Alex parpadeo, sin dejar de mirarla, hasta que por fin lo recordo: la visita al pabellon maternal de la que habia desertado una semana atras.
– Acabo en un acuerdo, sin juicio.
– ?Es usted abogada, entonces?-inquirio Lacy, levantando la vista de sus anotaciones.
– Defensora de oficio-repuso Alex, elevando la barbilla un milimetro, como si estuviera preparada para escuchar algun comentario desaprobatorio por parte de Lacy por implicarse con rufianes.
– Ese trabajo debe de exigirle mucho-dijo Lacy-. ?Saben en su departamento que esta embarazada?
Alex sacudio la cabeza en senal de negacion.
– No tienen por que-dijo sin mas-. No voy a pedir ningun permiso de maternidad.
– Es posible que cambie de opinion a medida que…
– No voy a tener a este bebe-manifesto Alex.
Lacy se arrellano en su silla.
– Entiendo.-A ella no le tocaba juzgar a una madre por el hecho de renunciar a su hijo-. Quiza podriamos hablar de algunas opciones-dijo Lacy. A las once semanas, Alex aun podia interrumpir su embarazo si queria.
– Iban a practicarme un aborto-dijo Alex, como si le hubiera leido a Lacy el pensamiento-. Pero no acudi a la cita.-Levanto los ojos-. Dos veces.
Lacy sabia muy bien que una mujer podia ser una firme defensora del aborto, pero luego no estar dispuesta o no ser capaz de llevarlo a la practica…Era justamente uno de los puntos debiles de esa postura.
– En ese caso-dijo-, puedo proporcionarle informacion acerca de la posibilidad de darlo en adopcion, si es que no ha contactado ya con alguna agencia.-Abrio un cajon y saco varias carpetas en las que habia informacion de todo tipo de agencias segun sus orientaciones religiosas, y tambien de abogados especializados en adopciones privadas. Alex tomo los folletos y los sostuvo como si fueran naipes-. Pero si le parece, por ahora podriamos centrarnos en su estado de salud.
– Estoy estupendamente-replico Alex con suavidad-. No tengo mareos, no estoy cansada.-Miro su reloj-. Pero en cambio voy a llegar tarde a una cita.
Lacy penso que Alex era una persona competitiva y acostumbrada a controlar todas las facetas de su vida.
– No esta mal moderar un poco la marcha cuando una esta embarazada. Es posible que su cuerpo lo necesite.
– Se como cuidar de mi misma.
– ?Por que no prueba a dejar que se ocupe otro de vez en cuando?
Una sombra de irritacion cruzo por el rostro de Alex.
– Mire, no necesito ninguna terapia. Sinceramente, agradezco su preocupacion, pero…
– ?Su pareja apoya su decision de renunciar al bebe?-pregunto Lacy.
Alex aparto la cara un instante. Sin embargo, antes de que Lacy encontrara las palabras adecuadas para continuar, Alex lo hizo por si misma.
– No existe tal pareja-dijo con frialdad.
La ultima vez que el cuerpo de Alex habia tomado las riendas haciendo lo que su mente le decia que no hiciera, habia concebido a aquel bebe. Todo habia comenzado de la manera mas inocente…Logan Rourke, su profesor de derecho judicial, la habia llamado a su despacho para decirle que dirigia la sala del tribunal con gran competencia. Logan le dijo que ningun juez seria capaz de apartar los ojos de ella…como tampoco el lo era en aquel momento. A Alex le parecio que Logan era Clarence Darrow, F. Lee Bailey y Dios todos en uno. El prestigio y el poder podian volver a un hombre tan atractivo como para dejar sin respiracion; a Logan lo habian convertido en lo que ella habia estado buscando toda la vida.
Alex le creyo cuando el le dijo que, en sus diez anos como profesor, jamas habia visto a un estudiante con una rapidez mental como la de Alex. Le creyo tambien cuando el le conto que su matrimonio no existia ya salvo nominalmente. Y le creyo asimismo la noche en que la acompano a casa desde el campus, le tomo el rostro entre las manos y le dijo que ella era la razon por la que se levantaba cada manana.
