tener un bebe.

– No estaba segura de si debia decirtelo -dijo ella- llevo debatiendome los dos ultimos dias. Pero eres el padre y tienes derecho a saberlo. Para dejar las cosas claras, pienso tener el bebe.

– Me alegro.

– Puedes firmar y renunciar a tus derechos y yo asumire toda la responsabilidad -dijo ella, preguntandose si el lo haria. Era el camino facil, el mas practico. Muchos hombres saltarian ante esa posibilidad. Una semana antes, incluso ella habria saltado.

Pero algo habia sucedido. En cuanto el doctor Greenberg le habia dicho que estaba embarazada, su corazon practicamente habia explotado de alegria. Nunca antes habia pensado mucho en tener hijos. Era algo lejano. Pero saber que habia una vida creciendo dentro de ella habia hecho que todo cambiara. En ese preciso momento se habia dado cuenta de que su vida tenia sentido.Un bebe. No, un milagro.

– No -dijo el-. Yo sere el padre de mi hijo.

– No tienes que hacer esto para quedar bien -dijo ella- Nadie tiene por que saberlo.

– Sere el padre de mi hijo -repitio Ryan-. Lo deseo.

Tenia buen aspecto. Demasiado bueno. Julie odiaba encontrarlo aun tentador. Queria inclinarse hacia el para besarlo. Queria aspirar su olor y tocar su cuerpo. Deseaba que la parte mala de su anterior encuentro desapareciera para poder volver a revivir lo bueno.

– Obviamente, tendremos que encontrar la manera -dijo ella-. Dado que estoy de menos de un mes, tenemos tiempo de pensarlo.

Se puso en pie y saco una tarjeta del bolsillo de la chaqueta. La habia guardado ahi antes y habia escrito su numero de casa en el reverso. Por supuesto, habia albergado la esperanza de que Ryan renunciase a su hijo, pero, teniendo en cuenta su suerte, no le habia parecido muy probable.

Le entrego la tarjeta.

– ?Ya esta? -pregunto el.

– ?A que te refieres?

– ?No tienes nada mas que decir? ?Nada mas de lo que quieras hablar?

– No hay nada mas – contesto Julie, encogiendose de hombros -. Estoy embarazada. Soy yo la que tiene que ocuparse de eso. Cuando haya bebe, podras involucrarte. Hasta entonces, supongo que hablaremos.

– ?Quieres decir que yo te llamare y tu ignoraras mis llamadas?

– Esta vez no las ignorare.

– No se si creerte.

– No soy yo la que miente -dijo ella, recogiendo su bolso.

– ?Alguna vez olvidaras eso?

– No.

– Julie -dijo Ryan, dando un paso hacia ella-, vamos a tener un bebe. Alguna vez tendras que perdonarme.

– De hecho, no -dijo ella antes de darse la vuelta y marcharse.

Capitulo Seis

Ryan paso la tarde en su despacho sin trabajar.

Embarazada. Sabia que habia estado alli y lo que habia ocurrido, pero aun seguia pareciendole imposible que una sola noche pudiera dar paso a un bebe.

Todd entro en la sala y se sento en el sofa de cue ro junto a la ventana.

– ?Que es lo que queria? -pregunto-. No, espera. Quiero adivinarlo. Te lo ha perdonado todo y desea volver a estar contigo.

– ?A ti te parece que estaba de humor para decir algo asi?

Todd se encogio de hombros.

– Estaba enfadada, claro -dijo-. Pero no sabemos si era real o fingido. Venga. Ya hemos visto esto antes. Algunas son mejores que otras.

En otro momento, Ryan habria estado de acuerdo con su primo. Hacia poco habia llegado a estar convencido de que no quedaban mujeres sinceras. Pero se habia equivocado.

– Esta embarazada.

Todd se enderezo y lo miro fijamente. Entonces maldijo en voz baja y volvio a recostarse en el sofa.

– Te han fastidiado de lo lindo -dijo-. Tiene sentido, Ella gana de todas formas.

– Nadie gana -dijo Ryan-. Vamos a hacer un trato. Me pregunto si queria renunciar a mis derechos.

– ?Y no te ha pedido nada a cambio? -pregunto Todd-. No lo creere hasta que no vea los papeles.

– Le he dicho que no.

– Claro que si.

– No es asi como yo lo habria planeado, pero, ahora que ha ocurrido… -no sabia que decir.

– No me vengas con el cuento de padre e hijo -dijo Todd, frunciendo el ceno.

– No me importaria tener una hija.

Todd emitio un gemido.

– Mira el lado positivo -dijo Ryan con una sonrisa-. En alguna parte lei que un bebe saca casi toda su inteligencia de su madre. Julie es tan lista, que su bebe podra ser capaz de salvar el mundo.

– Tu si que necesitas que alguien te salve. Apenas conoces a esa mujer y ahora vas a tener un hijo con ella. Si te ofreciera la oportunidad de escaquearte, deberias considerarlo.

– No.

– Mira lo que ocurrio la ultima vez.

– Esto es diferente. No sere padrastro. Estare implicado desde el principio. Tomaremos las decisiones juntos.

– ?Estas seguro de eso?

– Julie tiene todo el derecho a estar enfadada conmigo.

– No estoy de acuerdo, pero bueno -dijo Todd-. Esta enfadada, ?pero crees que alguna vez se le pasara? ?O jugara contigo? ?Estas seguro de que el bebe es tuyo?

– ?Siempre has sido tan cinico?

– Los dos lo somos.

– Ya no.

– Nada de eso -dijo Todd, reposando el tobillo en la silla contraria- No puedes decirme que esto cambie las cosas. La conociste, te gusto, te acostaste con ella, cosa que por cierto no me dijiste.

– No me parecio relevante.

– Todo apunta a lo contrario. No tienes manera de saber con quien estuvo la noche o la semana de antes de conocerte. De acuerdo, demos por hecho que es tuyo, pero protegete, Ryan. Tiene sentido.

Si tenia sentido. Pero la cuestion era que Ryan sabia que no era necesario. En el fondo sabia que Julie estaba diciendole la verdad.

– Tal vez lo planeo todo -dijo Todd-. Tal vez lo hubiera preparado.

– Claro -dijo Ryan-. Julie consiguio reconciliarse con una abuela que no sabia que tenia, segura de que Ruth insistiria para que una de las hermanas saliera contigo. Entonces espero a una noche en la que estuviera ovulando, concerto la cita, me sedujo, me llevo a casa y se acosto conmigo sin saber si yo usaria preservativo, todo el tiempo con la esperanza de quedarse embarazada.

– Podria pasar -murmuro Todd.

– Haces que me replantee nuestra asociacion.

– Miro por tu bienestar. Te conozco, Ryan. Tienes toda esa vena del honor. Lo ocultas, pero se que esta ahi. Mentiste y, aunque estaba justificado y estabas enfadado en aquel momento, odias haberlo hecho. Ahora ella esta embarazada y te sientes responsable. No seas estupido.

– No lo sere.

– Y yo me lo creo. Por lo menos no hagas nada hasta que no nazca el bebe y te hagas la prueba de

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