– ?Tiene un abogado?
– Su hijo tiene diecisiete anos…legalmente es adulto. Eso significa que Peter tendra que reclamar por si mismo su derecho a contar con un abogado.
– Pero es posible que el no sepa…-dijo, y se le quebro la voz-. Es posible que no sepa que eso es lo que tiene que hacer.
Patrick comprendia que, en un sentido diferente, aquella mujer tambien habia sido victima de los actos de su hijo. Habia interrogado a suficientes padres de menores como para saber que la ultima cosa deseable era quemar un puente.
– Senora, estamos haciendo todo lo posible para saber que es lo que ha pasado hoy. Y espero que usted este dispuesta a hablar conmigo mas tarde…para ayudarme a imaginar que pudo pasar por la cabeza de Peter.-Dudo unos instantes, y anadio-: Lo lamento.
Se metio en el sanctasanctorum de la comisaria de policia tras abrir con sus llaves, y subio a la sala de registro, provista de una celda adyacente. Dentro estaba sentado Peter Houghton, en el suelo, con la espalda apoyada contra los barrotes, meciendose levemente.
– Peter-dijo Patrick-. ?Estas bien?
Lentamente, el chico volvio la cabeza. Se quedo mirando a Patrick.
– ?Te acuerdas de mi?
Peter asintio.
– ?Te apetece una taza de cafe, o algo?
Tras un titubeo, Peter asintio una vez mas.
Patrick fue a buscar al sargento para que abriera la celda de Peter y condujo a este a la cocina. Lo habia dispuesto todo para que hubiera una camara, por si se daba el caso y podia grabar en una cinta el consentimiento verbal de Peter a sus derechos y luego hacer que hablara. En la cocina, invito al chico a que tomara asiento a la rayada mesa y sirvio dos tazas de cafe. No le pregunto como le gustaba, sino que se limito a anadirle azucar y leche y a ponerselo delante.
Patrick se sento tambien. No habia tenido ocasion de mirar al joven con calma, su vision afectada por la adrenalina, pero ahora lo observo con atencion. Peter Houghton era de poca envergadura, palido, pecoso, y llevaba anteojos de montura metalica. Tenia un diente de los de delante torcido, y la nuez del tamano de un puno; los nudillos abultados y con la piel agrietada. Lloraba en silencio, lo cual habria bastado para inspirar simpatia, de no haber llevado la camiseta salpicada con la sangre de sus companeros.
– ?Te encuentras bien, Peter?-pregunto Patrick-. ?Tienes hambre?
El chico sacudio la cabeza, negando.
– ?Necesitas alguna otra cosa?
Peter apoyo la frente sobre la mesa.
– Quiero que venga mi madre-dijo en un susurro.
Patrick miro la raya del pelo del joven. Aquella manana, al peinarse, ?habria pensado: «hoy es el dia en que voy a matar a diez alumnos»?
– Me gustaria hablar contigo acerca de lo que ha sucedido hoy. ?Estas dispuesto a hablar conmigo?
Peter no respondio.
– Si tu me lo explicaras a mi-insistio Patrick-, quiza yo podria explicarselo a los demas.
Peter alzo el rostro. Ahora estaba llorando de verdad. Patrick comprendio que no lograria nada.
– Esta bien-dijo-. Vamos.
Patrick condujo de nuevo a Peter a la celda, y vio como el muchacho se acurrucaba en el suelo de la misma sobre un costado, de cara a la pared de cemento. Se arrodillo detras de el, en un ultimo y desesperado intento.
– Ayudame a ayudarte-le dijo. Pero Peter se limito a sacudir la cabeza sin dejar de llorar.
Hasta que Patrick salio de la celda e hizo girar la llave en la cerradura Peter no hablo de nuevo:
– Ellos empezaron-musito.
