Abrio la boca para continuar, pero se dio cuenta de que se oia otra voz, justo al otro lado del pasillo, y que los periodistas iban desertando de su conferencia de prensa improvisada para escuchar la de Jordan McAfee.
Este tenia una actitud sobria y una expresion de arrepentimiento, con las manos en los bolsillos de los pantalones, mientras miraba fijamente hacia Diana.
– Me sumo al pesar general de la comunidad por las irreparables perdidas sufridas, y representare a mi cliente hasta el final. El senor Houghton es un muchacho de diecisiete anos de edad, y esta muy asustado. Les pido por favor que respeten en todo momento a su familia y que recuerden que este asunto debe dirimirse en los tribunales.-Jordan dudo unos segundos, con un gran sentido del espectaculo, y acto seguido dirigio la mirada a la multitud-. Les pido que recuerden que lo que se ve no siempre es lo que parece.
Diana sonrio satisfecha. Los periodistas, al igual que el resto del mundo que estuviese escuchando el medido discurso de Jordan, pensarian que al final de todas aquellas reservas tendria una verdad fabulosa para extraerse de la manga, algo que demostrara que su cliente no era un monstruo. Diana, sin embargo, sabia lo que significaba. Ella estaba mas capacitada para traducir la jerga legal, porque la hablaba con fluidez. Cuando un abogado recurria a toda aquella retorica misteriosa, era porque no contaba con nada mas con que defender a su cliente.
A mediodia, el gobernador de New Hampshire dio una rueda de prensa en la escalinata del edificio del Capitolio, en Concord. Llevaba en la solapa un lazo blanco y marron, los colores del Instituto Sterling, cuya venta se habia disparado, a un dolar el lazo, en las cajas regis-tradoras de las gasolineras y en los mostradores de los Wal-Mart. La recaudacion estaba destinada a dar apoyo a la Fundacion de Victimas de Sterling. Uno de sus hombres habia conducido casi cincuenta kilometros para hacerse con uno, porque el gobernador tenia planeado lanzarse al gran ruedo en las primarias del Partido Democrata en 2008 y sabia que aquel era un momento ideal desde el punto de vista mediatico para mostrar su compasion y establecer vinculos emocionales. Si, no cabia duda de que sus sentimientos hacia los ciudadanos de Sterling eran sinceros, en especial hacia aquellos pobres padres de las victimas, pero habia tambien en el una parte de calculo que le decia que un hombre capaz de conducir a todo un Estado y acompanarle en el incidente de ataque escolar mas tragico de Norteamerica transmitiria una imagen de lider fuerte.
– Hoy todo el pais esta de duelo por New Hampshire-decia-. Hoy todos sentimos el mismo dolor que siente Sterling. Todos son hijos nuestros.-Tras una pausa alzo la mirada-. He estado en Sterling y he hablado con los investigadores, que estan trabajando las veinticuatro horas del dia para entender lo sucedido en el dia de ayer. He estado con algunas de las familias de las victimas, y en el hospital, con los sobrevivientes. Parte de nuestro pasado y parte de nuestro futuro ha desaparecido en esta tragedia-dijo el gobernador, mientras se volvia con mirada solemne hacia las camaras-. Lo que todos necesitamos, en estos momentos, es centrarnos en el futuro.
Josie tardo menos de una manana en aprender las palabras magicas: cuando queria que su madre la dejara en paz, cuando se hartaba de que no le quitara ojo, lo unico que tenia que hacer era decir que necesitaba dormir un poco. Entonces su madre se retiraba, completamente inconsciente de que, en el instante en que Josie la dejaba escapar, sus facciones se relajaban, y de que solo entonces Josie podia reconocerla.
Esta estaba en el piso de arriba, en su habitacion, sentada en la oscuridad, con las persianas bajadas y las manos cruzadas en el regazo. Era pleno dia, pero alli dentro no se notaba. La gente se ha inventado todo tipo de formas de hacer que las cosas parezcan diferentes de lo que son en realidad. Una habitacion puede sumirse en una noche artificial. El Botox transforma los rostros de las personas en algo que no son. El TiVo te hace creer que eres capaz de congelar el tiempo, o al menos de reordenarlo a tu antojo. Una lectura del acta de acusacion en el tribunal es como una tirita en una herida que lo que necesita es un torniquete.
A tientas en la oscuridad, Josie alargo el brazo por debajo del cabezal de la cama en busca de la bolsa de plastico que tenia alli escondida, con su stock de pildoras para dormir. No era mejor que el resto de personas estupidas de este mundo, que creian que si fingian lo bastante, podian convertir en realidad su falsificacion. Ella habia creido que la muerte podia ser una respuesta, porque era demasiado inmadura para comprender que en realidad era la mayor pregunta.