El derecho estudiaba detalles y hechos, no emociones. El error supremo de Alex habia sido olvidar eso al meterse con Logan. De pronto aplazaba planes a la espera de su llamada, que unas veces se producia y otras no. Fingia no verlo flirtear con las estudiantes de primer ano, que lo miraban como tambien ella lo habia mirado. Y cuando se quedo embarazada, estaba convencida de que estaban destinados a pasar juntos el resto de su vida.
Logan le dijo que se liberara de aquella carga. Le dieron dia y hora para practicarle el aborto, pero ella olvido anotarlos en el calendario. Volvio a pedir fecha, pero no se fijo en que la que le dieron coincidia con un examen final. Despues de dos intentos fallidos, fue a ver a Logan.
– Es una senal-le dijo.
– Puede que si-contesto el-, pero no significa lo que tu piensas. Se razonable-le aconsejo-. Una madre soltera no puede ser abogada defensora. Tiene que elegir entre su carrera y su bebe.
Lo que estaba diciendole en realidad era que tenia que elegir entre tener el bebe y tenerlo a el.
De espaldas, la mujer le parecia familiar, como a veces pasa con la gente cuando se la ve fuera de su contexto habitual: la cajera del super haciendo cola en el banco, o el cartero sentado al otro lado del pasillo en el cine. Alex se quedo observandola unos segundos, hasta darse cuenta de que era la partera. Cruzo el vestibulo del edificio del tribunal a grandes zancadas, en direccion a la maquina del parking, donde estaba Lacy Houghton pagando un ticket y a punto ya de irse.
– ?Necesita un abogado?-pregunto Alex.
Lacy levanto la vista, con el portabebes apoyado en la cadera. Le costo un momento ubicar aquel rostro, no habia visto a Alex desde su ultima visita, hacia casi un mes.
– Ah, ?hola!-exclamo, sonriente.
– ?Que la trae por mis dominios?
– Oh, pues…estaba pagando la fianza de mi ex…-Lacy espero a que Alex abriera los ojos de par en par, y entonces se rio-. Es broma, estoy comprando un abono de estacionamiento.
Alex se sorprendio a si misma mirando la carita del bebe de Lacy. Llevaba una gorrita azul atada por debajo de la barbilla. Las mejillas rebosaban por los bordes de la gorra. No paraba de babear y, al advertir que Alex lo miraba, le ofrecio una cavernosa sonrisa.
– ?Le apetece un cafe?-dijo Lacy.
Recogio los diez dolares de cambio y el abono del estacionamiento. Luego se recoloco el portabebes y salio del edificio de los juzgados en direccion a un Dunkin’ Donuts, al otro lado de la calle. Lacy se detuvo a darle los diez dolares a un vagabundo sentado fuera del tribunal, y Alex puso los ojos en blanco…Precisamente el dia anterior habia visto a aquel mismo individuo dirigirse al bar mas cercano cuando ella salia de trabajar.
En la cafeteria, Alex observo como Lacy despojaba sin ningun esfuerzo a su bebe de las diversas capas de ropa y lo levantaba para colocarselo en el regazo. Sin dejar de hablar, se paso una mantita sobre los hombros y se puso a darle el pecho a Peter.
– ?Es muy duro?-espeto Alex.
– ?Dar de mamar?
– No solo eso-dijo Alex-. Todo.
– Es cuestion de practica y nada mas.-Lacy elevo al bebe hasta la altura del hombro. El empezo a darle patadas con sus botitas en el pecho, como si estuviera ya tratando de poner distancia entre ambos-. Comparado con su trabajo diario, me parece que hacer de madre debe de ser pan comido.
De inmediato, aquello le hizo pensar a Alex en Logan Rourke, que se habia reido de ella cuando le habia dicho que iba a pedir un puesto de abogado de oficio.
– No duraras ni una semana-le espeto-. Eres demasiado blanda para eso.
A veces se preguntaba si era una buena abogada de oficio por talento innato o bien por lo dispuesta que estaba a demostrarle a Logan lo mucho que se equivocaba. Fuera como fuese, Alex habia cultivado una determinada imagen para aquel trabajo; se habia creado un personaje que estaba alli para garantizar a los delincuentes un trato de igualdad dentro del sistema juridico, pero sin dejar que sus clientes penetraran su coraza.