Despues de la escuela, Matt llego con sopa de pollo de un restaurante local y libros de comics:

– ?Que haces fuera de la cama?-pregunto.

– Has llamado al timbre-contesto Josie-. Bien tenia que abrirte la puerta, ?no?

El la mimaba como si ella tuviera mononucleosis o cancer, no solo un virus, que era la mentira que le habia dicho cuando la llamo al movil desde la escuela esa manana. Haciendo que se metiera otra vez en la cama, le coloco la sopa en el regazo.

– Esto se supone que cura algo, ?verdad?

– ?Y los comics?

Matt se encogio de hombros:

– Mi madre solia comprarmelos cuando era pequeno y me quedaba en casa enfermo. No se. Siempre me hacian sentir un poco mejor.

Mientras el se sentaba al lado de ella en la cama, Josie escogio una de las historietas. ?Por que Wonder Woman era siempre tan admirable? Si tuvieses un 36C, francamente, ?irias a brincar entre edificios y a combatir el crimen sin un buen sosten de deporte?

Pensar en eso hizo que Josie recordara que ella apenas podia ponerse su propio sujetador en esos dias, tan sensibles estaban sus pechos. E hizo que recordara la prueba de embarazo que habia envuelto en papel higienico y habia lanzado en el contenedor de basura que habia fuera, para que su madre no pudiera encontrarla.

– Drew esta planeando una fiesta este viernes por la noche-dijo Matt-. Sus padres se van a Foxwoods el fin de semana.-Matt fruncio el cejo-. Espero que te sientas mejor para entonces, y que puedas ir. De todas formas, ?que crees que tienes?

Ella se volvio hacia el e inspiro hondo:

– Mas bien es lo que no tengo: la regla. Se me ha retrasado dos semanas. Hoy me he hecho una prueba de embarazo.

– Ya ha hablado con un tipo de la Universidad de Sterling para comprar un par de barriles de cerveza de una fraternidad. Te lo aseguro, esa fiesta sera algo fuera de serie.

– ?Me estas escuchando?

Matt le sonrio del modo en que lo haria ante un nino que acabara de decirle que el cielo esta cayendose:

– Creo que estas exagerando.

– Ha dado positivo.

– El estres puede hacer eso.

Josie abrio la boca con desconcierto:

– ?Y que pasa si no es estres? ?Y que pasa si es real?

– Entonces estamos en esto juntos.-Matt se inclino hacia ella y la beso la frente-. Carino-dijo-, nunca podras deshacerte de mi.

Unos dias despues, cuando volvio a nevar, Peter vacio deliberadamente el tanque del quitanieves, y cruzo la calle en direccion a la casa del senor Weatherhall de nuevo.

– No me digas que te has vuelto a quedar sin gasolina-dijo, mientras abria la puerta.

– Supongo que mi padre no ha llenado todavia nuestro tanque-respondio Peter.

– Hay que encontrar el tiempo-gruno el senor Weatherhall, pero ya estaba metiendose en su casa, dejando la puerta abierta para que Peter lo siguiera-. Hay que ponerlo en la agenda, asi es como se hace.

Cuando paso junto al televisor, Peter echo un vistazo al reparto de «Match Game»:

– Big Bertha es tan grande-decia el presentador-que en lugar de lanzarse desde un avion con un paracaidas, usa una manta.

En el mismo instante en que el senor Weatherhall desaparecio escalera abajo, Peter abrio el tarro de azucar del estante de la cocina. El arma todavia estaba alli. Peter la saco y se recordo a si mismo que debia respirar.

Tapo el tarro y lo coloco exactamente donde estaba. Despues, tomo el arma y la encajo por la fuerza, el canon primero, dentro de la cintura de los tejanos. El abrigo se la tapaba de modo que no se podia ver el bulto para nada.

Cautelosamente, abrio el cajon de los cubiertos y echo una mirada a los armarios. Al pasar la mano por la polvorienta superficie de encima del refrigerador, sintio el suave cuerpo de un segundo revolver.

