– ?De donde han sacado esto?-pregunto, y solo entonces Peter y Josie parecieron darse cuenta de que habian hecho algo malo.

– Peter tenia una llave-dijo Josie.

– ?Una llave?-exclamo Alex-. ?Una llave de donde?

– Del armero-murmuro Lacy-. Debio de ver a Lewis sacando el rifle cuando fue a cazar la semana pasada.

– ?Tienen armas por ahi y mi hija ha estado viniendo a su casa todo este tiempo?

– No estan por ahi-explico Lacy-. Estan en un armero cerrado con llave.

– ?Que tu hijo de cinco anos puede abrir!

– Lewis tiene las balas guardadas…

– ?Donde?-pregunto Alex-. ?O deberia preguntarselo a Peter?

Lacy se volvio hacia Peter.

– Ya vas a ver. ?Que demonios hacian con eso?

– Solo queria ensenarselo a Josie, mama. Ella me lo pidio…

Josie adopto una expresion asustada.

– Yo no le he pedido nada.

Alex se volvio hacia Lacy.

– Y encima tu hijo le echa la culpa a Josie…

– O a lo mejor es tu hija la que esta mintiendo-replico Lacy.

Se quedaron mirandose la una a la otra, dos amigas que hasta entonces se habian mantenido al margen de las peleas de sus hijos. Alex se habia puesto roja. No dejaba de pensar en lo que podia haber pasado. ?Y si hubieran llegado a bajar cinco minutos mas tarde? ?Y si Josie hubiera resultado herida, o muerta? Como culminacion de aquellos pensamientos, otro mas aparecio en su mente: las respuestas que habia dado al Consejo Ejecutivo hacia apenas unas semanas. ?Quien tiene derecho a juzgar a los demas?

«Nadie», habia dicho ella misma.

Y sin embargo, eso era lo que estaba haciendo entonces.

«Estoy a favor de las armas de fuego», habia afirmado.

?Se revelaba ahora como una hipocrita? ?O simplemente era una buena madre?

Alex vio como Lacy se arrodillaba junto a su hijo, y ello fue suficiente para activar el disparador: de pronto, la absoluta lealtad de Josie hacia Peter se le aparecio como un lastre que arrastraba a su hija hacia el fondo. Quiza a Josie le conviniera hacer nuevos amigos. Amigos en cuya compania no acabara en el despacho del director, y que no le pusieran rifles en las manos.

Alex retuvo a Josie a su lado.

– Creo que deberiamos marcharnos.

– Si-convino Lacy con frialdad-. Creo que sera lo mejor.

Estaban en el pasillo de los productos congelados cuando Josie empezo a ponerse dificil.

– No me gustan las arvejas-gimoteaba.

– Pues no te las comas.-Alex abrio la puerta del congelador, notando la caricia del aire frio en las mejillas mientras alcanzaba una bolsa de arvejas.

– Quiero galletas Oreo.

– No vamos a comprar mas galletas, ya tenemos galletitas saladas con forma de animales.

Josie llevaba una semana asi de protestona, desde el episodio en casa de Lacy. Alex sabia que no podia evitar que Josie se juntara con Peter durante el dia en la escuela, pero eso no significaba que ella cultivara la relacion permitiendo que Josie lo invitara a jugar en casa por las tardes.

Alex metio a pulso una garrafa de agua mineral en el carrito; luego agarro una botella de vino. Despues de pensarselo mejor, alcanzo una segunda botella.

– ?Que prefieres para cenar? ?Hamburguesa o pollo?

– Quiero tofurkey.

Alex se echo a reir.

– ?De que conoces tu el tofurkey? [4]

– Lacy nos lo hizo para comer. Parece un hot dog pero es mejor para la salud.

Alex dio un paso al frente cuando dijeron su numero en el mostrador de la carne.

– ?Puede ponerme un cuarto de kilo de pechuga de pollo en file-tes?

