Durante quizas un minuto la noche permanecio en un completo silencio. Luego este fue roto por un lobrego sonido resonante cuando la loba alzo el hocico y lanzo un solitario aullido de pena y desolacion, un lamento por la verdad que Indigo no comprendia y se negaba a escuchar.

Fenran era el septimo demonio de Indigo... y con mucho el mas poderoso de todos.

—?Duerme? —Jes penetro silenciosamente en la habitacion y contemplo la rubia

cabeza de Vinar que descansaba sobre la almohada.

—Si; por fin.

El rostro de Niahrin se lleno de compasion al recordar los sollozos, la congoja, el desconcierto mientras permanecia sentada junto al lecho y sostenia las manos de Vinar e intentaba llevar algun alivio a un alma que no podia ser consolada. Habia contado a Vinar todo lo que podia —el lo habia deseado asi, habia suplicado saber, y ella no podia negarle lo que pedia— pero, aunque el habia hecho un esfuerzo por comprender, seguia aun demasiado abrumado por la pena. Con el tiempo, quiza, la pena se desvaneceria y comprenderia, pero no aun. No durante mucho tiempo.

—Me pregunto si podra perdonarla alguna vez —reflexiono Jes en voz baja.

—?Oh, si! —respondio la bruja, levantando la cabeza—. Vinar no es de esa clase de hombres; no esta en su naturaleza ser rencoroso, y yo diria que ni siquiera sentirse amargado. Creo que ya la ha perdonado. Simplemente no soporta su perdida.

—En ese caso nos averguenza a todos. —El bardo se acerco a la ventana y aparto la cortina—. Bien, todos lo saben ahora. Su alteza y yo hemos contado a Ryen y a Brythere toda la historia. —Con gesto fatigado se pellizco el puente de la nariz—. No fue facil. Pero estan preparados, ahora, para lo que pueda suceder. Y en cuanto a eso... — ?En cuanto a eso? Jes dejo caer la cortina.

—Niahrin, ?quieres venir conmigo? Hay algo que tengo que hacer en la sala. —Sus ojos centellearon con un curioso brillo bajo la luz de las velas—. Por favor...

Ella comprendio que habia algo mas detras de la solicitud, y asintio.

—Desde luego. —Volvio la cabeza para echar una ojeada a Vinar—. No despertara durante un rato. La pena lo ha agotado...

Abandonaron la habitacion juntos y recorrieron con pasos quedos los pasillos desiertos. Carn Caille estaba envuelto en un manto de silencio; hacia tiempo que los criados estaban en la cama, y la unica luz de la ciudadela era un apagado resplandor que se filtraba desde detras de las cortinas cerradas de los aposentos privados de Moragh, al otro extremo del patio. El farol que Jes llevaba proyectaba un reconfortante haz de luz, pero incluso asi Niahrin sintio que un escalofrio le recorria el cuerpo cuando el bardo abrio la puerta del Salon Menor y penetraron en su interior. La sala estaba tal y como ellos la habian dejado: platos y copas sin retirar, el fuego encendido aun, aunque ahora solo quedaban rescoldos. En medio de las parpadeantes sombras, las tiras de flores y hojas parecian incongruentes; casi, penso Niahrin, obscenas...

—Se trata del arpa —dijo Jes en voz baja mientras cruzaban la habitacion—, el arpa de Cushmagar. No me parece... decente, por alguna razon, dejarla tirada donde cayo, y esa idea me ha estado molestando desde hace mas de una hora. —Se volvio hacia la bruja y le sonrio avergonzado—. ?Te parece estupido? Ella sonrio, pero con cierta inquietud. —No; no me lo parece.

Se acercaron a la ventana. El arpa de Cushmagar yacia en medio de una mancha de luz de luna que se filtraba por entre las guirnaldas. Al acercarse, Niahrin distinguio un destello de algo mas pequeno sobre el suelo: su flauta. Se inclino para recogerla, acaricio la suave madera, y se reunio con el bardo, que estaba inmovil junto a la tumbada arpa.

—No es tan pesada como parece —dijo Jes—. Si los dos...

Se interrumpio. Los dos lo habian oido: el debil eco de un sonido, como un suave quejido.

—Ha salido del arpa... —El rostro de Jes palidecio.

Niahrin no respondio. Desde el momento en que Jes le habia pedido que lo acompanara hasta aqui, ella habia sentido que algo como esto iba a suceder. Y el arpa de Cushmagar... si, ?era el medium perfecto! A traves de los anos, a traves del abismo de la muerte, el anciano bardo volvia a enviarles una advertencia...

—?Jes! —exclamo—. Coge el arpa... ?Rapido, ayudame a levantarla!

