Se levanto con cuidado, porque es la mejor manera de conducirse en un mundo en el que ya no encajas, y salio de aquella clase del curso de preescolar.

Peter la esperaba sentado en un pequeno banco de madera del vestibulo, debajo de los casilleros. Su trabajo como madre era apartar los obstaculos del camino de su hijo para que no tropezara con ellos. Pero ?y si no podia estar todo el tiempo allanandole el sendero como una apisonadora? ?Era eso lo que habia querido decirle la maestra?

Se puso en cuclillas delante de Peter y le sostuvo las manitas.

– Tu sabes que yo te quiero mucho, ?verdad?-dijo Lacy.

Peter asintio con la cabeza.

– Y sabes que solo quiero lo mejor para ti.

– Si-dijo Peter.

– Ya se lo de las fiambreras. Se lo que pasa con Drew. Me he enterado de que Josie le pego. Se las cosas que te dice ese…-Lacy noto que los ojos se le llenaban de lagrimas-. La proxima vez que pase, no dejes que te maltraten, tienes que arreglartelas tu solito. Tienes que hacerlo, Peter, o si no yo…yo…voy a tener que castigarte.

La vida no era justa. A Lacy siempre la habian dejado de lado para los ascensos, por muy duro que hubiera trabajado. Habia visto a madres que habian tenido un cuidado escrupuloso durante los embarazos dar a luz ninos muertos, y adictas al crack tener hijos sanos. Habia visto a chicas de catorce anos morir de cancer de ovario antes de tener siquiera la oportunidad de vivir de verdad. No se puede luchar contra la injusticia del destino. Lo unico que se puede hacer es sufrirla y esperar un manana diferente. Pero por alguna razon, todo eso era mas dificil de digerir cuando se trataba de un hijo. A Lacy la desgarraba tener que ser ella la que arrancara aquel velo de inocencia para que Peter pudiera ver que, por mucho que ella le quisiera, por mucho que quisiera un mundo perfecto para el, el mundo real siempre le defraudaria.

Trago saliva sin dejar de mirar a Peter y sin dejar de pensar en que podia hacer ella para espolear su autodefensa, cual podia ser el castigo que le motivara a cambiar de actitud, aunque a ella misma le rompiera el corazon.

– Si esto vuelve a suceder…durante un mes no podras quedar para jugar con Josie.

Cerro los ojos ante el ultimatum que acababa de darle. No era la forma en que a ella le gustaba llevar las cosas como madre, pero por lo que parecia, sus consejos habituales, ser amable, ser educado, comportarse como uno quisiera que los demas se comportaran, no le habia hecho a Peter ningun bien. Si existia una amenaza que pudiera obligar a Peter a rugir, tan fuerte que Drew y todos esos otros ninos espantosos salieran con el rabo entre las piernas, Lacy estaba dispuesta a utilizarla.

Le aparto a Peter el pelo de la cara, y vio sus rasgos ensombrecidos por la duda. Pero ?como no? Su madre desde luego nunca le habia dado hasta entonces instrucciones como aquellas.

– Drew es un mequetrefe. Un maton de pacotilla. Y cuando crezca sera un mequetrefe mas grande aun, y cuando tu te hagas mayor, seras alguien increible.-Lacy sonrio abiertamente a su hijo-. Algun dia, Peter, todo el mundo conocera tu nombre.

En el patio habia dos columpios, y a veces habia que esperar turno. Cuando eso sucedia, Peter cruzaba los dedos para que le tocara el columpio al que no le habia dado una vuelta completa por encima de la barra de sujecion algun alumno de quinto, lo que hacia que el asiento quedara demasiado alto y que fuera muy dificil subirse. Tenia miedo de caerse del columpio o, lo que era mas humillante, no poder siquiera subirse.

Si esperaba turno con Josie, era ella la que se subia al columpio alto, fingiendo que era porque le gustaba mas. Pero Peter sabia que ella hacia como que no se daba cuenta de lo mucho que le disgustaba a el.

En el recreo de ese dia, sin embargo, en vez de columpiarse, jugaban a girar los columpios una y otra vez, para que las cadenas se retorcieran y luego, al levantar los pies del suelo, los columpios comenzaron a girar sobre si mismos. Entonces Peter echaba la cabeza hacia atras y, mirando al cielo, imaginaba que volaba.

