Jes, alarmado, hizo intencion de recuperarla antes de que el otro pudiera apurarla, pero Niahrin lo contuvo.
—No, esta bien. Deja que se lo beba todo. Es mejor que lo haga.
La garganta del anciano se contraia al tragar el liquido; termino el contenido de la copa sin detenerse a respirar, y la tendio.
—?Mas! ?Dame mas!
—No, Perd.
Niahrin percibio como Jes se movia en silencio a su espalda para ir a colocarse entre ella y Moragh, que seguia sentada ante la rueda de hilar. El ovillo de lino iba arrollandose sobre el regazo de la reina viuda; veloz, Jes extendio una mano para tomar el extremo del ovillo y lo tendio a Niahrin. Esta lo tomo, lo doblo entre los dedos, sin dejar de mirar ni un momento el rostro de Perd. Entonces hablo.
—Perd. Perd Nordenson. —Con un movimiento suave y experto hizo un nudo en el lino y lo tenso— Perd Nordenson, mirame. Mirame, Perd.
El se volvio despacio, con cautela, y sus ojos se encontraron. Niahrin hizo un segundo nudo en el lino.
—Escucha, Perd. Escucha, escucha mi voz. Observa, Perd. Observa. Observa mis manos. —Un tercer nudo, y mentalmente ensayo las palabras de la vieja cancion que su abuela le habia ensenado hacia mucho tiempo...
»Perd. Perd. Escucha y observa. Escucha y observa.
Hablaba siguiendo el ritmo regular de la rueda de Moragh, con voz baja y apremiante, y no obstante su reluctancia Perd no pudo resistir su atraccion. Su mirada se vio atraida hacia los dedos de la bruja; durante unos momentos su boca se abrio y se cerro espasmodicamente, pero la droga empezaba a hacer efecto y no podia reunir la fuerza de voluntad necesaria para desviar la vista.
—Escucha y observa, Perd. Escucha y observa.
Niahrin lanzo una rapida mirada en direccion a Jes y el bardo comprendio; se encamino hacia los faroles sujetos a la pared y apago las mechas. Niahrin tuvo la impresion de que la oscuridad fluia como una sustancia viva de las paredes del sotano a medida que las luces se extinguian, y Perd, Jes, Moragh y la rueda de hilar se transformaron en meras siluetas, como marionetas de un teatro de sombras. Unicamente el debil halo de los cabellos blancos de Perd resultaba visible a la bruja; eso y un reflejo centelleante de sus ojos.
Niahrin percibio el contacto de la antigua magia, el hormigueo en sus huesos, y se llevo la mano izquierda al ojo izquierdo. Apenas audible por entre los sonidos de la rueda de hilar alguien respiraba fatigosamente. Los dedos de la bruja tocaron el parche del ojo y lo levantaron.
El rostro de Perd se destaco violentamente como iluminado desde dentro, y ya no era el rostro del anciano que conocia. A medida que la percepcion normal daba paso a una forma de vision diferente y mucho mas poderosa, Niahrin vio como los anos desaparecian de el y la vitalidad del joven que habia sido fluia otra vez. Pero la mirada del joven era dura y enojada, y la curva de los labios mostraba un rictus amargo y frustrado; y, aunque ella hubiera deseado que no fuera asi, Niahrin vio el estigma de la locura latente y aguardando bajo la hermosa mascara.
«Asi pues este era Fenran, como realmente fue...»
Aferro el hilo de lino otra vez, y sus dedos empezaron a moverse y trenzar de nuevo mientras pronunciaba las palabras del antiguo cantico; con cada frase anadia un nuevo nudo en la cuerda.
—Tres para sembrar, y tres para segar, y tres para las aves nocturnas. Tres para la llamada, y tres para la caida, y tres a la luz de las lamparas...
Nada mas pronunciar las primeras silabas, la imagen del joven desaparecio del rostro que tenia ante ella, y las familiares facciones de Perd volvieron a contemplarla. Se encontraba totalmente hipnotizado ahora, los ojos clavados en cada nudo que realizaba con una mezcla de fascinacion y temor. Un debil gemido se formo y murio en su garganta. Sin dejarse conmover por su angustia, Niahrin siguio con su cantico, y mientras lo hacia Jes se adelanto para coger el pedazo de cuerda que habia anudado. Luego se acerco a la cama, introdujo el extremo de la cuerda en las manos sin resistencia de Perd, y, en tanto que la bruja iba realizando mas y mas nudos, el bardo empezo a enrollar el trozo que ella iba soltando, muy despacio y sin apretar, alrededor de los hombros del anciano.
—Tres para la quema, y tres para la vuelta, y tres para los seres perdidos que vagan. Tres para el rescoldo, tres para el recuerdo, y tres para guiarlos a casa.
