colera.
—?Como puedes saberlo? —exigio—. ?No lo sabes..., no puedes! ?Que has «visto» que me ha sido ocultado?
—Todo lo que Niahrin me mostro. En que se ha convertido Fenran.
—?Fen...? —En ese momento la colera de Indigo se inflamo—. Maldita sea tu insolencia, ?que es lo que sabes de Fenran? Nada. ?No sabes absolutamente nada de el, y tampoco tu condenada bruja!
—?Pero si lo sabemos! —replico Grimya, lastimera—. ?Hay mas cosas de las que tu sabes, mas de lo que comprrrendes! ?Indigo, por favor, escuchame! Dame la oportunidad de ex... explicar, y entonces tu...
—?No! —Sacudio la cabeza con violencia, negandolo, negando incluso la posibilidad de que algo estuviera mal, y miro a la loba furibunda—. Grimya, ?por que haces esto? ?Todos nuestros anos juntas, toda esta busqueda, toda esta espera, y ahora en el ultimo momento te vuelves contra mi! ?No tienes derecho a decir lo que estas diciendo! ?No tienes derecho a seguirme o a interferir! Pensaba que eras mi amiga y ahora...
—?Es porque soy tu amiga que lo he hecho! —gimio Grimya con desesperacion—. ?Porque eres mi amiga y te quiero! ?Indigo, hemos estado equivocadas! ?Equivocadas con respecto a Fenran, equivocadas con respecto a la torre, equivocadas con respecto a todo! Niahrin me ha mostrado...
De la oscuridad a su espalda surgio una nueva voz.
—Niahrin te ha mostrado muchas cosas, loba. Pero ahora ya nada puede cambiar.
—?Fenran! —Indigo giro en redondo... y se quedo helada.
El habia abierto la puerta en silencio y habia salido de la torre sin que ninguna de ellas se diera cuenta de su presencia. Pero sus cabellos eran blancos y su figura demacrada y el rostro arrugado por la edad. El hombre a quien Carn Caille habia conocido como Perd Nordenson sonrio, y a la luz de la luna su rostro era duro como la piedra.
—?No me reconoces, mi amor? ?Despues de todos estos anos, ya no me reconoces?
Grimya gimio, e Indigo dio un paso atras.
—Tu..., tu no eres... Tu no puedes ser Fenran...
El viento agito los delgados mechones del cabello de Fenran.
—Medio siglo prisionero de demonios produce cambios. Pero mi encarcelamiento no fue como tu lo habias imaginado, Anghara. Era otra clase de limbo; un limbo vivido en este mundo, envejeciendo y volviendome loco sin ti, y siempre esperando, mientras que la esperanza resultaba cada vez mas dificil de mantener a medida que transcurria el tiempo. Los demonios que me poseian eran los demonios de la demencia. Yo estaba loco; ahora lo se, y creo que incluso entonces lo sabia, en mis pocos momentos de
lucidez. Pero todo este tiempo he estado aguardando a que regresaras para que pudieramos realizar esa eleccion otra vez... y esta vez realizarla juntos.
Indigo habia empezado a temblar sin control, y no podia parar. Era incapaz de creer que este hombre fuera su amor perdido; aunque, en una parte enterrada y oscura de su psiquis, algo empezaba a despertar... —No comprendo... —dijo, con voz apenas audible. —No. Pero lo haras. Tenemos una oportunidad, Anghara. Tenemos una oportunidad de enmendar todos los antiguos errores, y ser tal y como eramos en los viejos tiempos. Antes de la llegada de los demonios. —Extendio una mano, llamandola—. Ven, amor. Entra otra vez en la torre. Los demonios se han ido. Tu los derrotaste. Ahora, tu y yo eliminaremos al ultimo de ellos.
—?Indigo, no! —grito Grimya, y Fenran le dirigio una mirada malevola.
—?Ah!; la voz de tu conciencia. He odiado a los lobos durante mucho tiempo, y ahora comprendo por que. Marchate, loba. Regresa a tu bosque y ocultate ahi. No queremos saber nada mas de ti.
Indigo se habia dado la vuelta en respuesta a la suplica de Grimya, y ahora volvio a mirar en direccion a Fenran con repentina duda.
— Grimya no quiere hacernos dano! Ella simplemente no... —Las palabras se interrumpieron de improviso. El anciano habia desaparecido, y en su lugar se encontraba Fenran tal y como ella lo habia conocido y amado: joven, inalterado, vivo—. ?Oh, por la gran Diosa...! —Se llevo un puno a la boca—. ?Oh, dulce Madre Tierra!
