Le vino la imagen de el en la cafeteria, con los pantalones bajados hasta los tobillos, una estatua que intentaba cubrirse el bajo vientre con la bolsa de la comida. Ella recordaba la voz de Matt: «Los objetos en los espejos son mucho mas pequenos de lo que parecen».

Quiza Peter finalmente hubiese entendido lo que la gente pensaba de el.

– No queria que me trataran como a el-dijo Josie, en respuesta a su madre, cuando lo que en realidad queria decir era «No fui lo suficientemente valiente».

Volver a la carcel era como una capitulacion. Tenias que renunciar a los simbolos de humanidad-los zapatos, el traje, la corbata-y agacharte desnudo para que te revisaran, para que uno de los guardias te palpara con un guante de goma. Te daban un traje carcelario, y chancletas demasiado grandes para tu pie; asi volvias a ser de nuevo como cualquier otro preso y no podias creer que eras diferente ni mejor.

Peter se recosto en la litera con los brazos apoyados sobre los ojos. El interno de la celda de al lado, un tipo que esperaba juicio por la violacion de una mujer de sesenta y seis anos, le pregunto como le habia ido en el tribunal, pero el no le contesto. Esa era la unica libertad que le quedaba y queria mantener en secreto esa verdad: que cuando lo metian de nuevo en su celda, se sentia aliviado de estar de regreso (?podia decirlo?) en el hogar.

Alli, nadie lo miraba fijamente, como si fuera un tumor. En realidad, nadie lo miraba en absoluto.

Alli, nadie hablaba de el como si fuese un animal.

Alli, nadie lo culpaba, porque estaban todos en el mismo barco.

La carcel no era tan diferente de la escuela, en realidad. Los funcionarios eran como los profesores: su trabajo era mantener a todos en su lugar, alimentarles y asegurarse de que nadie resultara grave-mente herido. Mas alla de eso, te abandonaban a tus propios recursos. Y, como en la escuela, la carcel era una sociedad artificial, con sus propias reglas y jerarquias. Cualquier trabajo era inutil; limpiar los vateres cada manana o llevar el carro de la biblioteca por la parte de minima seguridad no era diferente, en realidad, de escribir un ensayo sobre la definicion de civitas o memorizar los numeros primos, porque nada de eso servia para la vida real. Y, como el instituto, la unica manera de pasar por la carcel era aguantar y cumplir tu condena.

Huelga decirlo: Peter tampoco era popular en la prision.

Penso en los testigos que Diana habia hecho desfilar o arrastrarse o deslizarse sobre sus ruedas hasta la tribuna. Jordan le habia explicado que se trataba de buscar compasion; la fiscalia queria presentar todas esas vidas arruinadas antes de que ellos pasaran a las pruebas duras; que el pronto tendria oportunidad de mostrar como la vida de Peter tambien estaba arruinada. A Peter eso apenas le importaba. Despues de volver a ver a todos esos estudiantes, el se habia asombrado mas de cuan poco habia cambiado todo.

Peter miraba fijamente los muelles cruzados de la litera de arriba, parpadeando rapidamente. Luego se volvio hacia la pared y se metio la esquina de la funda de su almohada en la boca para que nadie pudiera oirlo llorar.

Aunque John Eberhard no pudiera llamarle maricon nunca mas, no pudiera ni siquiera hablar…

Aunque Drew Girard nunca volviera a ser el atleta que habia sido…

Aunque Haley Weaver no fuese ya la belleza que habia sido…todavia formaban parte de un grupo en el que Peter no encajaba y nunca lo haria.

6:30 DE LA MANANA. EL DIA

– Peter. ??Peter?!

Se dio la vuelta y entonces vio a su padre de pie en el umbral de su habitacion.

– ?Estas despierto?

?Parecia que estuviera despierto? Peter gruno y se tumbo sobre la espalda. Cerro los ojos otra vez por un momento y recorrio su dia. «Inglesfrancesmatematicahistoriaquimica». Una larga oracion de corrido, una clase sangrando sobre la siguiente.

