– Privada.
– Ah.
– Los dos fuimos a Stanford. Se hablo de Princeton o Yale, pero no nos interesaba. Nuestras vidas estaban en California. La nieve era para las vacaciones de esqui, no para todos los dias.
– ?Esquiabas en Gstaad? -pregunto ella.
– En todas partes. Y, antes de que empieces a burlarte de mi…
– ?Nunca haria eso!
– Quiero dejar claro que Ruth tenia dinero. Esta tambien podria haber sido tu vida.
– Entiendo las palabras, pero admitire que no puedo verlo como algo real. Mi madre siempre dijo que sus padres habian muerto, y nosotras la creimos.
– Pero, si las cosas hubieran sido distintas… -comenzo el.
– Entonces tu y yo habriamos crecido juntos. Habriamos sido como hermano y hermana.
Ryan puso cara de repugnancia. No era precisamente como querria que hubieran sido las cosas. Pensaba en Julie de muchas maneras, pero no como hermana.
Mientras cocinaba, se distraia constantemente con su presencia. Estaba tan viva, tan vibrante. Era como si ella fuese el unico color de la habitacion.
Le gustaba el modo que tenia de desafiarlo, y como trataba de ser justa. Tambien le gustaba su jersey rosa, que enfatizaba sus curvas. Curvas que recordaba muy bien y que deseaba poder tocar de nuevo.
– O tal vez hubieramos sido el primer amor del otro -dijo ella.
– Eso me gusta mas -dijo el.
– Puedo imaginarmelo. La magia del primer beso. Ir a los bailes de graduacion.
– Tu irias a un colegio privado de chicas -dijo el con una sonrisa- Con uniforme.
– Te estoy ignorando. Nos habriamos separado antes de la universidad, habriamos tratado de mantener el contacto, pero tu serias incapaz de serme fiel. Yo me presentaria por sorpresa en tu residencia y te pillaria con una pelirroja.
– Eh, ?por que tengo que ser el malo? Nunca he sido infiel.
– ?Por que no me lo creo?
– No se, pero es cierto. Tengo referencias.
Julie parecio pensar en eso durante un momento.
– De acuerdo, entonces simplemente nos distanciamos. Entonces, en nuestras siguientes vacaciones juntos, Todd intentaria ligar conmigo. Vosotros os peleais y, mientras tanto, yo me voy con el cientifico que conoci en la biblioteca.
– ?Y yo viviria mi vida amargado y arrepintiendome?
– Tal vez. Pero finalmente encontrarias a alguien, una bibliotecaria que te leeria a Emily Dickinson todas las noches.
– Vaya, gracias.
– De hecho, te gustaria mucho.
– Asi que todavia me odias, ?verdad? -pregunto el.
Julie ladeo la cabeza y su larga melena rubia le cayo por encima del hombro.
– No tanto como deberia.
Ryan le dio la vuelta al pollo y nego con la cabeza.
– Ojala nos hubieramos conocido de otra forma. Ojala me hubiera encontrado contigo en la playa, o en la tienda de ultramarinos, o en una fiesta.
– Ryan, no.
– ?Por que no? Nos llevamos bien. Nos llevamos bien aquella primera noche y nos llevamos bien ahora.
– No se que parte de aquella noche fue real y que parte estaba planeada. ?Quien eres realmente?
– Estoy intentando ensenartelo -intentando ser paciente. Las razones de Julie eran validas. Aunque no quisiera, tenia que respetar su derecho a mostrarse recelosa.
– De acuerdo, me parece bien -dijo ella-. Lo estoy intentando, Ryan. No estoy siendo dificil a proposito.
– ?Es solo un alegre derivado?
– Mas o menos.
– Hablame de tu vida -dijo el-. Ya sabes todo sobre la tragedia de mi infancia.
– Mis hermanas y yo eramos felices. No habia mucho dinero ni escuelas privadas con o sin uniformes, pero nos parecia bien.