– ?Sabes?, conviene tener un tanque de repuesto…-La voz del senor Weaterhall desde el pie de la escalera del sotano, acompanada por la percusion de sus pasos, hizo que Peter dejase el arma, y dejara caer los brazos a los lados del cuerpo.

Cuando el senor Weatherhall entro en la cocina, Peter estaba sudando:

– ?Estas bien?-le pregunto el hombre, mirandolo fijamente-. Estas un poco blanco alrededor de los ganglios.

– Me he quedado estudiando hasta tarde. Gracias por la gasolina. Otra vez.

– Dile a tu padre que no lo sacare de apuros la proxima vez-dijo el senor Weatherhall, y saludo a Peter con la mano desde el porche.

Peter espero hasta que el senor Weatherhall hubo cerrado la puerta y luego comenzo a correr, pateando la nieve a su paso. Dejo la lata de gasolina junto al quitanieves e irrumpio en su casa. Cerro con llave la puerta de su habitacion, saco el arma de sus pantalones y se sento.

Era negra y pesada. Parecia de plastico, pero en realidad estaba hecha de una aleacion de acero. Lo que era absolutamente sorprendente era lo falsa que parecia-como el arma de juguete de un nino-, aunque Peter supuso que lo dejaria maravillado lo realistas que eran las armas de juguete. Movio el seguro y lo solto. Expulso el cargador.

Cerro los ojos y sostuvo el arma a la altura de su cabeza:

– Bang-susurro.

Luego lo dejo sobre su cama y saco la funda de una de las almohadas. Envolvio el arma con ella, enrollandola como una venda. La deslizo entre el colchon y las varillas del somier y se recosto.

Seria como en el cuento aquel de la princesa que podia sentir una habichuela, una arveja o lo que fuera. Solo que Peter no era un principe, y el bulto no lo mantendria despierto por la noche.

De hecho, quiza hiciera que durmiera mejor.

En el sueno de Josie, ella estaba en un hermosisimo tipi. Las paredes estaban hechas de brillante piel de ciervo, cosida tirante con hebras doradas. Habia historias pintadas todo alrededor en tonos rojos, ocres, violeta y azules; relatos de cacerias, de amores y perdidas. Mullidas pieles de bufalo estaban apiladas a modo de cojines; los carbones resplandecian como rubies en el hoyo del fuego. Cuando alzo la vista, pudo ver las estrellas a traves del agujero de salida del humo.

De repente, Josie se dio cuenta de que resbalaba; de que no habia forma de detenerse. Echo un vistazo hacia abajo y solo vio el cielo; se preguntaba si es que habia sido tan tonta como para creer que podia caminar entre las nubes o si el suelo de debajo de sus pies habia desaparecido cuando ella miraba hacia otro lado.

Comenzo a caer. Podia sentir como su cuerpo daba tumbos; sentia que la falda se hinchaba y el viento le corria entre las piernas. No queria abrir los ojos, pero no podia evitar hacerlo: se aproximaba al suelo a un ritmo alarmante, sellos de correos cuadrados de color verde, marron y azul que se hacian cada vez mas grandes, mas detallados, mas realistas.

Veia su escuela. Su casa. El techo de encima de su habitacion. Josie sintio como se precipitaba hacia el y se preparo para el inevitable choque. Pero en los suenos nunca se choca contra el suelo; nunca se llega a ver como uno se muere. En cambio, Josie sintio salpicaduras; su ropa ondeando como partes de una medusa mientras pisaba agua tibia.

Se desperto, sin aliento, y se dio cuenta de que aun se sentia mojada. Se sento, levanto las mantas y vio el charco de sangre debajo de si.

Despues de tres pruebas de embarazo positivas, despues de un retraso de tres semanas, estaba abortando de forma espontanea.

«Graciasdiosgraciasdiosgracias». Josie enterro el rostro en las sabanas y comenzo a llorar.

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