Ese error ya lo habia cometido con Logan.

– ?Ha tenido ocasion de ponerse en contacto con alguna de las agencias de adopcion?-pregunto Lacy.

Alex ni siquiera habia leido los folletos que la partera le facilito. Si por ella fuera, aun estarian sobre el mostrador de la sala de reconocimiento.

– Hice algunas llamadas-mintio Alex. El tema estaba apuntado en su lista de asuntos pendientes, pero siempre surgia algo mas urgente.

– ?Me permite que le haga una pregunta personal?-dijo Lacy, y Alex asintio lentamente; no le gustaban las preguntas personales-. ?Que es lo que la ha decidido a renunciar al bebe?

?Habia llegado a tomar en realidad tal decision? ?O alguien la habia tomado por ella?

– Que no es el momento-respondio.

Lacy se rio.

– No se si existe un momento mejor que otro para tener un bebe. La vida te cambia de arriba abajo, eso desde luego.

Alex se quedo mirandola con fijeza.

– No me gusta que mi vida cambie.

Lacy se ocupo unos segundos de la camisa de su bebe.

– Segun se mire, lo que hacemos usted y yo no son cosas tan diferentes.

– El indice de reincidencia debe de ser muy similar-dijo Alex.

– No…Yo me referia a que a ambas nos toca ver a la gente cuando esta pasando por una situacion critica. Eso es lo que mas me gusta de mi profesion. Te permite ver lo fuerte que es la otra persona cuando se ve obligada a enfrentarse a una situacion realmente dolorosa.-Levanto los ojos hacia Alex-. ?No cree que las personas en el fondo nos parecemos mucho?

Alex penso en los demandados que habian pasado por su vida profesional. Sus perfiles se desdibujaban en su mente. ?Se debia, como decia Lacy, al hecho de ser tan parecidos? ?O era porque Alex se habia vuelto una experta en no mirar demasiado de cerca?

Observo como Lacy se colocaba al bebe sobre las rodillas. Este golpeo sobre la mesa con las palmas abiertas, emitiendo un pequeno gorgoteo. Lacy se levanto de subito, soltando al bebe en brazos de Alex, de modo que esta tuvo que sujetarlo si no queria que se cayera al suelo.

– Por favor, aguanteme a Peter. Tengo que ir corriendo al bano.

A Alex le entro panico. «Un momento-se dijo-. No se que tengo que hacer». El bebe daba patadas en el aire, como un personaje de dibujos animados para no caer por un precipicio.

Alex se lo sento con torpeza en el regazo. El pequeno era mas pesado de lo que hubiera imaginado, y el tacto de su piel era como de terciopelo mojado.

– Hola, Peter-le dijo con tono formal-. Yo soy Alex.

El bebe alargo los brazos tratando de atrapar su taza de cafe, que ella se apresuro a poner fuera de su alcance. Peter arrugo la cara con todas sus fuerzas y rompio a llorar.

Sus chillidos eran entrecortados, altos en decibelios, anunciadores de un cataclismo.

– Basta-suplico Alex, mientras la gente a su alrededor empezaba a volverse hacia ellos. Se levanto, y empezo a darle palmaditas en la espalda, tal como habia visto hacer a Lacy, rogando interiormente por que Peter se quedara sin fuerzas, o contrajera una laringitis, o simplemente se apiadara de su inexperiencia. Alex, que siempre tenia una replica aguda e inteligente para todo, que podia verse arrojada a una situacion juridica infernal y caer de pie sin derramar una gota de sudor, se sintio totalmente perdida.

Se sento sosteniendo a Peter por las axilas. Para entonces el ya estaba rojo como un tomate, con la piel tan inflamada y oscura que la fina pelusa que le recubria la cabeza relucia como el platino.

– Escucha-dijo Alex-, puede que yo no sea la persona que tu quisieras, pero soy lo unico que tienes ahora mismo.

Tras un ultimo hipido, el bebe se tranquilizo. Se quedo mirando fijamente a Alex a los ojos, como si tratara de recordarla.

Aliviada, ella se lo puso sobre el brazo y se irguio un poco en su silla. Bajo la vista hacia la cabeza del bebe, observando el pulso translucido bajo la fontanela.

Al relajar un poco la tension de su abrazo, el se relajo tambien. ?Era asi de facil?

Alex paso el dedo sobre aquel punto blando en la cabeza de Peter. Conocia la explicacion biologica: dos hemisferios craneales tenian que ser lo suficientemente moviles como para facilitar el nacimiento; acababan soldandose cuando el bebe empezaba a caminar. Era un punto vulnerable con el que todos naciamos, que con el tiempo se convertia literalmente en la cabeza dura de un adulto.

– Lo siento-dijo Lacy, mientras volvia a sentarse a la mesa con toda naturalidad-. Gracias por aguantarmelo.

Alex se lo devolvio rapidamente, como si quemara.

Habian ingresado a la paciente despues de un intento de parto en casa que habia durado treinta horas. Firme creyente en la medicina natural, habia minimizado los cuidados prenatales y habia prescindido de la amniocentesis y las ecografias, pero aun asi, llegado el momento de venir al mundo, los recien nacidos encuentran siempre la manera de obtener lo que quieren y necesitan. Lacy poso las manos sobre el tembloroso vientre de la mujer con las palmas abiertas, como si fuera una curandera. «Dos kilos y tres cuartos-penso-; el culo se encuentra aqui arriba, la cabeza alla abajo». Un medico asomo la cabeza por la rendija de la puerta.

– ?Como va por aqui?

– Digales a los de cuidados intensivos que esta de treinta y cinco semanas-dijo ella-, pero que parece que todo este bien.-Mientras el doctor retrocedia y se marchaba, ella se coloco entre las piernas de la mujer-. Ya se que debe de parecerte que llevas asi una eternidad-dijo-, pero si eres capaz de trabajar conmigo un poco mas, dentro de una hora tendras a este bebe en brazos.

Mientras hacia que el esposo de la mujer se situara detras de esta y la mantuviera erguida en el momento de ponerse ella a empujar, Lacy noto la vibracion de la llamada del beeper a la altura de la cintura de la bata azul marino. ?Quien demonios podia ser? Estaba de guardia, la secretaria sabia que estaba asistiendo a un parto.

– ?Podrian disculparme un momento?-dijo, dejando a la auxiliar con ellos mientras se dirigia al mostrador de las enfermeras para tomar un telefono-. ?Que pasa?-pregunto Lacy cuando la secretaria descolgo.

– Una de sus pacientes insiste en verla.

– Ahora mismo estoy un poco ocupada-dijo Lacy con intencion.

– Dice que esperara el tiempo que haga falta.

– ?Quien es?

– Alex Cormier-replico la secretaria.

En circunstancias normales, Lacy le habria dicho a la secretaria que derivara a la paciente a alguna de las otras parteras disponibles. Pero habia algo en Alex Cormier dificil de definir, algo que no habria podido concretar pero que no andaba del todo en orden.

– Esta bien-dijo Lacy-. Pero digale que puedo tardar horas.

Colgo el telefono y se apresuro a regresar a la sala de partos, donde volvio a colocarse entre las piernas de la paciente para comprobar la dilatacion.

– Parece que lo unico que necesitabas era que yo desapareciera-bromeo-. Has dilatado diez centimetros. La proxima vez que sientas ganas de empujar…?hasta el fondo!

Diez minutos mas tarde, la paciente daba a luz a una nina de poco mas de kilo y cuarto. Mientras los padres se embelesaban con ella, Lacy se volvio hacia la enfermera de guardia, con la que se comunico silenciosamente con los ojos. Alli pasaba algo grave.

– Que pequenita es-dijo el padre-. ?Hay algo que…? ?Esta bien…?

Lacy vacilo unos segundos, ya que no sabia muy bien cual era la respuesta. «?Un fibroma?», se pregunto. Lo unico que sabia es que dentro de aquella mujer habia mucho mas que un bebe que no llegaba al kilo y medio. Y que en cualquier momento la paciente tendria una hemorragia.

Pero cuando Lacy metio la mano en el interior del vientre de la paciente y presiono en el utero, se quedo paralizada.

– ?Nadie le habia dicho que traia mellizos?

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