– Entonces lo has hecho bien-le contesto Jordan.

Permanecio en el vestibulo y observo a los alguaciles llevarse a Peter. Justo antes de que volviera la esquina, Peter levanto sus manos unidas y lo saludo. Jordan asintio con la cabeza, con las manos en los bolsillos.

Se escabullo de la carcel por una puerta trasera y paso junto a tres furgonetas de los medios de comunicacion, con antenas parabolicas encima, como enormes pajaros blancos. A traves de las ventanillas traseras de cada furgoneta, Jordan podia ver a los productores editando el video para las noticias de la noche. Su rostro aparecia en cada uno de los monitores.

Al pasar junto a la tercera furgoneta, oyo a traves de la ventanilla abierta, la voz de Peter. «El juego no ha terminado todavia».

Jordan se recoloco la correa del maletin en el hombro y camino un poco mas rapido.

– Si, si ha terminado-dijo.

Selena le habia preparado a su esposo lo que el llamaba La Comida del Verdugo, lo que siempre le preparaba antes del cierre de un caso: ganso asado. Con Sam ya en la cama, ella deslizo un plato delante de Jordan y se sento frente a el.

– Ni siquiera se que decir-admitio.

Jordan aparto el plato.

– Todavia no estoy listo para esto.

– ?De que hablas?

– No puedo terminar el caso asi.

– Carino-le dijo Selena-, despues de lo de hoy, no podrias salvar este caso ni con un escuadron entero de bomberos.

– No puedo renunciar. Le dije a Peter que tenia una oportunidad.-Miro a Selena angustiado-. Yo fui el que permitio que subiera al estrado, incluso a sabiendas de que no era lo mejor. Tiene que haber algo que pueda hacer…algo que pueda decir para que el testimonio de Peter no sea con lo ultimo que se quede el jurado.

Selena suspiro y tomo el plato de Jordan. Con su cuchillo y tenedor y se corto un pedazo, untado en la salsa de cereza.

– Este ganso esta buenisimo, Jordan-comento-. No sabes lo que te pierdes.

– La lista de testigos-dijo Jordan de repente, levantandose y hurgando en la pila de papeles que habia dejado en el otro extremo de la mesa del comedor-. Tiene que haber alguien a quien no hayamos llamado que pueda ayudarnos.-Examino los nombres-. ?Quien es Louise Herrman?

– La maestra de tercer grado de Peter-dijo Selena con la boca llena.

– ?Por que demonios esta en la lista de testigos?

– Ella nos llamo-explico Selena-. Nos dijo que si la necesitabamos, estaria dispuesta a testificar que en tercer grado era un buen chico.

– Bueno, eso no va a funcionar. Necesito a alguien reciente-suspiro-. Aqui no hay nadie mas…-Al dar vuelta a la segunda pagina, vio un solo nombre escrito a maquina-. Excepto Josie Cormier-dijo Jordan lentamente.

Selena bajo el tenedor.

– ?Vas a llamar a la hija de Alex?

– ?Desde cuando llamas Alex a la jueza Cormier?

– Esa chica no se acuerda de nada.

– Bueno, estoy completamente perdido. Quiza recuerde algo ahora. Vamos a traerla y ya veremos si habla.

Selena rebusco entre las pilas de papeles que cubrian la mesa auxiliar, el borde de la chimenea y la parte superior del andador de Sam.

– Aqui esta su declaracion-dijo, entregandosela a Jordan.

La primera pagina era la declaracion jurada que la jueza Cormier le habia llevado en la que Josie decia que no sabia nada. La segunda era la mas reciente entrevista que la chica habia dado a Patrick Ducharme.

– Son amigos desde el jardin de infantes.

– Eran amigos.

– No me importa. Diana ya ha hecho el trabajo preliminar aqui; Peter estaba enamorado de Josie; el asesino al novio de ella. Si podemos conseguir que esa chica diga algo bueno de el, quiza incluso mostrar que le perdona, eso tendra peso para el jurado.-Se levanto-. Vuelvo al tribunal-dijo-. Necesito una citacion.

Cuando sono el timbre, el sabado por la manana, Josie todavia estaba en pijama. Habia dormido profundamente, lo cual no era sorprendente, porque no habia podido descansar bien en toda la semana. Sus suenos estaban poblados de caminos llenos de sillas de ruedas, de candados con combinaciones que no tenian numeros, de reinas de belleza sin rostro.

Era la unica persona que quedaba en la sala de los testigos de la defensa, lo que significaba que casi habia terminado todo; que pronto podria volver a respirar.

Josie abrio la puerta y se encontro con la alta y despampanante mujer afroamericana de Jordan McAfee, que le sonreia y sostenia en la mano una hoja de papel.

– Tengo que darte esto, Josie-dijo ella-. ?Esta tu madre en casa?

Josie bajo la mirada a la nota azul doblada. Quiza fuera una fiesta de despedida por el final del juicio. Eso estaria bien. Llamo a su madre por encima de su hombro. Esta aparecio con Patrick tras ella.

Imperturbable, Alex se cruzo de brazos.

– ?Que hay?

– Jueza, siento molestarla en sabado, pero mi esposo se preguntaba si Josie podria hablar con el hoy.

– ?Por que?

– Porque la ha citado para testificar el lunes.

La habitacion comenzo a dar vueltas.

– ?Testificar?-repitio Josie.

Alex dio un paso adelante y, por la apariencia de su rostro, probablemente la hubiese agredido si Patrick no le hubiera pasado un brazo por la cintura para mantenerla en su lugar. Arranco el papel azul de la mano de Josie y lo examino.

– No puedo ir al tribunal-murmuro Josie.

Su madre sacudio la cabeza.

– Tienen una declaracion jurada de Josie donde dice que no recuerda nada…

– Se que esta enojada, pero sea como sea, Jordan va a llamar a Josie el lunes, y prefeririamos hablar con ella acerca de su testimonio con anterioridad. Es mejor para nosotros y es mejor para Josie-dudo-. Jueza, podemos hacerlo por las malas o podemos hacerlo de este modo.

La madre de Josie apreto la mandibula.

– Iremos a su despacho a las dos en punto-dijo con los dientes apretados, y le cerro a Selena la puerta en las narices.

– Lo prometiste-lloro Josie-. Me prometiste que no tendria que subirme alli a testificar. ?Dijiste que no tendria que hacerlo!

Su madre la tomo por los hombros.

– Carino, se que te asusta. Se que no quieres hacerlo, pero nada de lo que digas le ayudara. Sera corto e indoloro.-Echo un vistazo a Patrick-. ?Por que demonios le hace esto?

– Porque tiene el caso perdido-dijo Patrick-. Y quiere que Josie lo salve.

Eso fue todo lo que hizo falta.

Josie rompio a llorar desesperada.

Jordan abrio la puerta de su oficina, llevando a Sam en brazos como una pelota de futbol. Eran las dos en punto y Josie Cormier y su madre llegaron. La jueza Cormier parecia tan dura como el muro de un acantilado escarpado; en cambio, su hija estaba temblando como una hoja.

– Gracias por venir-dijo Jordan, esbozando una enorme sonrisa. Por encima de todas las cosas, queria que Josie se sintiera a gusto.

Ninguna de las dos mujeres dijo una palabra.

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