– Gracias-dijo, pero le sostuvo la mirada a Josie lo suficiente como para que ella se diera cuenta de que le estaba agradeciendo en realidad.
Justo entonces, Patrick bajo deslizandose con sigilo por la escalera. Al llegar abajo, se volvio para hacerle a Alex una sena con el pulgar hacia arriba.
– Patrick-lo llamo ella-, Josie nos ha hecho crepes.
Selena sabia lo que era politicamente correcto: se supone que no hay diferencia entre los ninos y las ninas, pero tambien sabia que si preguntabas a cualquier madre o maestra de la guarderia, te dirian algo distinto,
«No hay diferencia-penso Selena-. Si, claro.»
Estaba pensando eso y observando con interes cuando Sam se alejo un poco del nino que tenia al lado y comenzo a imitar a las ninas, tamizando arena en un cubo para hacer un pastel.
Selena sonrio ampliamente, esperando que ese fuera un indicio de que su hijo se rebelaria contra los estereotipos y haria aquello con lo que se sintiera mas comodo. Pero ?funcionaba asi? ?Podias mirar a un nino y ver en que se convertiria? A veces, cuando observaba a Sam, podia vislumbrar el adulto que seria algun dia: estaba alli, en sus ojos; la cascara del hombre que creceria y lo habitaria al hacerse mayor. Pero habia mas que atributos fisicos en lo que se podia intuir. ?Se volverian aquellas ninas amas de casa y madres o empresarias de negocios? ?El comportamiento destructivo de aquel nino derivaria en una adiccion a las drogas o en alcoholismo? ?Habia Peter Houghton empujado a sus companeros de juegos o pisoteado insectos o hecho algo como nino que hubiera permitido vislumbrar su futuro como asesino?
El nino del camion lo dejo y empezo a cavar, aparentemente hacia China. Sam abandono lo que estaba horneando para agarrar el vehiculo de plastico, pero entonces perdio el equilibrio y se cayo, dandose con la rodilla contra el marco de madera.
Selena se levanto del asiento de un salto, lista para agarrar a su hijo antes de que este comenzara a berrear. Pero Sam miro a los ninos que habia a su alrededor, como si se diera cuenta de que tenia publico. Y, aunque su carita se fruncio y se puso colorada, con un asomo de dolor, no lloro.
Era mas facil para las ninas. Ellas podian decir «Esto duele» o «No me gusta esto» y que la queja fuera aceptable socialmente. Los ninos, en cambio, no hablaban ese lenguaje. No lo aprendian de pequenos y tampoco se las arreglaban de adultos para adquirirlo. Selena se acordo del ultimo verano, cuando Jordan habia ido a pescar con un viejo amigo cuya esposa acababa de pedirle el divorcio.
– ?De que hablaron?-le pregunto ella cuando Jordan regreso a casa.
– De nada-contesto el-. Estuvimos pescando.
Eso no tenia sentido para Selena. Habian estado fuera durante seis horas. Como era posible estar sentado junto a alguien en un pequeno bote durante todo ese tiempo y no tener una conversacion intima acerca de como estaba llevandolo; si estaba atascado despues de semejante crisis; si le preocupaba el resto de su vida.
Selena miraba a Sam, quien ahora tenia el camion en la mano y lo hacia circular por encima de lo que habia sido su pizza. El cambio podia llegar asi de rapido, ella lo sabia. Penso en como Sam la abrazaria con sus pequenos bracitos alrededor de su cuello y la besaria; como correria hacia ella si Selena le extendia los brazos. Pero tarde o temprano el se daria cuenta de que sus amigos no iban de la mano de su madre cuando cruzaban la calle; que no horneaban pizzas y pasteles en el cajon de arena; que, en cambio, ellos construian ciudades y cavaban cuevas. Un dia-cuando fuera al instituto, o incluso antes-, Sam comenzaria a encerrarse en su habitacion. Rehuiria el contacto con ella. Responderia grunendo, actuaria con rudeza, seria un hombre.
«Quiza sea nuestra maldita culpa que los hombres sean como son», penso Selena. Quiza la empatia, como un musculo sin usar, simplemente, se atrofiaba.
