ningun corte; no habia sangre cuando volvio a abrir la mano. Perfecto. No habia sangre, no habia mancha.

Unicamente la mancha de su mente. Sin duda, cuando los dos eran jovenes no habia sido asi. ?No habian sido mas felices, entonces?

Aunque no dijo en voz alta lo que pensaba, Fenran supo sus pensamientos.

—Si —dijo el—, eramos mas felices. Pero volveremos a ser felices. Cuando este hecho, cuando haya terminado. Nos lo prometimos el uno al otro, amor, y sabemos que es cierto.

Ella contemplo su rostro, sus canosos cabellos, y profirio una suave carcajada. Era la risa de una anciana, pero eso no la desconcerto. No se podia negar el paso del tiempo ni impedirlo, y habia transcurrido mucho tiempo mientras esperaban esta noche.

Existio una epoca, una epoca antiquisima...

La voz, que al parecer hablaba desde el aire por encima de su cabeza, hizo que la muchacha echara una rapida ojeada a lo alto pero nada mas. Cushmagar ya no estaba alli para contar las viejas historias con sus ocultas advertencias. Su momento habia pasado. El momento de Kalig e Imogen habia pasado. Y pronto el obstaculo que se interponia todavia entre ellos y lo que era legitimamente suyo tambien desapareceria.

Era curioso y gratificante que, pese a que sus cabellos eran blancos y su cuerpo empezaba a volverse fragil, Fenran seguia mostrandose erguido y sin encorvarse. Se echo la capucha de la capa sobre la cabeza, sumiendo rostro y cabellos en las sombras; ella hizo lo mismo, y se convirtieron en siluetas en la oscuridad. El le tomo la mano; en la otra mano de la muchacha, el mango del cuchillo se acomodo como un viejo amigo.

Abandonaron juntos la habitacion.

—?Niahrin! ?Niahrin!

La bruja se abrio paso por entre los bajios de suenos imprecisos y desperto, para encontrarse con algo grande, oscuro y pesado que la oprimia. Por un momento, cogida por sorpresa, estuvo a punto de dejarse llevar por el panico, pero entonces la ronca voz de Grimya surgio de la oscuridad, y sintio el calido aliento de la loba en el rostro.

—?Niahrin, tienes que despertar! ?Deprisa, deprisa! ?Necessssito tu ayuda!

Niahrin se libero del revoltijo que habia hecho con las mantas del lecho y se sento.

—Carino, ?que es, que ha sucedido?

—Es Indigo. —Grimya jadeaba y se percibia un tono dolorido en su voz—. ?Por favor, Niahrin, deprisa!

—?Indigo? —Los dedos de la bruja empezaron a hormiguear de forma muy desagradable—. ?Que ha sucedido, Grimya? ?Que ha hecho Indigo?

No bien hubo hecho la pregunta sintio una punzada de sorpresa. No habia inquirido que le habia sucedido a Indigo, sino que habia hecho Indigo. Habia sido un acto totalmente irreflexivo, pero Niahrin habia sabido al momento que, si amenazaba algun peligro, Indigo era la causa y no la victima. Grimya, sin embargo, estaba demasiado agitada para darse cuenta de lo que Niahrin habia dicho. La loba habia resbalado hasta el suelo y tiraba del dobladillo del camison de la bruja, profiriendo ahogados gemidos por entre la boca llena de ropa.

—?De acuerdo, de acuerdo, ya voy! Pero necesito luz; ?no puedo ver en la oscuridad como tu!

Niahrin se apresuro a encender una vela; luego, al recordar su ultimo paseo helado por los pasillos de Carn Caille, se envolvio en su chal antes de seguir a la frenetica Grimya fuera de la habitacion.

—?Querida, si apenas puedes andar! —exclamo cuando llegaron a la puerta—. ?Que has estado haciendo?

Grimya levanto los turbados ojos hacia ella.

—?Pu... puedo andar! ?Debo hacerlo! ?Tengo que ensenartelo!

—Ahora, espera. —Niahrin se detuvo y poso una mano sobre la loba para retenerla mientras estiraba la otra en direccion al pestillo—. Antes de que salgamos corriendo a alguna parte, ?no seria mas sensato decirme que sucede? ?Si tu vas lloriqueando por todo Carn Caille en este estado y conmigo corriendo tras de ti, tendremos a todos los habitantes del lugar despiertos y acudiendo a contemplar el jaleo antes de que sepamos donde estamos! ?Quieres eso?

