– Quiza no me he expresado bien. Necesitamos un tiempo prudencial.

Lewis se quedo mirandolo.

– Oh. Vaya, ya veo-balbuceo, aunque no lo veia. Si Lewis estaba dispuesto a separar su trabajo de su vida personal, ?por que no hacia lo mismo la Universidad de Sterling?

A menos que…

?Habia habido un error de base? Si uno no estaba seguro en las decisiones que tomaba como padre, ?podia tapar sus inseguridades con la confianza demostrada como profesional? ?O lo que uno daba por seguro siempre seria algo inconsistente, como una pared de papel sobre la que no podia colgarse ningun peso?

– Es solo por un tiempo-dijo Hugh-. Es lo mejor.

«?Para quien?», penso Lewis, pero guardo silencio hasta que oyo que Hugh cerraba la puerta tras el al salir.

Una vez se hubo marchado el catedratico, Lewis levanto de nuevo la tiza. Se quedo mirando las ecuaciones hasta que se le superpusieron unas sobre otras en la vision, y entonces empezo a hacer garabatos con furia, como un compositor ante una sinfonia que avanzara demasiado de prisa para sus dedos. ?Como era que no se habia dado cuenta antes? Todo el mundo sabia que si divides la realidad entre las expectativas, obtienes el coeficiente de felicidad. Pero que cuando inviertes la ecuacion, las expectativas divididas entre la realidad, no obtienes lo opuesto a la felicidad. El resultado obtenido, comprendio Lewis, era esperanza.

Pura logica: tomando la realidad como una constante, las expectativas tenian que ser mayores que la realidad para generar optimismo. Por otra parte, un pesimista era una persona cuyas expectativas estaban por debajo de la realidad, una fraccion de resultado cada vez mas pequeno. De acuerdo con la condicion humana, este numero se aproximaba a cero sin llegar a alcanzarlo nunca: nunca se renunciaba por completo a la esperanza, que podia volver a subir como la marea a la menor provocacion.

Lewis se retiro unos pasos de la pizarra, repasando su obra. Alguien que fuera feliz tendria poca necesidad de esperar un cambio. Pero a la inversa, una persona optimista lo era porque queria creer en algo que fuera mejor de lo que era su realidad.

Se pregunto si habria excepciones a la regla: si las personas felices podian ser personas esperanzadas; si la gente desgraciada habria renunciado a toda expectativa de que las cosas pudieran ser mejores.

Y ello llevo a Lewis a pensar en su hijo.

Alli, de pie delante de la pizarra, se echo a llorar, con las manos y las mangas cubiertas del fino polvo blanco de la tiza, como si se hubiera convertido en un fantasma.

Las oficinas de la Brigada de Locos Informaticos, como Patrick llamaba en tono afectuoso a los tecnicos que se introducian en la Red en busca de pornografia o temas relacionados con la actitud antisistema, estaban llenas de computadoras. No solo el que habian incautado de la habitacion de Peter Houghton, sino de unos cuantos mas del Instituto Sterling, incluido el de la secretaria general y una remesa de la biblioteca.

– Es un hacha-dijo Orestes, un tecnico informatico al que Patrick no le habria echado edad suficiente como para haberse acabado la secundaria-. Y no hablamos solo de programacion HTML. El tipo conocia la mierda que tocaba.

Extrajo algunos archivos de las tripas de la computadora de Peter, unos ficheros graficos que no tenian mucho sentido para Patrick, hasta que el informatico pulso varias combinaciones de teclas y de repente en la pantalla aparecio un dragon en tres dimensiones, exhalando fuego.

– ?Vaya!-exclamo Patrick.

– Ya te digo…Por lo que se ve, el tipo hasta ideo el solito algun que otro videojuego, y los colgo en un par de paginas de Internet, de donde pueden bajarselos otros usuarios e intercambiar opiniones.

– ?Y en esas paginas no hay registro de mensajes enviados?