Josie le dijo a su madre que habia conseguido un trabajo de verano como voluntaria de ensenanza, para ser tutora de chicos de escuela primaria y de matematicas en el instituto. Le hablo de Angie, cuyos padres se habian separado durante el ano lectivo y que fallaba en algebra como una consecuencia indirecta. Le describio a Joseph, un nino con leucemia que habia faltado a la escuela a causa del tratamiento, y al que le resultaba dificil entender las fracciones. Cada dia durante la cena, su madre le preguntaba por su trabajo y Josie le contaba una historia. El problema era que solo era eso: una historia, una ficcion. Joseph y Angie no existian; y ya puestos, tampoco su trabajo como tutora.
Esa manana, como cada manana, Josie se iba de casa. Se subia al autobus y saludaba a Rita, la conductora que venia haciendo esa ruta todo el verano. Cuando los otros pasajeros se bajaban en la parada que estaba mas cerca de la escuela, Josie permanecia en su asiento. De hecho no se levantaba hasta la ultima parada, la que estaba a un kilometro y medio del cementerio Whispering Pines.
A ella le gustaba estar alli. En el cementerio no tenia que hablar con nadie sin tener ganas. No tenia que hacerlo aunque no le apeteciera. Caminaba por la senda serpenteante, que para entonces le era tan familiar que podria decir, con los ojos cerrados, cuando el pavimento bajaba un poco y cuando habia que girar hacia la izquierda. Sabia que la hortensia violentamente azul estaba a mitad de camino de la tumba de Matt; que, a unos pocos pasos de distancia de esta, olia a madreselva.
Ahora habia una lapida, un pristino bloque de marmol con el nombre de Matt cuidadosamente grabado. El cesped comenzaba a crecer. Josie se sentaba sobre la tierra, que estaba tibia, como si el sol hubiera estado filtrandose y calentandola para cuando llegara ella. Busco en su mochila y saco una botella de agua, un emparedado de mantequilla de cacahuete y una bolsa de snacks salados.
– ?Puedes creer que las clases comienzan ya en un mes?-le dijo a Matt, porque a veces hacia eso. No era que esperara una respuesta de el; solo que se sentia mejor hablandole despues de tantos meses de no hacerlo-. Sin embargo, todavia no inauguraran la verdadera escuela. Dicen que quiza para el Dia de Accion de Gracias, cuando la reconstruccion este terminada.
Lo que realmente estaban haciendo en la escuela era un misterio; Josie habia pasado por delante lo suficiente como para saber que la biblioteca y el gimnasio habian sido demolidos, asi como la cafeteria. Ella se preguntaba si la administracion era tan ingenua como para pensar que, si se deshacian de la escena del crimen, los estudiantes pensarian que el crimen nunca se habia cometido.
Habia leido en algun lado que los fantasmas dan vueltas alrededor de los emplazamientos fisicos; que a veces, pueden aparecerse. Josie no daba demasiado credito a lo paranormal, pero eso si lo creia. Ella sabia que habia algunos recuerdos de los que, aunque se intentara huir para siempre, nunca se debilitaban.
Josie se recosto, con el cabello desparramado sobre el cesped recien crecido.
– ?Te gusta tenerme aqui?-susurro-. ?O si pudieras hablar preferirias que me perdiera?
No queria escuchar la respuesta. En realidad, ni siquiera queria pensar en ello. De modo que abrio los ojos tanto como pudo y miro fijamente al cielo, hasta que el azul brillante le escocio en las retinas.
Lacy permanecio en la seccion de hombres de Filene’s, tocando trajes de tweed, otros de color azul oscuro y los tejidos de diversas texturas de los sacos
Lacy se movia sistematicamente por la seccion masculina. Escogia unos calzoncillos cortos hechos del algodon egipcio mas exquisito, un paquete de camisetas blancas Ralph Lauren, calcetines de hilo de Escocia. Encontro unos pantalones de color caqui. Saco del perchero una camisa oxford azul con botones en el cuello, porque Peter siempre habia odiado llevar el cuello asomando de un sueter de cuello cerrado. Y eligio una americana azul, tal como Jordan le habia dicho. «Lo quiero vestido como si fueramos a mandarlo a las entrevistas para la universidad», le habia recalcado.
Recordo como, cuando Peter tenia alrededor de once anos, habia desarrollado una aversion a los botones. A priori parecia facil lidiar con algo asi, pero eso eliminaba la mayor parte de los pantalones. Lacy recordaba haber conducido hasta los confines de la tierra para encontrar pantalones de pijama de pano con elastico en la cintura,