compartirlos y ocupar el trono a su lado?
—?Ella es la reina! ?La legitima reina!
—Pero ella te abandono. Te dejo atras, cuando llegaron los demonios. ?Por que se fue ella, Fenran? ?Por que huyo de su hogar y de su herencia?
—?No tenia eleccion!
—Si tenia eleccion. Podria haberse quedado a tu lado, penetrar contigo en el mundo de lo que «podria haber sido». Tu mundo, Fenran, de celos, intrigas, violencia y muerte. Pero Anghara eligio un sendero diferente. El sendero a la Torre de los Pesares, a los demonios de su propia mente y no de la tuya. —La bruja hizo una pausa y lucho por llenar de aire los pulmones—. ?La has perdonado alguna vez por ello, Fenran? ?O es eso, tambien, una parte de la locura de Perd: saber que Anghara era mas fuerte que tu, que tuvo la valentia de buscar su propio camino y enfrentarse a sus propios demonios? Ella podria haberse ocultado en la capa de sombras con que la rodeaste, e intentar buscar lo que su corazon deseaba cediendo al poder de la muerte, como tu hiciste. Pero tu no has encontrado lo que tu corazon deseaba, Fenran. Tus demonios siguen andando detras de ti, siguiendo tus pisadas, y cuando duermes todavia los oyes reir, porque no tienes el valor de enfrentarte a ellos. Anghara tuvo ese valor. Tu escogiste el poder de la muerte, pero ella escogio el poder de la vida. Sus demonios estan ya casi vencidos ahora, y solo queda uno. ?Sabes su nombre, Fenran? ?Tienes el valor de decir ese nombre en voz alta?
Fenran la contemplaba fijamente, paralizado. Un musculo de su mandibula se movia freneticamente, fuera de control, y parecia como si intentara hablar pero no pudiera. Niahrin sintio que la cabeza le daba vueltas. ?Que era lo que ella habia dicho? ?Que era lo que habia hecho? Las palabras habian brotado de ella, pero no podia recordarlas...
Sin previo aviso, la figura del lecho que tenia enfrente se disolvio, parecio resquebrajarse como una figura de yeso. Por un instante recibio una fugaz imagen aterradora de un hombre tan viejo que no era mas que un esqueleto viviente, sin pelo y descarnado; luego el joven Fenran regreso... pero era un Fenran que ella no habia visto nunca, de boca bondadosa y mirada calida; un joven apuesto que no habia sido corrompido por la codicia ni la crueldad ni las intrigas. El hijo del norte, amigo y amante, a quien la princesa Anghara habia entregado su corazon.
—Por favor..., no comprendo... —dijo el joven, con una voz tan llena de dolor y perplejidad que arranco lagrimas de los ojos de la bruja.
Y la mascara volvio a hacerse anicos. El anciano y demente Perd habia regresado, y sus labios estaban salpicados de saliva cuando se lanzo al frente, forcejeando con sus ligaduras y gritando al rostro de Niahrin.
—Pero ?ella comprende! ?Ella comprende! ?Preguntale..., haz que te lo diga! ?Haz que interprete el
Alguien habia vuelto a colocar el parche sobre el ojo izquierdo de Niahrin e intentaba ahora hacer que la bruja bebiera un sorbo de vino, pero ella no queria y por fin recupero el suficiente control de sus musculos para apartar con suavidad la copa que se le ofrecia. Impresiones y recuerdos giraban en su memoria como bolas de lino enredadas por una carnada de traviesos gatitos; recordaba vagamente haber visto a Jes sentado sobre la figura convulsa y forcejeante de Perd, inmovilizandolo mientras Moragh obligaba al anciano a tragar algo, pero el alboroto habia cesado ahora y el sotano estaba en silencio. La bruja miro a su alrededor aturdida, parpadeando; entonces, para su sorpresa, escucho como su propia voz decia con toda claridad:
—?Fenran?
—Se ha ido. —Una mano, la de Jes, penso, le toco la frente y la voz del bardo dijo—: Creo que tiene fiebre, alteza. No me extrana, despues...
—No, no. —Niahrin intento ponerse en pie (?como era que estaba sentada en el suelo con la espalda apoyada contra la pared?), pero el esfuerzo estaba mas alla de sus posibilidades y volvio a dejarse caer—. Estoy bien — insistio—. No tengo fiebre. No era mas que un... un eco, en mi cerebro. —Su vision se aclaraba ya y descubrio que las lamparas volvian a estar encendidas y el sotano puesto de nuevo en orden. ?Habia estado desordenado? No lo recordaba... Alguien habia tapado la rueda de hilar, y no se veia ni rastro de la cuerda de lino llena de nudos.
