Capitulo Cinco

– Tienen una posicion unica en el mercado -dijo Todd desde su asiento al otro lado de la mesa de conferencias-. Seria un area nueva para nosotros. Hemos hablado de expandirnos y… -Todd se detuvo y dejo a un lado su carpeta-. ?Te estoy aburriendo?

Ryan miro a su primo y luego los papeles que tenia delante.

– Me parece una gran oportunidad -dijo.

– Al menos podrias fingir que te importa el maldito negocio -dijo Todd-, ?Que te pasa? ?No sera otra vez la senorita Nelson? No puede ser. Ha pasado mucho tiempo.

Para el no. Ryan se sentia furioso consigo mismo y resignado con la situacion. Sus intentos por contactar con Julie no le habian servido de nada. La habia pifiado y tenia que aceptarlo. El caso era que no queria aceptarlo.

– Maldita sea, Ryan -dijo Todd-, ?Que pasa? Las mujeres van detras de nosotros desde que teniamos quince anos. Es dificil resistirse al dinero. Estamos hartos de ser el gran partido. ?Entonces por que ahora? ?Por que esta mujer?

– Una pregunta excelente -dijo Ryan-. No tengo respuesta, salvo decir que era alucinante y que destrui cualquier posibilidad con ella.

– Fingiste ser yo -dijo Todd-. ?Y que? Si ella es todas esas cosas, ?por que no puede ver lo gracioso de la situacion?

Ryan no contesto. Le habia dado a Todd una version abreviada de su cita con Julie, omitiendo el hecho de que habia pasado la noche con ella.

– Te juro que la tia Ruth puede ser un grano en el trasero -murmuro Todd- Cuando sugirio que me casara con una de sus nietas, tuve ganas de estrangularla.

– Yo queria ayudar -dijo Ryan, sabiendo que se habia metido en eso por voluntad propia-Julie no hizo nada malo y yo le hice dano.

– Estaba dispuesta a salir con un hombre por dinero -dijo Todd-. Eso dice muchas cosas.

– La cita era gratis -dijo Ryan. Yo le dije que debia haber exigido al menos cincuenta mil dolares. Despues de todo, tenia que haber algo malo en ti para que tu propia tia tuviera que pagar a alguien para que se casase contigo.

– No es mi tia carnal -dijo Todd-. Y yo no tengo nada de malo. Vas a tener que olvidarte de ella.

– Lo hare -con el tiempo. La pregunta era cuanto tiempo tardaria.

– Mira el lado positivo. Si fue tan mal como dices, no tengo que preocuparme de que las otras hermanas Nelson deseen casarse conmigo. Has estropeado los planes de tia Ruth.

– Se le ocurrira otro plan. Sabes que quiere vernos casados. A ti te eligio primero porque eres dos meses mayor, pero mi turno se acerca.

De pronto penso que, si lo hubiera elegido a el primero, su cita con Julie habria sido real. Habria ido sin esperar nada, dispuesto a deshacerse de ella cuanto antes, pero todo habria salido bien.

– Me voy al gimnasio -dijo, poniendose en pie. Tal vez un par de horas de ejercicio le permitieran poder dormir por la noche.

Pero, antes de que pudiera marcharse, se abrio la puerta de la sala y entro su secretaria.

– Siento interrumpir, pero hay alguien que quiere ver a Ryan. Una tal Julie Nelson. Dice que es importante. ?Le digo que pase?

Todd miro a Ryan, y dijo:

– Debe de haber echado un ojo a tus finanzas y se habra dado cuenta de que es mucho dinero.

– Callate -dijo Ryan sin mirarlo-. Si, Mandy, dile que pase.

Segundos mas tarde, Julie entro en la sala. Estaba preciosa, alta, rubia, con sus ojos azules. En ese momento, esos ojos mostraban una combinacion de ira controlada y de odio.

– Buenos dias -dijo ella en voz baja y sexy, como la que tenia cada noche en sus suenos. El traje azul marino que llevaba ocultaba mas de lo que mostraba, pero Ryan recordaba las curvas que habia debajo.

