sueltas, triangulos, paralelogramos, unas mas grandes que otras, con las que tienes que formar la figura inicial. Es un juego sencillo para quien sabe disponer y relacionar espacios, porque hay que ser capaz de ver lo que conllevan una serie de piezas geometricas regulares. Ser juez es algo parecido. Se te presentan un monton de factores en conflicto, las partes involucradas, las victimas, la aplicacion de la ley, la sociedad, incluso los precedentes…Y de algun modo tienes que saber resolver el problema dentro de un marco dado.

Durante el incomodo silencio que siguio, Alex volvio la cabeza y capto a traves de una ventana la imagen fugaz del siguiente entrevistado, que atravesaba el vestibulo principal. Pestaneo, segura de haber visto mal, aunque no se olvidan tan facilmente los rizos plateados que una vez se acariciaron; no se borra de un plumazo la geografia de las mejillas y el menton que otrora se recorriera con los propios labios. Logan Rourke, su profesor de derecho procesal, su antiguo amante, el padre de su hija, acababa de entrar en el edificio y de cerrar la puerta.

Al parecer, el tambien era candidato al cargo.

Alex respiro hondo, mas decidida que nunca a ganar aquel puesto.

– ?Senora Cormier?-repitio la mujer mayor, y Alex comprendio que no habia escuchado la pregunta que acababan de hacerle.

– Si, ?perdon?

– Le preguntaba si tiene usted mucho exito jugando al tangram.

Alex la miro a los ojos.

– Senora-dijo, esbozando una amplia sonrisa-. Soy la campeona del estado de New Hampshire.

Al principio los numeros parecian mas chatos y nada mas. Pero con el tiempo empezaron a emborronarse un poco, y Peter tenia que entornar los ojos o bien acercarse mas para ver si era un 3 o un 8. La maestra lo envio a la enfermera, que olia a bolsitas de te usadas y a pies, y que le hizo mirar un grafico colgado de la pared.

Sus anteojos nuevos eran ligeros como una pluma y tenian unos cristales especiales que no se rayaban aunque se cayeran al suelo y al cajon de arena del patio. La montura era de metal, demasiado fino, en su opinion, para aguantar las curvadas piezas transparentes que hacian que sus ojos parecieran los de una lechuza: enormes, brillantes, azules.

Cuando le pusieron los anteojos, Peter se quedo pasmado. De pronto, la masa confusa del horizonte se concreto formando una granja, con graneros y campos y grupos de vacas. Las letras de la senal roja decian STOP. Y descubrio lineas diminutas, como las arrugas de sus nudillos, o las comisuras de los ojos de su madre. Todos los superheroes tenian accesorios, como el cinturon de Batman, o la capa de Superman; las gafas eran el suyo, y le proporcionaban vision de rayos X. Estaba tan ilusionado con sus lentes nuevos que durmio con ellos puestos.

Solo cuando fue al colegio al dia siguiente comprendio que a la par que veia mas, tambien oia mas cosas: «cuatro-ojos, topo-ciego». Sus lentes habian dejado de ser una marca distintiva, para pasar a ser una lacra, otra cosa mas que le hacia ser diferente del resto. Y eso no era lo peor.

A medida que el mundo ganaba nitidez, Peter distinguia la expresion con que los demas lo miraban. Como si fuera motivo de chiste.

Y Peter, con su vision recuperada, bajaba los ojos para no tener que ver.

– Somos unas madres muy subversivas-le dijo Alex en voz baja a Lacy, sentadas las dos con las rodillas en alto, como saltamontes, en uno de los diminutos pupitres durante el dia de puertas abiertas de la escuela. Tomo las varillas de colores agrupadas en diferentes unidades, utilizadas para ensenar matematicas, y las dispuso de modo que formaron una imprecacion.

– Todo es muy gracioso y muy divertido hasta que viene alguien y se erige en juez-bromeo Lacy, deshaciendo la palabra con la mano.

– ?Tienes miedo de que te eche de la escuela?-rio Alex-. En cuanto a lo de ser juez, me parece que, en mi caso, tengo tantas probabilidades como de que me toque la loteria.

– Ya veremos-contesto Lacy.