– ?Como es que tu siempre tienes lo que quieres y yo nunca tengo lo que quiero?-la acuso Josie.

– Creeme, no eres una nina tan carente de cosas como te gustaria pensar.

– Quiero una manzana-declaro Josie.

Alex suspiro.

– ?No podemos ir a un supermercado sin que tengas que estar repitiendo quiero esto, quiero lo otro?

Antes de que Alex se diera cuenta de sus intenciones, Josie le propino una patada desde su asiento del carrito del super que alcanzo a Alex de pleno.

– Pero que…

– ?Te odio!-chillo Josie-. ?Eres la peor madre que existe en el mundo!

Alex se sintio violenta al ver que la gente se volvia a mirarlas; la senora mayor que estaba eligiendo un melon, la empleada de alimentacion, con las manos cargadas de brocoli fresco. ?Como se las arreglaban los ninos para darte una buena en lugares publicos donde la gente iba a juzgarte por tus reacciones?

– Josie-dijo, sonriendo entre dientes-. Calmate.

– ?Ojala fueras como la madre de Peter! ?Ojala pudiera irme a vivir con ellos!

Alex la agarro por los hombros, lo bastante fuerte como para hacer que Josie se echara a llorar.

– Escuchame bien…-dijo en voz baja y acalorada, pero se interrumpio al oir un murmullo, y la palabra juez.

En el periodico local habia aparecido un articulo sobre su reciente nombramiento para el tribunal del distrito, acompanado de una fotografia. Alex habia sentido el calor del reconocimiento publico al pasar junto a la gente que estaba en el pasillo de la panaderia y los cereales: Oh, es ella. Pero ahora sentia igualmente sus miradas criticas y ponderativas al advertir el problema que habia surgido con Josie y esperando que actuara…en fin, con buen juicio.

Solto el apreton.

– Ya se que estas cansada-dijo Alex, lo bastante alto para que la oyeran todos los que estaban alli-. Ya se que quieres ir a casa. Pero tienes que aprender a comportarte cuando estamos en publico.

Josie parpadeo en medio de las lagrimas, mientras escuchaba la Voz de la Razon y se preguntaba que era lo que aquella criatura alienigena habia hecho con su verdadera madre, que en otras circunstancias le habria gritado diciendole que cerrara la boca.

Un juez, comprendia Alex de repente, no solo tenia que serlo cuando estaba en el estrado. Ella seguia siendo una jueza, tanto cuando salia a comer a un restaurante, como cuando iba a bailar a una fiesta, o cuando queria estrangular a su hija en medio del pasillo de las verduras. A Alex le habian dado una ilustre capa con la que engalanarse, y ella no se habia dado cuenta de que tenia una pega: que nunca iba a poder quitarsela.

Si uno se pasaba la vida pendiente de lo que pudieran pensar los demas, ?acababa olvidandose de quien era en realidad? ?Y si el rostro que se ensenaba al mundo acababa convirtiendose en una mascara…sin nada debajo?

Alex empujo el carrito en direccion a las filas para pagar. Para entonces, su hija enrabietada volvia a ser una nina arrepentida. Oia los hipidos de Josie, cada vez mas espaciados.

– Vamos, vamos…-dijo, tratando de consolar a su hija tanto como a si misma-. ?No es mejor asi?

El primer dia de Alex en el estrado lo paso en Keene. Nadie salvo su asistente sabia que se trataba de su primer dia. Los abogados habian oido que era nueva, pero no sabian a ciencia cierta cuando habia comenzado en el puesto. Aun asi, estaba aterrorizada. Se habia cambiado de ropa tres veces, aunque nadie iba a saber como vestia por debajo de la toga. Vomito dos veces antes de salir de casa hacia la sede del tribunal.

Ya conocia el camino a los despachos judiciales, no en vano habia defendido cientos de casos alli mismo, al otro lado del banquillo. Su asistente era un hombrecillo delgado, llamado Ishmael, que recordaba a

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