—Perd —murmuro.
—Duerme. —Era la voz de Moragh—. No le ha sucedido nada, creo. Esta agotado, pero nada mas. Cuando despierte dudo que recuerde siquiera lo sucedido.
Jes seguia mirando a la bruja.
—Creo que deberiamos llevarla a su habitacion, alteza —sugirio en un aparte que Niahrin capto—. Diga lo que diga, esto la ha extenuado. Tiene el rostro gris.
Niahrin intento dar una rapida replica festiva a eso, pero se vio atenazada de repente por unos terribles retortijones intestinales. Se doblo al frente, jadeando y maldiciendo llena de sorpresa y dolor, y Moragh aparecio casi al instante junto a ella, ayudando a Jes a ponerla en pie.
—Dulce Madre Tierra... —farfullo Niahrin con los dientes muy apretados—. Me siento...
—?Chissst! No hay necesidad de hablar. —Jes la rodeo por las costillas con un poderoso brazo—. ?Puedes mantenerte en pie? ?Te sostendran las piernas? Bien, eso esta bien. No tardaremos mucho; pronto te tendremos bien comoda en cama.
—Me siento... —barboto Niahrin otra vez; y entonces el estomago le dio un vuelco y empezo a vomitar violentamente. Horrorizada, todo lo que tuvo tiempo de pensar fue que se habia deshonrado a si misma, y que Jes y Moragh seguramente la despreciarian, antes de que el sotano pareciera dar una voltereta y, por segunda vez en cuestion de pocos dias, se desmayara.
CAPITULO 19
Niahrin seguia encontrandose mal a media manana, y por orden de Moragh permanecio recluida en cama. La reina viuda quiso llamar a un medico para que se ocupara de ella, pero la bruja se nego. Esto era de esperar, dijo, tras una operacion magica tan prolongada y dificil; siempre habia que pagar un precio cuando se recurria a los poderes de esta manera, pero los efectos no tardarian en desaparecer. Ademas, los medicos tenian ideas y metodos extravagantes, y ella no queria ser victima de sus experimentos. Un dia de ayuno y algunas pociones hechas con hierbas no tardarian en ponerla bien.
Asi pues Moragh la dejo para que se recuperara a su aire, tras conseguir de
La atmosfera de Carn Caille empezaba a volverse exuberantemente febril a medida que se acercaba el gran dia. El hecho de que ni la novia ni el novio tuvieran parientes conocidos ni viejos amigos en las Islas Meridionales a los que invitar no importaba en absoluto; todos los habitantes de la ciudadela asistirian y lo festejarian con ellos, y la fiesta seria todo un acontecimiento. La actividad se habia vuelto frenetica mientras se atendian los detalles de ultima hora, se remediaban pequenos descuidos y aquellos que tenian un papel activo que representar ensayaban su parte. Indigo era el centro de atencion, rodeada desde el alba al atardecer de una bandada de mujeres excitadas decididas a asegurarse de que tuviera el mismo aspecto que una novia de la realeza. Ella se rindio a sus servicios con un cierto aire de perplejidad, pero el cada vez mas activo bullicio que la rodeaba no le dejaba tiempo para reflexionar. No es que quisiera pensarlo mejor, se decia con energia, ni que tuviera dudas. Ella queria casarse con Vinar, lo deseaba mas que cualquier cosa en el mundo. Cuando hubiera sucedido y los festejos hubieran finalizado, se irian, y ella podria por fin olvidar Carn Caille y los terribles recuerdos de su estancia alli.
Y olvidar las pesadillas...
Su unico alivio, no obstante su insignificancia, era que no habia habido repercusiones a su horripilante episodio de sonambulismo. En un principio habia vivido aterrorizada por la idea de que la bruja, Niahrin, la delatara; no habia duda de que la habia reconocido en el pasillo, y una palabra suya habria resultado desastrosa. Pero estaba claro que la mujer habia decidido callar, y ni siquiera habia abordado a Indigo en privado; lo cierto es que apenas si habian intercambiado una palabra desde aquella noche. Indigo no comprendia. Niahrin no le debia favores; ?por que, pues, no habia hablado? Y el cuchillo era otro misterio; sin duda debian de haberlo encontrado en el dormitorio