La maestra se inclino entre las dos mujeres y entrego a cada una un pedazo de papel.

– Estoy proponiendo a todos los padres que escriban la palabra que crean que mejor describe a su hijo. Luego haremos un collage de amor con todas.

Alex miro a Lacy.

– ?Un collage de amor?

– No seas tan antijardin.

– No lo soy. En realidad soy de la opinion de que todo lo que uno necesita saber acerca de la ley lo aprende en el jardin de infantes. Ya sabes: no se pega, no se toma lo que no es tuyo…No se mata, no se viola…

– Ah, si, ya me acuerdo de esa leccion. Justo despues del almuerzo-dijo Lacy.

– Ya me entiendes lo que quiero decir. Todo es un contrato social.

– ?Y que pasa si acabas sentada en un estrado y tienes que defender una ley en la que no crees?

– En primer lugar, eso es mucho suponer-contesto Alex-. En segundo lugar, yo lo haria. Me sentiria terrible, pero lo haria. La gente no quiere jueces con programas de actuacion propios, creeme.

Lacy desgarraba el borde del papel formando flecos.

– Si tanto te identificas con tu trabajo, entonces, ?cuando puedes ser tu misma?

Alex sonrio y formo otra palabra malsonante con las varillas de colores.

– En los dias de puertas abiertas de los colegios, supongo.

De pronto aparecio Josie, con las mejillas sonrosadas y sofocada, procedente de la clase de gimnasia.

– Mami-dijo, tirando de la mano de Alex mientras Peter se subia al regazo de Lacy-, ya hemos acabado.

Lacy y Alex estaban en el rincon de construccion, montando una Gran Sorpresa. Ahora se levantaron, dejandose conducir mas alla de la estanteria de libros y las pilas de diminutas carpetas, de la mesa de ciencias naturales, con su experimento de descomposicion de una calabaza, cuyas piel picada y carne pulposa le recordaron a Alex el rostro de un fiscal al que conocia.

– Esta es nuestra casa-anuncio Josie, empujando un bloque que hacia las veces de puerta principal-. Estamos casados.

Lacy le dio un codazo a Alex.

– Siempre he sonado con llevarme bien con mi familia politica.

Peter se coloco junto a una cocina de madera y empezo a preparar platos imaginarios en un pote de plastico. Josie se puso una bata de laboratorio que le venia exageradamente grande.

– Tengo que irme al trabajo. Volvere para la cena.

– Muy bien-dijo Peter-. Hare albondigas.

– ?Cual es tu profesion?-le pregunto Alex a Josie.

– Soy jueza. Trabajo enviando a la gente a la carcel y luego vuelvo a casa y como espaguetis.-Dio la vuelta entera a la casa hecha de bloques y volvio a entrar en ella por la puerta principal.

– Sientate-le dijo Peter-. Llegas tarde otra vez.

Lacy cerro los ojos.

– ?Yo soy asi de verdad, o es como si me mirara en un espejo deformado?

Contemplaron como Josie y Peter apartaban sus platos y se iban hacia otro rincon de su casa de bloques, un pequeno habitaculo cuadrangular dentro del cuadrado mas grande de la casa. Se tumbaron dentro.

– Esta es la cama-explico Josie.

La maestra se acerco por detras de Alex y Lacy.

– Se pasan el rato jugando a casitas-dijo-. ?No son una preciosura?

Alex vio como Peter se acurrucaba, colocandose de costado. Josie se abrazaba a el, pasandole el brazo alrededor de la cintura. Se pregunto como era posible que su hija se hubiera formado una imagen mental como aquella de una pareja, dado que jamas habia visto a su madre con nadie, ni siquiera salir para una cita.

Vio que Lacy se apoyaba en uno de los cubiculos formados por los bloques y escribia en su pequeno pedazo de papel: TIERNO. Aquella palabra, en efecto, describia a Peter. Era un nino demasiado tierno. Necesitaba que alguien como Josie, aferrada a el como una ostra, le protegiera.

Alex agarro un lapiz y aliso su trozo de papel. Los adjetivos se le amontonaban en la cabeza, habia tantos que podian aplicarse a su hija: dinamica, leal, brillante, impresionante…Pero se sorprendio a si misma formando las

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