El doctor Guenther Frankenstein ejercia como medico forense desde hacia seis anos, exactamente el mismo tiempo que habia conservado el titulo de Mister Universo a principios de los anos setenta, antes de cambiar las pesas por un escalpelo, o como a el gustaba de decir, antes de pasar de formar cuerpos a desmembrarlos. Seguia teniendo una musculatura formidable, que se adivinaba perfectamente bajo el saco, lo suficiente como para cortar en seco cualquier intento de hacer chistes de monstruos a cuenta de su apellido. A Patrick le gustaba Guenther, ?quien no admiraria a un tipo capaz de levantar tres veces su propio peso y al mismo tiempo estimar, con solo echarle un vistazo, el peso aproximado de un higado?
De vez en cuando, Patrick y Guenther se hacian con unas cuantas cervezas y consumian la tasa de alcohol suficiente como para que el ex culturista le contara historias acerca de las mujeres que se le ofrecian para lubricarle el cuerpo antes de una competicion o sabrosas anecdotas acerca de Arnold, antes de que se dedicara a la politica. Aquel dia, sin embargo, Patrick y Guenther no estaban para bromas, ni para recordar los viejos tiempos. Se sentian abrumados por el presente, mientras iban de un lado a otro de las salas, catalogando a los muertos.
Patrick se habia encontrado con Guenther en el instituto despues de su entrevista fallida con Peter Houghton. La abogada de la acusacion se habia limitado a encogerse de hombros cuando Patrick le habia dicho que Peter no se habia mostrado dispuesto a hablar.
– Tenemos cientos de testigos que afirman que ha matado a diez personas-replico Diana-. Proceda con el arresto oficial.
Guenther se agacho junto al cadaver de la sexta victima mortal. Le habian disparado en el bano de las chicas, y su cuerpo habia sido hallado boca abajo delante de los lavatorios. Patrick se volvio hacia el director del centro, Arthur McAllister, que habia accedido a acompanarles para facilitar la identificacion.
– Kaitlyn Harvey-dijo el director con voz angustiada-. Una chica especial donde las hubiera…encantadora…
Guenther y Patrick intercambiaron una mirada. El director no se limito a identificar los cadaveres, sino que en cada ocasion pronunciaba una o dos frases elogiosas. Patrick penso que el hombre no podia evitarlo. A diferencia de Patrick y Guenther, no estaba acostumbrado a situaciones tragicas en el transcurso de sus ocupaciones habituales.
Patrick habia intentado reproducir los pasos de Peter, desde la entrada principal al comedor, donde se habian hallado las victimas 1 y 2, Courtney Ignatio y Maddie Shaw, pasando por la escalera que salia de la sala (victima 3: Whit Obermeyer), el bano de los chicos (victima 4: Topher McPhee), otro vestibulo (victima 5: Grace Murtaugh), hasta el bano de las chicas (victima 6: Kaitlyn Harvey). Entonces, subiendo la escalera al frente de su equipo, se metio en la primera clase a la izquierda, siempre siguiendo el rastro de manchas de sangre, hasta un lugar junto al pizarron donde yacia la unica victima adulta…y a su lado, un joven que presionaba con la palma abierta la herida de bala en el vientre del hombre.
– ?Ben?-dijo McAllister-. ?Que haces aqui?
Patrick miro al chico.
– Tu no eres personal sanitario.
– Yo…no…
– ?A mi me dijiste que si lo eras!
– Ben pertenece a los Eagle Scouts-dijo el director.
– No podia dejar al senor McCabe. Yo…le he aplicado presion, y funciona. ?Lo ven? Ha dejado de sangrar.
Guenther retiro con suavidad la mano ensangrentada del muchacho del estomago de su profesor.
– Eso es porque ya no vive, hijo.
A Ben se le desencajo el rostro.
– Pero yo…yo…
– Tu has hecho todo lo que has podido-lo tranquilizo Guenther.
Patrick se volvio hacia el director.
– ?Por que no se lleva a Ben afuera…? Quiza no estaria de mas que le echase un vistazo alguno de los medicos.-«Shock», formo la palabra con los labios por encima de la cabeza del chico.