– Un respiro, amigo, confia y veras-dijo Orestes, que busco una de las paginas que tenia ya archivada en Favoritos-. Peter entraba con el alias de Death Wish. Se trata de un…

– …de un grupo de musica-concluyo Patrick la frase-. Ya se como es el asunto.

– No son solo un grupo de musica-dijo Orestes con tono reverencial, mientras sus dedos volaban sobre el teclado-. Son la voz actual de la conciencia colectiva humana moderna.

– Eso diselo a Tipper Gore.

– ?A quien?

Patrick se rio.

– Supongo que ya no es de tu epoca.

– ?Tu que solias escuchar cuando eras pequeno?

– A los trogloditas haciendo entrechocar las piedras-contesto Patrick con sarcasmo.

La pantalla se lleno de mensajes de Death Wish. La mayoria de ellos eran opiniones acerca de como mejorar determinado diseno, o bien opiniones sobre otros juegos que habian sido subidos a la pagina. Dos eran citas de letras de canciones de Death Wish.

– Este es mi favorito-dijo Orestes, que selecciono el mensaje.

De: Death Wish

A: Hades 1991

Esta ciudad esta a punto de reventar. Este fin de semana hay una muestra de artesania. Esto se va a llenar de viejas brujas que vendran a ensenar las mamarrachadas que han hecho.

Una muestra de mierderia, tendrian que decir. Pienso esconderme entre los arbustos de los jardines de fuera de la iglesia: practicas de tiro al blanco mientras crucen la calle…?Diez puntos por cada vieja! ?Yu-huuu!

Patrick se recosto en el respaldo de la silla.

– Bueno, eso no prueba nada.

– Ya-dijo Orestes-. Las muestras de artesania son una angustia, la verdad. Pero mira esto.-Se desplazo sin levantarse de la silla hasta otra terminal, instalada en una mesa-. Se colo en el sistema de seguridad de la red informatica del instituto.

– ?Con que objeto? ?Falsificar sus notas?

– Que va. El programa que configuro atraveso la proteccion del sistema informatico del instituto a las nueve y cincuenta y ocho de la manana.

– Fue cuando estallo la bomba del coche-murmuro Patrick.

Orestes giro el monitor para que Patrick pudiera verlo.

– Esto es lo que aparecio a esa hora en todas y cada una de las pantallas de las computadoras del instituto.

Patrick miro el fondo morado, sobre el que se desplazaban unas letras de color rojo: PREPARADO O NO…ALLA VOY.

Jordan estaba sentado ya a la mesa de la sala de entrevistas de la prision cuando uno de los funcionarios acompano alli a Peter Houghton.

– Gracias-le dijo al guardian, con los ojos puestos en Peter, quien escudrino al instante la estancia. Su mirada se detuvo en la unica ventana. Era algo que Jordan habia visto una y otra vez en los reclusos a los que habia representado. Un ser humano podia convertirse muy facilmente en un animal enjaulado. Era como la cuestion del huevo y la gallina: ?se volvian animales porque estaban enjaulados…o estaban enjaulados porque eran animales?

– Sientate-dijo, pero Peter permanecio de pie.

Jordan comenzo a hablar, haciendo caso omiso de ello.

– Quiero exponerte las normas basicas, Peter-dijo-. Todo lo que yo te diga es confidencial. Todo lo que tu me digas a mi tambien lo es. Yo no puedo decirle a nadie lo que tu me cuentes. Lo que yo te diga es solo para ti, pero no para los medios de comunicacion, la policia, o quien sea. Si alguien intenta ponerse en contacto contigo, llamame inmediatamente, puedes hacerlo a cobro revertido. Como abogado tuyo, soy yo el que habla por ti. De ahora en adelante, yo sere tu mejor amigo, tu madre, tu padre, tu sacerdote. ?Ha quedado claro?

Peter lo miraba con expresion de ferocidad.

– Como el cristal.

– Muy bien. Entonces-Jordan saco del maletin una libreta con membrete y un lapiz-, supongo que tendras algunas preguntas que hacerme. Podemos empezar por ahi.

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