—Anghara. —El extendio los brazos, y su voz era calida—. ?Tengo que esperar aun mas tu regreso? Una demoledora oleada de emocion estallo en el interior de Indigo y la muchacha corrio hacia el, olvidadas sus duras palabras, olvidada Grimya, olvidado todo lo que no fuera el vertiginoso jubilo de su reencuentro. Sintio como sus brazos la envolvian, y el calor y la energia de su cuerpo cuando el la aplasto contra si; percibio los aromas dolorosamente familiares de sus cabellos, su piel, sus ropas. Su boca busco la de el con frenetica avidez y su mente y su corazon se ahogaron en su beso.
—?Regresa, Anghara, mi amor! —Su voz era un susurro apremiante y apasionado, que provocaba un estremecimiento por todo su cuerpo—. Regresa... ?Ayudame a hacer retroceder el tiempo y a ser joven otra vez! La torre..., la torre tiene la llave y el poder, ?no lo ves, no lo comprendes? Entra en la torre conmigo, y ella dara forma a nuestros suenos y a nuestro destino como lo hizo antes; ? solo que esta vez no habra demonios ni separacion!
Grimya escucho sus palabras, y supo que sus esperanzas se habian desvanecido. Indigo estaba atrapada, porque el recuerdo de un amor con una antiguedad de mas de cincuenta anos era demasiado fuerte para que cualquier otro poder pudiera desafiarlo. Sin importar lo que pudiera ser de ella, lo que sin duda seria de ella, Indigo seguiria a Fenran a donde el quisiera. De regreso a la Torre de los Pesares, a enfrentarse con su destino y a elegir su camino una vez mas. Fenran le ofrecia la oportunidad de volver atras el tiempo, de borrar el pasado y empezar de nuevo; y para el eso significaria una nueva vida, un retorno a la juventud y la recuperacion del lugar que en una ocasion habia ocupado, tanto en su corazon como a su lado. Durante cincuenta anos Indigo se habia aferrado a sus recuerdos de el, y su imagen habia constituido una joya preciosa que debia recuperarse, el unico objetivo que le habia proporcionado fuerzas y esperanza durante sus dias mas sombrios. Pero el tiempo y la distancia habian alterado esos recuerdos, y el hombre a quien Indigo habia venido a buscar no era el autentico hombre, no era el autentico Fenran. Grimya habia visto al autentico Fenran, con todos sus defectos y flaquezas: avido de autoridad, avido de poder, celoso y resentido contra cualquiera que se interpusiera entre el y sus deseos. Fenran tenia las ambiciones de un rey, y la joven Anghara, como hija de un rey, habia sido el primer paso en su camino para realizar esas ambiciones.
Pero Indigo estaba ciega. No podia ni queria ver la verdad que Perd habia mostrado a Grimya y a sus amigos en Carn Caille. Todo lo que ella sabia era que su largo exilio habia finalizado; la vieja promesa estaba cumplida, y su amor habia vuelto a ella.
Dandole la espalda a Grimya, se encaminaron a la puerta de la torre, entrelazados como si en cualquier momento fueran a fundirse el uno en el otro y convertirse en uno solo. El corazon de Grimya dio un agonizante vuelco. No podia dejar que Indigo se marchara de esta forma. Por inutil que pudiera ser, tenia que hacer un ultimo intento...
—?Indigo! —grito como enloquecida.
Indigo se detuvo, y volvio la cabeza. La loba estaba de pie, temblando desde la cabeza hasta la cola.
—Indigo —suplico—, ?por... por favor, escuchame! —Fenran volvio la cabeza enojado; apreto a la muchacha con mas fuerza e intento llevarsela otra vez. Desesperada, Grimya aspiro con fuerza, y grito—: ?Haz esto por mi, por favor! Aunque no quieras hacer nada mas, haz esto, por nuess... nuestra amissstad. ?Preguntale, pregunta a Fenran, preguntale que sera de ti! ?Preguntale en que os habreis convertido los dos, dentro de cincuenta anos!
Por un momento Indigo permanecio inmovil. Un leve fruncimiento aparecio en su frente, y la esperanza regreso a Grimya. Pero entonces la expresion de la muchacha se aclaro. Sonrio, pero su sonrisa era de lastima y carecia de autentico significado.
—Siento que esto deba terminar asi para ti, Grimya —dijo—. Has sido una buena amiga para mi, y no te olvidare. Pero este es el final de mi viaje. Adios, querida Grimya. Yo te bendigo.
Se dio la vuelta, y penetro con Fenran en la Torre de los Pesares.
Grimya no emitio el menor sonido. Se limito a contemplar la desmoronada torre, los ojos fijos en el negro agujero rectangular de la entrada, abierto alli como la boca de un profundo y terrible pozo. Las figuras de Indigo y Fenran penetraron en esa boca, se fundieron con la oscuridad, desaparecieron, y el ruido de la puerta al cerrarse parecio resonar por la tundra con hueca y terrible irrevocabilidad.