Hasta el dia anterior no sabia que dibujos podia formar la sangre cuando salpicaba sobre una pared blanca. No sabia que la vida abandona primero los pulmones de la persona, y en ultimo lugar los ojos. Se habia imaginado el suicidio como una declaracion final, un «a la mierda» dirigido a la gente que no habia entendido lo dificil que era para ella ser la Josie que querian que fuera. Habia creido vagamente que, si se quitaba la vida, seria capaz de ver la reaccion de los demas; y que eso seria una forma de reir la ultima. Hasta ese momento, no lo habia comprendido en realidad: los muertos estaban muertos. Cuando uno moria, no regresaba para ver lo que pasaba. Ya no se podia pedir perdon. No se tenia una segunda oportunidad.
La muerte no era algo que se pudiera controlar. En realidad, la muerte llevaba las de ganar.
Rasgo la bolsa de plastico y vacio el contenido en la palma de su mano. Se metio cinco pastillas en la boca. Fue al lavatorio y dejo correr el agua. Bebio un buen trago, notando las pildoras nadar en la pecera formada por sus mejillas hinchadas.
«Traga», se dijo.
Pero en lugar de tragar, Josie se dejo caer delante del inodoro y escupio las pastillas. Tiro el resto, que todavia llevaba en el puno cerrado. Tiro de la cadena antes de darse tiempo a pensarlo mejor.
Su madre subio a oir el llanto, que se habia filtrado a traves de las paredes. En realidad, iba a formar parte de aquel hogar tanto o mas que los ladrillos y la argamasa, aunque ninguna de las dos mujeres se habia dado cuenta aun. La madre de Josie irrumpio en el dormitorio y se dejo caer junto a su hija en el cuarto de bano.
– ?Que podria hacer yo, carino?-le susurro, pasando las manos por los hombros y la espalda de Josie, como si la respuesta fuera un dano visible, en lugar de una cicatriz en el corazon.
Yvette Harvey estaba sentada en un sofa, con la foto de graduacion de octavo grado de su hija en la mano, tomada dos anos, seis meses y cuatro dias antes de que esta muriese. A Kaitlyn le habia crecido el pelo desde entonces, pero aun se reconocia la misma sonrisa de medio lado, y la cara achatada caracteristica de las personas con sindrome de Down.
?Que habria pasado si no hubiera optado por integrar a Kaitlyn en la ensenanza media, si la hubiese matriculado en una escuela para discapacitados? ?Eran esos chicos menos agresivos, menos susceptibles de haber albergado a un asesino?
La productora del programa televisivo «El show de Oprah Win-frey» le habia devuelto el monton de fotografias que Yvette le habia facilitado. Hasta aquel dia, no habia sabido que existian diferentes niveles de tragedia; que aunque te llamaran del show de Oprah para pedirte que contaras tu triste historia, querrian asegurarse de que esta era lo bastante triste antes de dejarte hablar ante las camaras. Yvette no tenia previsto exponer su dolor en la television, de hecho, su marido estaba tan en contra que se habia negado a acercarse alli cuando la productora los habia llamado; pero ahora estaba decidida a hacerlo. Habia escuchado las noticias. Y ahora tenia algo que decir.
– Kaitlyn tenia una sonrisa muy bonita-dijo la productora con dulzura.
– Si, es muy alegre-repuso Yvette, que en seguida sacudio la cabeza-. Era.
– ?Ella conocia a Peter Houghton?
– No. No eran del mismo curso. No podian haber coincidido en ninguna clase. Las de Kaitlyn se impartian en el centro de aprendizaje.-Apreto con el pulgar el borde del marco de plata del retrato hasta que le dolio-. Toda esa gente que ahora dice que Peter Houghton no tenia amigos, que todos se burlaban de el…No es cierto-dijo-. Mi hija no tenia amigos. De mi hija si se rieron todos cada uno de los dias de su vida. Mi hija si se sentia marginada, porque lo estaba. Peter Houghton no era ningun inadaptado, como se lo quiere presentar ahora. Peter Houghton era malo, y nada mas.
Yvette bajo los ojos y se quedo mirando el cristal que recubria el retrato de Kaitlyn.
– La psicologa de la policia que me atendio me dijo que Kaitlyn fue la primera en morir. Queria que supiera que Kaitie no sabia lo que estaba pasando…que no sufrio.
– Eso debe de haberle proporcionado un cierto consuelo-le dijo la productora.
– Si, al principio si. Hasta que los padres hablamos entre nosotros y nos dimos cuenta de que la psicologa nos habia dicho lo mismo a todos los que habiamos perdido un hijo.-Yvette alzo la vista con lagrimas en los ojos-. No