De repente sabia exactamente lo que debia hacerse. Como si su ojo vidente se hubiera abierto otra vez por si mismo, el pasado y el futuro y los mundos de lo que podria haber sido despertaban y se fusionaban de nuevo. Agarro el instrumento y tiro con todas sus fuerzas; Jes, impelido por la certidumbre de la bruja, lo sujeto por el otro extremo. El arpa se levanto, se balanceo, y por fin se quedo quieta... y las cuerdas se estremecieron violentamente mientras una terrible y estrepitosa disonancia resonaba en la sala. Niahrin salto hacia atras asustada, pero las manos de Jes seguian aferradas al instrumento.

—?Niahrin! —Habia panico en su voz—. ?Niahrin, no puedo soltarme! ?No puedo soltarme!

Se debatia, y los pies resbalaban sobre el suelo de piedra, pero era como si otras manos invisibles se hubieran apoderado de sus dedos y los sujetaran con una fuerza sobrenatural. El arpa se balanceo otra vez, violentamente, y emitio un nuevo estrepito aterrador. De improviso, Niahrin comprendio.

—?Jes, dejala tocar! —grito—. ?Deja que toque a traves de ti! Eso es lo que quiere, eso es lo que esta intentando decirnos. ?Toca, Jes!

El rostro del joven bardo estaba perlado de sudor. Girando en redondo, Niahrin agarro el taburete colocado junto al arpa del joven, situada un poco mas alla, y lo empujo hacia el.

—?Toca! —volvio a instarlo.

El no podia hacer otra cosa mas que obedecer. Incluso mientras sus piernas se doblaban y se desplomaba sobre el taburete, sus dedos se movian ya y el desafinado estruendo del arpa se torno de improviso en musica. Una musica veloz, enojada, casi desesperada, al tiempo que el poder del aisling brotaba de nuevo y fluia a sus manos. Tambien las manos de Niahrin se pusieron en movimiento y arrancaron el parche de su ojo. No habia tiempo para razonar, ni espacio para la logica; sencillamente sabia lo que debia hacerse, y con toda su fuerza de voluntad obligo a su poder de vidente a surgir en su interior. Sombras deformes parpadearon por la sala cuando su vision terrena y la sobrenatural chocaron; habia rostros en las sombras, rostros y personas, pero no podia distinguirlas con claridad, pues el poder no era suficiente...

—?Abuela! —grito Niahrin con voz aguda—. ?Si es que alguna vez amaste a tu nieta, ayudame! ?Prestame tu fuerza y tus habilidades, y ayudame ahora!

Sintio la irrupcion de algo impetuoso, como un helado viento del sur; luego, de repente, la escena que tenia delante cambio y se convirtio en un pandemonium. Un patio enorme lleno de hombres y mujeres, una masa hormigueante de seres humanos que luchaban por sus vidas mientras, en una oleada interminable tras otra, caia sobre ellos una legion sacada de un mundo de pesadilla: monstruos alados, horrores babeantes, habitantes de un infierno inimaginable. Negras columnas de humo se elevaban ondulantes por encima de las altas murallas, y habia llamas en el humo; y, al otro lado del repugnante velo de humo que lo envolvia todo, el sol y la luna chocaban en el cielo. El sol era negro y la luna de color bronce, y el aullante estrepito de la batalla sacudia las piedras y el aire, mientras sitiados y sitiadores por igual luchaban, chillaban y morian.

Y en lo alto de la muralla las vio: dos figuras humanas, que reian a carcajadas mientras instaban a los demonios a una mayor destruccion. La vieja y el loco, la reina y su consorte: Indigo y Fenran...

Niahrin chillo como un alma poseida, y levanto ambas manos para cubrirse el rostro. No podia mirar, no podia presenciarlo; era algo demasiado horrible para soportarlo...

—?Niahrin!

El mundo en el que se desarrollaba la batalla se hincho como un globo, se hizo anicos, y la calma cayo sobre ella al desvanecerse la vision. Se encontraba caida boca abajo y Jes, agachado a su lado, intentaba incorporarla. El arpa lo habia soltado y estaba silenciosa, aunque los ultimos ecos de su salvaje musica todavia resonaban en los oidos de la bruja. Niahrin se dio la vuelta con dificultad y se sento en el suelo; miro al bardo a los ojos y supo que tambien el habia visto —y comprendido— lo que el aisling habia revelado.

—Niahrin... —El rostro de Jes estaba blanco como el papel, y su respiracion era debil y entrecortada—. Niahrin, ?era cierto? ?Es eso lo que sucedera, si...?

—Si Indigo vuelve con Fenran. Si entra en la torre y hace retroceder el tiempo, si. — Niahrin trato de sentarse erguida, y tosio. La boca se le lleno de saliva pero no pudo tragarla—. Los demonios regresaran, Jes. Antes, cincuenta anos atras, eran los demonios de Indigo; los deseos, las emociones y las flaquezas que habia en su interior, con los que habia de enfrentarse y reconciliarse si deseaba realizarse como persona. Pero esta vez... —

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