Julie miro a Todd, y dijo:

– Os pareceis lo suficiente como para que sepa quien eres. El infame Todd Aston III. Es mi dia de suerte. Dos sabandijas por el precio de una. El mentiroso y el hombre que tiene miedo de hacer su propio trabajo sucio. Vuestras madres deben de estar orgullosas.

– No esperaba verte de nuevo -dijo Ryan.

– Es una cuestion de echarte el lazo -dijo Todd-. ?Verdad?

– Me preguntaba por que tu tia creia necesario ofrecer dinero para que alguien se casara contigo -dijo Julie-. Pensaba que la razon seria algun defecto fisico, pero ahora me doy cuenta de que el fallo esta en tu personalidad. Eso es mucho mas dificil de arreglar entonces miro a Ryan- Tengo que hablar contigo en privado. Ahora me viene bien.

Todd se puso en pie y levanto ambas manos.

– Me marcho -le dijo a Ryan-. Mas tarde podras tratar de explicarme que era exactamente lo que echabas de menos.

Y, sin mas, se marcho. Ryan senalo la silla vacia, al otro lado de la mesa.

– Sientate -dijo.

Julie vacilo un instante, pero obedecio. La rabia que salia de su cuerpo era palpable.

– Te he llamado -dijo el, sabiendo que no serviria de nada.

– Recibi los mensajes.

– ?Y la cesta?

– No he venido por eso.

– No me diste las gracias.

– ?Perdon? Eres tu el que mintio. ?Diste por hecho cosas horribles sobre mi y me mentiste sobre quien eras y ahora intentas hacerme sentir culpable porque no te envie una nota de agradecimiento?

– Yo…

Julie se puso en pie, lo cual le obligo a el a hacer lo mismo.

– Me mentiste -repitio ella-. No me gustan los mentirosos. Podria haber tolerado cualquier otra cosa, pero no. Eso habria sido demasiado facil.

– Estabas alli por el dinero -dijo el en un intento desesperado por defenderse.

– Oh, por favor. Estaba alli porque habia descubierto que tenia una abuela y aun sigo pensando que quiero llevarme bien con ella. Nunca se trato del dinero y lo sabes. Eso es lo que mas me molesta, Ryan. Lo sabes todo. Conectamos increiblemente. Aquella noche fue… -se detuvo y trago saliva-. Olvidalo.

– Julie, no hagas esto. No me des la espalda. Tienes razon. Fue una noche fantastica. Magica. Eso no me ocurre con mucha frecuencia. ?Y a ti? ?Vas a ignorar eso por un simple error?

– Me mentiste sobre tu identidad solo para hacerme dano. Con magia o sin ella, esas no son cualidades que busco en un hombre.

– ?Y por que estas aqui?

– Estoy embarazada. Nos acostamos y no usamos proteccion. Ni siquiera lo hablamos, lo cual es una estupidez, pero aqui estamos. Mi excusa es que llevaba mas de un ano sin tener una relacion y no estaba tomando nada. No fingire saber cual es tu excusa.

Ryan escucho sus palabras, pero no significaron nada. Su cuerpo se quedo helado y su cerebro dejo de funcionar.

– ?Como?-pregunto antes de poder evitarlo-. No importa. Conozco la respuesta.

– Que reconfortante.

Embarazada. No lograba comprenderlo. Claro, tener hijos era algo que sabia que ocurriria finalmente, ?pero en ese momento? ?Asi? ?Con una mujer que lo odiaba?

El momento no era el adecuado, pero descubrio que la idea no le disgustaba.

Julie se sento. Habria preferido mantenerse de pie, pero ultimamente siempre corria el riesgo de marearse. Algunas mujeres pasaban el embarazo entero sin sintomas. Ella habia conseguido pasar casi el primer mes sin enterarse. ?Seria su suerte?

Pero no podia estar disgustada. Incluso con Ryan alli mirandola, no podia sentirse infeliz. No con el hecho de

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