– Muchas gracias. Yo tampoco me culpo. ?Entonces el bebe es de Todd?

– No exactamente -Julie le explico como Ryan habia suplantado la personalidad de Todd y como ella se habia dejado seducir- Queria ensenarme una leccion. Me estaba tomando por tonta. Ahora dice que lo siente y cree que deberiamos intentar tener una relacion. Sinceramente, ?como puedo volver a confiar en el?

– No se si puedes. ?Deseas hacerlo?

?Lo deseaba?

– Quiza. A veces. No se. Vamos a tener un bebe juntos; es una complicacion. Mama, voy a tener un bebe.

Su madre se acerco y la abrazo.

– Lo se. ?Como te sientes? ?Estas feliz?

Julie se echo hacia atras y le toco el brazo.

– No tengo palabras. Nunca pense en tener hijos, salvo en el futuro, pero ahora estoy embarazada y muy excitada. Deseo este bebe. No puedo creer lo mucho que lo deseo.

– Nunca has explorado tu lado tierno -dijo su madre- Siempre sentias que tenias que estar al mando y cuidar de todo el mundo. No te quedaba energia para pensar en ti. Me alegro de que desees el bebe. Vas a ser una madre estupenda.

– Gracias -murmuro Julie con los ojos llenos de lagrimas, sintiendose agradecida y extrana al mismo tiempo-. Eres mi modelo a seguir. Con nosotras te portaste muy bien. No debimos de ser faciles como para que nos cuidaras sola.

Tan pronto como dijo las palabras, quiso retirarlas.

– No estaba sola -dijo su madre-. Tu padre estaba aqui.

– Unas pocas semanas al ano -dijo Julie sin poder controlarse-. Mama, venga. Se que lo quieres, pero no fue un buen marido ni un buen padre.

– Sigue siendo tu padre. Hablaras de el con respeto -dijo su madre.

– ?Por que? No lo entiendo. Nunca he comprendido por que dejas que vaya y venga como le plazca.

– Es la naturaleza de tu padre. Es inquieto. Pero eso no hace que sea un mal hombre.

– Tampoco hace que sea uno bueno.

Julie se pregunto por que se molestaba. Habian tenido esa discusion cientos de veces. Nunca entenderia como su madre podia entregarle el corazon a un hombre que pensaba tan poco en ella y desaparecia durante meses. Luego regresaba con regalos y anecdotas, y se quedaba el tiempo suficiente para convencer a todos de que esa vez seria diferente, que se quedaria. Pero nunca lo hacia.

Julie habia dejado de creer en el hacia mucho tiempo, pero su madre seguia haciendolo con todo su corazon.

– No le gusta estar atado -dijo su madre-. Yo lo he aceptado. Ojala tu pudieras. Esta siempre sera su casa y yo siempre sere su mujer.

– No puedo hacer eso. No puedo entenderlo v no lo perdonare.

– Tener un hijo te cambia -dijo su madre- Lo cambia todo.

Julie sabia que no la cambiaria tanto como para entender la vision que su padre tenia del mundo, pero eso no importaba. Cambio el tema a algo menos controvertido.

– Ryan piensa que deberiamos casarnos -dijo.

– ?Que piensas tu?

– Que esta loco. Hemos tenido una cita. De acuerdo, fue muy bien hasta que admitio que era un mentiroso, pero eso no es suficiente para construir una vida en comun. Tu vas a decirme que deberia casarme con el, ?verdad?

– Voy a decirte que es el padre de tu bebe y que tendras que relacionarte con el de todas formas.

– ?Y si no quiero?

– Eso es madurez -dijo su madre con una sonrisa-. Estoy orgullosa.

– Mama…

– Julie, la vida es cuestion de compromiso. Lo que hizo Ryan esta mal. Si realmente es el cerdo que dices, ?entonces por que iba a molestarse en convencerte de que lo siente? Los cerdos no se molestan con cosas asi. ?Y que gana el casandose contigo? Si estuviera interesado solo en la victoria, ya se ha acostado contigo.

– Vaya.

– Solo digo que los hombres que conquistan a mujeres solo para aumentar su record no se quedan. El se ha quedado. Dice que quiere ser el padre de su hijo. Eso no es malo. No tienes que casarte con el. No tienes que hacer nada. Pero tal vez quieras pensar en llegar a conocerlo. Empieza por ahi y mira hacia donde te lleva. Tal vez sea un buen hombre.

– ?Eso crees? -pregunto Julie-. ?Con mi suerte?

Las palabras de su madre tenian sentido, pero Julie no queria ir por ahi. Queria seguir enfadada. Era mas seguro. Llegar a conocer a Ryan era ponerse a si misma en peligro. ?Y si comenzaba a creer en el? Solo le haria dano.

– No todos los hombres son como Garrett -dijo su madre.

– ?Quieres apostar?

Capitulo Ocho

Ryan vivia en un apartamento alto que era todo cristal y acero. Julie sabia lo importante que era el material en la construccion, puesto que estaban en Los Angeles y los terremotos alli eran una realidad. Sin importar que innovacion tecnologica mantenia el edificio en pie, no se sentia impresionada por la frialdad del lugar. Si, la localizacion era fantastica y el servicio de conserjeria se ocupaba de todos los detalles de la vida cotidiana, pero ella preferia su vecindario rustico, donde los jardines eran habituales y los ninos jugaban en la acera.

Por supuesto, mostrarse critica con el edificio de Ryan era una distraccion fabulosa, penso mientras bajaba del ascensor y caminaba hacia el apartamento. Habia decidido seguir el consejo de su madre del fin de semana anterior y llegar a conocer a Ryan. Lo habia llamado y le habia sugerido que se vieran. El habia ofrecido que comieran en su casa.

Llamo al timbre. Ryan abrio casi de inmediato.

Parecia mas alto de lo que recordaba, aunque tal vez estaba confusa por verlo con ropa informal. Llevaba unos vaqueros gastados y una camisa blanca de manga larga. Ambas prendas enfatizaban su altura.

Su camisa estaba abierta a la altura del cuello, dejando ver su pecho bronceado y un rastro de vello.

Recordo cuando habia acariciado esa zona, deslizando las manos por su piel caliente y sintiendo como reaccionaba a su tacto.

– Has venido -dijo el-. Adelante.

– No era dificil de encontrar.

– Pense que cambiarias de opinion -admitio-. Despues de la ultima vez.

La ultima vez. Su pelea en la oficina despues de proponerle matrimonio. Solo pensar en ello la enfurecia y le daba ganas de escupirle. No habia escupido en su vida, pero, si alguien iba a conseguirlo, ese era Ryan.

Aun asi, no habia ido alli para discutir con el.

– Dijiste por telefono que podriamos fingir que nunca ocurrio.

– Tienes razon -dijo el con una sonrisa-. Este soy yo fingiendo. Adelante.

Se echo a un lado y ella entro en el recibidor. La sorpresa fue instantanea. Ellos dos eran las unicas cosas vivas en una sala de cristal y metal.

– Creo que es importante que nos conozcamos -le dijo, decidiendo que era educado ignorar los alrededores-. El bebe no va a desaparecer y tu tampoco. Asi que aqui estamos.

– Pero tu desearias que yo desapareciera -dijo el, sonriendo.

– Mi vida seria menos complicada.

– Aburrirse no es mejor.

– No hablo de aburrimiento -dijo ella-. Solo de tener menos sorpresas.

– Tratare de no darte muchas. ?Entonces hacemos una tregua durante la comida?

– Estoy dispuesta. Lo consideraremos un entremes picante.

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