—Yo tambien soy Anghara. Las tres somos sus hermanas. Somos parte de lo que ella ha sido.

Con rapidez, como enloquecida, Niahrin miro de reojo a sus companeros. Jes estaba inclinado hacia adelante y tenia los ojos muy abiertos, pero con sorpresa mas que temor. Moragh, en cambio, estaba rigida, y su rostro aparecia gris y tenso por la sorpresa.

—Las veo —musito con voz ronca; un violento escalofrio le recorrio todo el cuerpo, y su mirada paso violentamente de Niahrin a los tres fantasmas—. ?Pero no comprendo!

La princesa Anghara esta muerta; ?lleva muerta cincuenta anos! Y era humana, mientras que vosotras...

—?Anghara no murio! —la interrumpio Nemesis; aunque su voz era suave, ahogo las palabras de la reina con tanta efectividad como si las hubiera acallado a gritos—. Esta aqui, en Carn Caille. Nosotras somos ella; ella es nosotras. Y hay otro mas.

Los labios de Moragh empezaron a temblar.

—No entiendo... —Pero su tono sugeria que si comprendia, y se sentia aterrorizada por ello—. ?Donde esta Anghara? ?Quien es?

—Es Indigo. Y es nosotras. Todas somos parte de un unico espiritu.

La reina viuda profirio un terrible sonido estrangulado, y Jes se volvio hacia ella alarmado.

—Alteza...

—No... —Lo rechazo, apartando la solicita mano que le tendia—. No, Jes, estoy bien. —Hizo una pausa—. ?Las ves? ?Oiste lo que..., lo que... dijeron?

El rostro del bardo estaba desolado.

—Si, alteza, lo oi.

Moragh trago saliva e hizo un esfuerzo por recuperar la calma.

—Mi hijo te... tenia mas razon de lo que pensaba. —El labio inferior volvio a temblar; lo mordio con fuerza y miro a Nemesis otra vez—. Pero ?como es posible que un espiritu vivo este en poder de espectros?

—Su alteza —tercio Niahrin—, no son espectros. Son... —Busco una palabra y esta surgio, al parecer de la nada—. Son aspectos.

Nemesis volvio a sonreir melancolica. Luego, como si la bruja hubiera parpadeado momentaneamente, las tres figuras se convirtieron de repente en una sola criatura agil y peluda, una curiosa mezcla de humano y animal, con cabellos plateados y ojos blanquecinos. Y una voz compuesta dijo:

—Somos todas parte del total, como veis. Pero no estamos completas, y no podemos estarlo hasta que nuestra hermana este curada. Os necesitamos. Necesitamos vuestra ayuda, o Anghara se perdera para siempre y nuestra larga mision habra sido en vano.

—?Vuestra mision? —inquirio Niahrin.

—Una mision. Una busqueda. Un viaje. —La criatura extendio las elegantes manos terminadas en zarpas en un gesto que parecia dar a entender una suplica—. Durante mucho tiempo hemos recorrido un largo camino, y el viaje casi ha terminado. Pero ahora nuestra hermana nos ha olvidado, y los hilos que nos ligaban se han roto. Indigo tiene que recordarnos; tiene que recordarnos y aceptarnos y ser completa otra vez, ser Anghara otra vez, de modo que los ultimos hilos del tapiz puedan tejerse.

—?Y si no se tejen? —pregunto la bruja en voz baja, terriblemente trastornada por la metafora escogida por la criatura—. Si Anghara no se cura... ?que sucedera entonces? —No se atrevio a mirar a Moragh.

—Si no se cura, no puede existir una autentica vida para nosotras —suspiro el ser—. No seremos mas que sombras. Solo sombras.

Niahrin sintio que se le ponia la carne de gallina al percibir, a un nivel mucho mas profundo de lo que su conciencia podia interpretar, que al decir «nosotras» el ser no se

referia simplemente a el y a Indigo. Penso en la reina Brythere y en las pesadillas que cada vez se volvian mas peligrosamente reales. Penso en el rey y su evidente alejamiento de su esposa. Penso en la reina viuda, temerosa de lo que el futuro pudiera deparar... «Solo sombras.» Y penso en alguien mas...

De repente se encontro hablando. Las palabras le llegaban de improviso e involuntariamente, tomaban forma en su cerebro segun los dictados de una parte de ella misma en la que una sabiduria mas antigua permanecia dormida, una sabiduria que se habia alzado en muy pocas ocasiones durante su vida. El don de la abuela poseia muchas facetas...