Al detenerse, su columpio y el de Josie chocaban, y ellos entrelazaban los pies. Ella se reia, y ambos apretaban los tobillos para quedar unidos, como eslabones humanos.

El se volvio hacia Josie.

– Quiero gustar a los demas-dijo de repente.

Ella ladeo la cabeza.

– Pero si les gustas.

Peter separo los pies, deshaciendo la union.

– Me refiero aparte de ti.

Alex necesito dos dias para cumplimentar la solicitud para optar a la plaza de juez, y, cuando acabo, sucedio algo notable: se dio cuenta que queria ser jueza. A pesar de lo que le habia dicho a Whit, a pesar de sus reservas anteriores, estaba tomando la decision correcta de acuerdo con los motivos adecuados.

Cuando la comision de seleccion judicial la llamo para una entrevista, le dejaron claro que ese tramite no era general para todos los solicitantes. Que si entrevistaban a Alex era porque se la consideraba seriamente para el cargo.

El cometido de la comision era proporcionar a la gobernadora una lista final de candidatos preseleccionados. Las entrevistas de la comision judicial tenian lugar en Bridges House, la antigua residencia de la gobernadora en East Concord. Seguian un orden escalonado, de modo que los candidatos entraran por una puerta y salieran por otra, presumiblemente con el fin de que ninguno supiera quienes eran los demas postulantes.

Los doce miembros de la comision eran abogados, policias, directores ejecutivos de organizaciones de defensa de victimas. Se quedaron mirando a Alex con tal fijeza que ella esperaba que la cara se le encendiera en llamas de un momento a otro. Tampoco la ayudaba demasiado haberse pasado media noche levantada por Josie, que, despues de tener una pesadilla sobre una boa constrictora, habia tenido miedo de volverse a la cama. Alex no sabia quienes eran los demas candidatos al puesto, pero habria apostado a que no eran madres solteras que se hubieran visto obligadas a hurgar en los conductos del radiador con una varilla a las tres de la madrugada para demostrarle a su hija que no habia serpientes escondidas en las oscuras tuberias.

– Me gusta el ritmo de trabajo-dijo con tiento, en respuesta a una de las preguntas. Sabia que habia respuestas que eran las que esperaban que diera. La habilidad consistia quiza en revestir los topicos y las contestaciones previsibles con una muestra de su personalidad-. Me gusta la presion que supone tomar una decision rapida. Conozco muy bien cuales son las reglas que hay que aplicar a las pruebas presentadas. He participado en juicios cuyos jueces no habian hecho el trabajo previo que les correspondia, y yo se que esa no seria mi manera de actuar.

Vacilo unos segundos, mientras miraba a los hombres y mujeres a su alrededor, preguntandose si debia crearse un personaje, como la mayoria de las demas personas que optaban a cargos judiciales (y que procedian de las venerables filas de las fiscalias), o si por el contrario debia ser ella misma y permitir que se le viera el forro de su toga de abogada estatal.

Oh, demonios.

– Supongo que el motivo principal por el que quiero ser jueza es porque me gusta que un tribunal sea un marco en el que prevalezca la igualdad de oportunidades. Cuando alguien tiene que acudir a un juicio, durante el breve periodo de tiempo que permanece en el, su caso es lo mas importante que existe en el mundo para todos los alli presentes. El sistema esta trabajando para ti. No importa quien eres, ni de donde vienes…El trato que recibas dependera de lo que diga la ley, no de las variables socioeconomicas.

Uno de los miembros de la comision consulto sus notas.

– ?Que es para usted un buen juez, senora Cormier?

Alex sintio como le bajaba un hilo de sudor entre los omoplatos.

– El que sabe ser paciente pero firme. No pierde el control, sin ser arrogante. Atiende a lo que dicen las pruebas y los testigos, pero tambien a las reglas del tribunal.-Hizo una pausa-. Es probable que esto no sea lo que estan acostumbrados a escuchar, pero yo pienso que un buen juez sea probablemente un as del tangram.

Una mujer de edad, perteneciente a un grupo en defensa de victimas, la miro parpadeando.

– Perdon, ?como ha dicho?

– El tangram. Vera, yo soy madre. Tengo una hija de cinco anos. Se trata de un juego en el que te dan la silueta geometrica de una figura: un barco, un tren, un pajaro. Y tu tienes una serie de piezas geometricas

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