—Nnno. Pero...

—Bien. —Al ver que habia conseguido hacer llegar el mensaje a la loba, Niahrin la solto—. Antes de que demos un paso dime que ha sucedido.

Grimya lo hizo. A medida que se explicaba advirtio entristecida que lo que habia visto frente a la puerta de Indigo sonaba a algo insignificante e insuficiente para haberle provocado tal estado de agitacion. Pero habia subestimado a Niahrin. La bruja comprendio al instante que habia mucho mas en todo aquello de lo que cualquier bardo, y mucho menos Grimya, podrian haber expresado en palabras; y, cuando la loba le menciono el cuchillo que Indigo sostenia, la inquietud de Niahrin paso repentinamente de capullo a flor.

—?Que clase de cuchillo era? —inquirio—. ?De las cocinas?

—No, no era asi. Muy largo, muy afilado. Una daga. Y el mango estaba ad... adornado.

Por lo que Niahrin sabia, ni Indigo ni Vinar poseian ninguna arma...

—Grimya —dijo la bruja, terriblemente seria ahora—, ?adonde iba Indigo? ?Lo sabes?

La loba balanceo la cabeza de un lado a otro.

—No, no... conozco Carn Caille. Pero caminaba hacia el ala sur.

Sur. No, eso no encajaba con la premonicion que corroia la mente de Niahrin. Algun otro lugar; algun otro lugar...

Entonces, de forma espontanea, una imagen se formo en su cerebro, y supo la respuesta.

Grimya, espera aqui. —Su voz era severa—. Creo que se donde encontrar a Indigo, pero debo moverme con rapidez. —Su mano se posaba ya en la puerta—. Esperame... ?Rezare para no tardar demasiado!

Sabia que Grimya no obedeceria, y mientras empezaba a correr por el pasillo escucho el ruido de la loba al seguirla con toda la rapidez de que era capaz. Solo la Madre sabia que acarrearian a su pata herida los esfuerzos de aquella noche, pero Niahrin no tenia tiempo de detenerse y empezar a discutir. Si su sospecha era cierta —penso, aferrandose a esa esperanza—, tenia que moverse deprisa, o su intervencion llegaria demasiado tarde.

Se equivoco de pasillo tres veces mientras se encaminaba a su destino y cada vez se vio obligada a volver sobre sus pasos, maldiciendo en silencio el laberinto que era Carn Caille y su propia ignorancia. Grimya todavia la seguia, tozuda, a pesar de que ahora apenas si podia cojear; la loba deseaba llamar a Niahrin y preguntarle adonde iba, pero tenia demasiado miedo de utilizar la voz por si alguien de las habitaciones ante las que pasaban se despertaba y la oia.

Pero por fin Niahrin encontro la torre que buscaba, en el vertice de dos corredores. Al acercarse vio que una arcada daba a la torre, y que tras la arcada una escalera ascendia en espiral.

Cojeando y resbalando sobre el suelo de piedra, Grimya la alcanzo mientras ella permanecia indecisa ante el arco. —Niahrin.,. —La loba reunio el valor necesario para hablar, en la confianza de que no habia nadie que pudiera oirla. Jadeaba—. ?Que es este lugar? No es donde Indigo duerme... Su habitacion esta en otrrr... otra parte del... — ?Chist! —Niahrin levanto un dedo para silenciarla, atisbando en la oscuridad del hueco de la escalera y deseando poder distinguir lo que habia arriba—. Lo se. Pero creo que es aqui donde vendra. Grimya olfateo el aire... y se puso alerta. —No vendra —anuncio. —?Que? —La bruja giro bruscamente. —No vendra. Ha venido. —Grimya alzo el hocico—. La huelo, ?huelo a Indigo! Ha llegado aqui antes que nosotras. El rastro es muy reciente. Niahrin lanzo un juramento en voz baja. — ?Adonde fue?

—No... esssstoy segura. Pero... —Entonces, de improviso, Grimya levanto la cabeza y miro a la bruja con creciente horror—. Niahrin, ?creo que Indigo sigue aqui! ?Y si lo esta, al... algo terrible va a suceder!

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