—Os ayudaremos. —Su voz adopto una especie de sonsonete, como si hubiera caido en trance—. Pero si hemos de ayudaros tambien hemos de comprender. Debemos conocer la historia de Anghara, vuestra historia, y debemos saber como se entrelazan en su tapiz los hilos de otras vidas. —Se interrumpio al sentir que un impulso intuitivo hormigueaba en su cabeza; luego, cediendo a este, anadio—: Y una vida en particular.

—Si. —Los ojos del ser se clavaron brevemente pero con intensidad en ella sola, y vio percepcion, respeto y un atisbo de complicidad mezclandose en la mirada—. Si, comprendemos. Te refieres al hombre que conoceis como Perd Nordenson.

La hormigueante sensacion regreso, y Niahrin sintio como si por sus brazos y pecho corrieran innumerables aranas. Una frase; una unica frase le dio la pista...

—?El hombre que «conocemos» como Perd? —repitio con mucha calma.

La aparicion volvio la cabeza y miro a la loba, que permanecia agazapada junto a Niahrin, temblando, contemplando la escena en mudo desconsuelo.

—Grimya percibe la verdad, aunque conscientemente no lo sepa —dijo el ser, con simpatia y afecto en la voz—. Ha percibido la aureola de maldad que rodea a Perd Nordenson, y su juicio es acertado. —Los extranos ojos, con el color plata y el Indigo agitandose ahora en sus blanquecinas profundidades, contemplaron de nuevo a la bruja—. Anghara sabe que Fenran no murio hace cincuenta anos. Cree que ha estado prisionero de los mismos demonios que ella libero, en un agonizante limbo del que no puede escapar, aguardando hasta que ella venza al ultimo de esos siete terrores y lo libere. En cierto sentido Anghara esta en lo cieno en su creencia; Fenran esta vivo, esta prisionero de demonios, atrapado en el limbo, y solo ella posee el poder para liberarlo. Pero los demonios son demonios que el mismo ha creado, y su prision es la prision de su propia mente. Ha estado esperando a Anghara, pero no en la Torre de los Pesares, no en algun mundo astral, sino aqui, en Carn Caille. Es un anciano ahora; ha cambiado su nombre y olvidado el antiguo, y ha perdido la cordura. Pero Fenran, o, como vosotros lo conoceis, Perd Nordenson, sigue esperando a Anghara.

Al fondo, a su derecha, detras de Jes, Niahrin oyo como la reina viuda lanzaba un debil y extrano gemido. La curiosa figura compuesta que era Indigo y a la vez no lo era vacilo, y rapidamente, rezando para que Moragh controlara sus emociones, la bruja dijo:

—Entonces la reina que Perd ama no es la reina Brythere sino...

—El ama a Anghara. Anghara no estaba destinada a ser reina; sin embargo, si otros morian...

Niahrin comprendio al fin. El trance que habia hecho andar sonambula a Indigo, el mortifero cuchillo... y una fugaz vision, una vision que habia desestimado por considerarla una ilusion optica, de Perd Nordenson aguardando en las sombras al pie de la torre de Brythere. El loco Perd, que guardaba en su interior un viejo amor y un viejo rencor tan enredados y fusionados ahora entre si que ya no podia separar el uno del otro. Perd, en cuyo cerebro estaba sepultado el conocimiento de que amaba a la reina, y que habia visto tras las mascaras de otros rostros la sombra de su autentico amor, cuyo lugar creia que habian usurpado. Anghara... que no estaba destinada a ser reina. «Pero si otros morian...»

De repente Niahrin empezo a sentirse mareada, y el mareo crecio hasta que la habitacion parecio dar bandazos a su alrededor como la cubierta de un barco en medio de una tormenta. Conocia las senales; la magia empezaba a agotarla, como siempre sucedia, y la energia que fluia de su interior y daba fuerza a su ojo de vidente disminuia con rapidez. Por segunda vez la figura de la entidad vacilo y amenazo con desvanecerse. Parecia estar hablando, pero ella ya no podia oir las palabras; si se debilitaba mucho mas perderia el poder, y el fragil hilo de contacto se romperia. Pero ?habia tantas otras cosas que necesitaba saber!

Alguien la sujeto por el brazo y por entre su borrosa vision vio a Jes a su lado. Este se habia dado cuenta de lo que sucedia e intentaba prestarle su propia energia. Niahrin realizo un tremendo esfuerzo, aferrandose al poder y obligando a sus labios a formar las palabras.

—?Por favor! —La voz sono ronca y desagradable en sus oidos—. Queda poco tiempo, me fallan las fuerzas... Por favor, ?decidnos que debemos hacer!

La respuesta del ser llego en debiles y resonantes oleadas.

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