– ?Vuestro padre murio?
Julie se detuvo y, por primera vez desde que habia llegado, parecio incomoda.
– No, esta vivo.
?Cual era el problema? El divorcio era algo comun.
– Mis padres siguen casados -dijo-. Tienen una relacion unica. Mi padre es uno de esos hombres que no puede sentar la cabeza. Es encantador y divertido, y todo el mundo quiere estar cerca de el.
Todo el mundo menos ella, pensaba Ryan, viendo las emociones en su rostro. Obviamente, su padre le habia hecho dano.
– Desaparece -continuo Julie-. Reaparece durante algunas semanas, para alivio de mi madre, que lo adora. Nos colma de regalos y nos cuenta historias, y se implica en nuestras vidas, y luego desaparece. Nunca avisa y, con frecuencia, vacia la cuenta bancaria de mi madre. Meses despues, envia un cheque con una cantidad tres o cuatro veces mayor. Pocos meses despues de eso, reaparece de nuevo.
– Eso tenia que ser duro para ti -dijo Ryan.
– No era mi manera favorita de vivir. Yo queria que se quedase y, si no podia, queria que desapareciese para siempre. Durante mucho tiempo me odie a mi misma por quererlo cuando estaba cerca y por lo mal que me sentia cuando se iba. Odiaba ver a mis hermanas tan tristes y escuchar a mi madre llorar. Ahora es mejor. Ya no me implico.
?Era cierto? ?Julie era capaz de distanciarse de su padre o simplemente evitaba cualquier emocion en lo que a el respectaba?
– ?Como lo lleva tu madre? -pregunto el.
– Lo ama -la expresion de Julie era indulgente y confusa-. No lo entiendo, pero asi es. Lo ha amado desde el primer momento en que lo vio. Se distancio de su familia solo para estar con el. Se alejo de sus padres y de una vida privilegiada. Tu tio era su padrastro, pero habia estado en su vida desde que ella era un bebe. En lo que a ella respectaba, era su padre. Por lo que cuenta, fue lo mejor. Nunca ha mirado atras, nunca se ha arrepentido.
Ryan comprobo el pan y luego saco el pollo de la sarten. La ensalada estaba lista. En cuanto terminara el pan, prepararia el pesto y estarian listos para comer.
– Admiro su habilidad para aferrarse a su decision -dijo el-. Hace falta coraje.
– Creo que el hecho de estar completamente apartada de su familia ayudo un poco. No era como si ellos hubieran estado dispuestos a recibirla de vuelta.
– Su padre no lo habria hecho -dijo Ryan-, pero Ruth si. Es una mujer de buen corazon. Es grunona y dura por fuera, pero por dentro es un cielo.
– Aun no he visto esa parte de ella. Se mostro bastante intimidante cuando vino a vernos.
– ?Tu? -pregunto el con una sonrisa-. ?Intimidada? No me lo creo.
– De acuerdo, estaba nerviosa. Obviamente te preocupas por ella. Lo noto en tu voz. Lo digo en el buen sentido. Pero bueno, trato de conseguir que una de nosotras se casara con tu primo sobornandonos. Eso no es muy dulce.
– Pero ella es asi. Le encanta entrometerse, pero siempre ha sido una parte importante de mi vida. Nuestros padres viajaban constantemente y, cuando estaban fuera, Todd y yo viviamos con Ruth. Tenia una mansion increible en Bel Air. El terreno era impresionante, dos o tres acres por lo menos. Pasabamos los veranos perdidos en los jardines. Cuando estabamos en el colegio, ella aparecia sin razon alguna, nos sacaba de clase y nos llevaba a la playa o a Disneylandia.
– Suena bien -dijo ella con tono dubitativo.
– Era genial. Tendras que llegar a conocerla.
– Estoy deseandolo. Al menos la casa estara bien, si me pide que vaya a visitarla.