Niahrin habia empezado a cantar mas que recitar la rima, y su ronca voz de contralto poseia un timbre sedante, casi fascinador, hasta el punto que, pese a toda su lucidez, Jes se sintio como hundiendose en un mundo de suenos. La rueda siguio girando; la bruja continuo anudando, y la cuerda fue saliendo, y el la fue arrollando con suavidad alrededor de la sumisa figura del lecho, atando a Perd al hechizo.
—Tres para atar, y tres para encontrar, y tres para pagar el precio. Tres para el pasado, y tres para hacerlo rapido, y tres para recuperar lo perdido.
El ojo izquierdo de la bruja parecio alumbrar con un peculiar resplandor interno, y un musculo de su rostro se contrajo. Los dedos dejaron de trenzar y tiro del ultimo trozo de cuerda, de modo que los ultimos tres nudos quedaron bien tirantes entre sus apretadas manos. El timbre de su voz cambio entonces, convertido ahora en un tono profundo y amenazador.
—Habla. —La total coaccion implicita en la palabra hizo que los nervios de Jes se alteraran—. Soy la hija de la luna y el producto del sol, y el poder en cuyo nombre te doy la orden debe ser obedecido. Habla, hijo del norte. Di, hijo del norte. Dime el nombre que tus padres te dieron.
Perd empezo a temblar. Un sonido extraordinario surgio de las profundidades de sus pulmones e intento darle forma, pero la lengua no lo obedecia. Sus hombros se contrajeron al darse cuenta de repente de la presencia de la cuerda que lo rodeaba; intento deshacerse de ella, pero el hechizo de los nudos era demasiado fuerte y no pudo hacer mas que retorcerse impotente.
—Habla —repitio Niahrin, con mas dulzura pero todavia con implacable severidad—. Habla de los dias pasados, hijo del norte. Habla de los dias en que eras joven y el mundo no estaba corrompido para ti. Regresa, anciano. Regresa a la juventud. Regresa. Regresa.
Por segunda vez el rostro de Perd empezo a cambiar. Niahrin no supo si Jes o Moragh lo advertian y tampoco podia detenerse a especular sobre ello. Su cerebro estaba dividido entre dos niveles de conciencia; uno mundano, el otro incorporeo que amenazaba continuamente con lanzarla a un precipicio.
—Regresa. —El poder fluia desde ella a los nudos, a traves de la cuerda. Su voluntad y la de Perd estaban enzarzadas en un combate por la supremacia. El hombre poseia mas resistencia de lo que habia esperado y la extenuaba; sentia como sus reservas empezaban a agotarse. «Tiene que ceder... Diosa, ayudame. El tiene que...»
De improviso, el anciano —pero ya no era un anciano; volvia a ser joven, volvia a ser Fenran— se irguio muy tieso con una violenta sacudida. Hizo girar los ojos hacia arriba y profirio un debil gemido.
—La amo... —Las lagrimas empezaron a escapar de sus ojos—. Se lo dije, se lo dije, ?pero no me dejaron verla! ?Y son tantos, hay tantos de ellos, todos estorbando, todos ellos un obstaculo para nosotros! Muerta. Pero no lo esta. Ella no murio. Nosotros no morimos. ?Y todo este tiempo, todos estos anos, he estado esperando, y ellos no me dejan verla, y no nos dejan tener lo que queremos!
Perd balbuceaba; las palabras brotaban en desorden, y Niahrin no conseguia entender aquella avalancha inconexa. Se esforzo por reunir su quebrantado intelecto, por mantenerse en el plano real sin romper el hechizo... y entonces, de modo asombroso, la voz de Perd cambio. Los familiares sonidos roncos desaparecieron, y en una voz sonora, decidida y juvenil dijo:
—?Es legitimamente suyo, y por lo tanto legitimamente mio! Maldita sea, soy su esposo... ?Supongo que eso cuenta para algo, incluso en este pais de ignorantes!
Estupefacta, Niahrin lo miro fijamente. La transformacion facial era completa: cabellos negros, piel morena, el rubor de una salud perfecta... Pero los grises ojos de
Fenran estaban entrecerrados y con expresion inflexible, y su boca mostraba un rictus enojado.
—No finjas no saber nada —dijo despectivo—. Todos vosotros lo sabeis muy bien, por mucho que afirmeis lo contrario. Sabeis la verdad, y sabeis cuanto tiempo hace que esto dura. Eran solo insignificancias al principio, ?no es asi? Pequenos insultos. La habitacion de la torre; eso fue un ejemplo perfecto. Sabiais que la queriamos, lo repetimos hasta la saciedad, pero ?oh, no! Kirra tenia el derecho a elegir primero. Kirra y su esposa. Porque Kirra sera rey, y eso significa que el es el primero en todo. ?Es siempre Kirra, maldito sea!
Niahrin habia oido como Moragh aspiraba con fuerza al pronunciar Fenran el nombre la primera vez, pero no podia desviar su atencion hacia la reina viuda. Sosteniendo la amarga mirada gris intento mantener la voz firme