Se sento, se paso la mano por el pelo para aplacarselo. Abajo, podia oir a su padre sacando ollas y sartenes del lavavajillas, como una especie de sinfonia tecno. Agarraria su termo, lo llenaria de cafe y dejaria a Peter a merced de sus propios recursos.

Peter arrastro los bajos de los pantalones del pijama por el suelo mientras se trasladaba de la cama al escritorio y se sentaba en la silla. Se conecto a Internet, porque queria ver si alguien le habia hecho mas observaciones acerca de «Escondete y chilla». Si era tan bueno como el creia que era, entraria en alguna especie de competicion amateur. Habia chicos como el en todo el pais-en todo el mundo-que facilmente pagarian 39,99 dolares por jugar a un videojuego en el que la historia estaba escrita por los perdedores. Peter imagino lo rico que podria hacerse con los beneficios. Quiza hasta podia plantar la universidad, como Bill Gates. Quiza, un dia, la gente lo llamaria, fingiendose amigos.

Entorno los ojos para mirar, y luego se puso los lentes, que tenia junto al teclado. Pero eran las 6:30 de la manana, una hora en la que no podia esperarse mucha conexion de nadie. Se le cayeron los anteojos justo sobre las teclas de funciones.

La ventana se minimizo y, en su lugar, se abrio la papelera de reciclaje.

Se que no piensas en mi.

Y que desde luego nunca nos has imaginado juntos.

Peter sintio que la cabeza le daba vueltas. Clavo un dedo en el boton de borrado pero no paso nada.

Por mi mismo, no soy nada especial. Pero contigo, creo que podria llegar a serlo.

Intento reiniciar la computadora, pero estaba congelada. No podia respirar; no podia moverse. No podia hacer nada que no fuera mirar fijamente su propia estupidez, alli plantada, en blanco y negro.

Le dolia el pecho y penso que quiza estaba teniendo un infarto, o quiza aquello era lo que se sentia cuando el musculo se volvia de piedra. Con movimientos torpes, Peter se inclino para alcanzar el cable del enchufe multiple pero, al hacerlo, se dio con la cabeza en el borde del escritorio. Por eso se le llenaron los ojos de lagrimas; o eso fue lo que se dijo a si mismo.

Tiro del enchufe y el monitor se apago.

Luego se sento y se dio cuenta de que no habia diferencia. Todavia podia leer aquellas palabras, claras como el dia, escritas sobre la pantalla. Podia notar las teclas bajo sus dedos cuando las escribia:

Con amor, Peter.

Podia oirlos a todos, riendose.

Peter echo otro vistazo a su computadora. Su madre siempre decia que si pasaba algo malo, podias verlo como un fracaso o bien como la oportunidad de cambiar de rumbo.

Quiza aquello habia sido una senal.

La respiracion de Peter era superficial mientras vaciaba su mochila de la escuela de libros escolares, carpetas de tres aros, su calculadora, lapices y examenes arrugados que le habian devuelto. Metio la mano por debajo del colchon y busco a tientas las dos pistolas que habia estado guardando solo por si acaso.

Cuando era pequeno, solia poner sal en las babosas. Me gustaba observar como se disolvian delante de mis ojos. La crueldad es divertida hasta que te das cuenta de que alguien sale herido.

Ser un perdedor podria ser algo llevadero, si eso solo significara que nadie te prestaba atencion, pero en la escuela significaba que eras buscado activamente. Tu eres la babosa y ellos tienen la sal. Y no han desarrollado una conciencia.

Hay una palabra que aprendimos en ciencias sociales: schadenfreude. Es cuando disfrutas viendo el sufrimiento de otro. La pregunta es, ?por que? Creo que forma parte del instinto de autoconservacion: si quieres subir mas arriba de la escalera, debes pisar a alguien mas. Y en parte eso se debe a que un grupo se siente mucho mas grupo cuando se une contra un enemigo. No importa si ese enemigo nunca ha hecho nada para lastimarte, solo tienes que hacer como si odiaras a alguien mas de lo que te odias a ti mismo.

?Sabes por que la sal les hace eso a las babosas? Porque se disuelve en el agua que forma parte

Вы читаете Diecinueve minutos
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату