– No aguanto esto-espeto Peter-. No entiendo por que tengo que estar aqui.

La mayoria de los clientes de Jordan iniciaban su estancia en la prision silenciosos y aterrorizados, para muy pronto dar paso a la ira y la indignacion. Sin embargo, en aquel momento Peter hablaba como cualquier otro muchacho normal de su edad, como Thomas lo habia hecho cuando parecia que el mundo girase a su alrededor y Jordan simplemente daba la casualidad de que vivia en el mismo mundo que el. Sin embargo, el abogado triunfo sobre el padre que habia en Jordan, y comenzo a preguntarse si era posible que Peter Houghton no supiera por que estaba en la carcel. Jordan era el primero en reconocer que las defensas basadas en alegaciones de demencia raramente salian bien y estaban en exceso sobrevaloradas, pero tal vez el caso de Peter fuera ese en realidad, y por tanto la clave para asegurarle la absolucion.

– ?Que quieres decir?-le insto a explicarse.

– Son ellos los que me hicieron dano a mi, y ahora me toca cargar con el castigo.

Jordan se recosto en el asiento y se cruzo de brazos. Peter no sentia remordimiento por lo que habia hecho, eso estaba claro. En realidad, el se consideraba la victima.

Y esto era lo mas sorprendente de ser abogado defensor: a Jordan no le importaba. En su linea de trabajo no habia lugar para los sentimientos personales. Habia trabajado con la escoria de la sociedad, con asesinos y violadores que fantaseaban creyendose martires. Su trabajo no consistia en creerles o no, ni en juzgarlos. Simplemente, tenia que hacer y decir todo aquello que contribuyera a liberarlos. A pesar de lo que acababa de decirle a Peter, el no era un clerigo, ni un psiquiatra, ni un amigo para su cliente. El no era nada mas que un asesor politico.

– Bien-dijo Jordan con voz inalterable-, es preciso que entiendas la postura de las autoridades de la prision. Para ellos, eres un asesino.

– Pues entonces son todos unos hipocritas-dijo Peter-. Si vieran una cucaracha, la aplastarian, ?no es verdad?

– ?Es asi como definirias lo sucedido en el instituto?

Peter desvio la mirada.

– ?Sabe que no me dejan leer revistas?-dijo-. Ni siquiera puedo salir al patio exterior como los demas.

– No estoy aqui para que me des cuenta de tus quejas.

– ?Para que esta aqui?

– Para ayudarte a salir-dijo Jordan-. Y si quieres que eso suceda, tienes que hablar conmigo.

Peter se cruzo de brazos y paso la vista de la camisa de Jordan a su corbata y a sus lustrosos zapatos negros.

– ?Por que? En realidad le importo un carajo.

Jordan se levanto y guardo la libreta de notas en el maletin.

– ?Sabes una cosa?, tienes razon. En realidad me importas un carajo. Lo unico que intento es hacer mi trabajo, porque, a diferencia de a ti, a mi el Estado no me va a pagar el alojamiento ni la comida todo el resto de mi vida.

Dio un paso en direccion a la puerta, pero lo retuvo el sonido de la voz de Peter.

– ?Por que a todo el mundo le afecta tanto que esos imbeciles esten muertos?

Jordan se volvio lentamente, tomando buena nota de que la amabilidad no habia servido de mucho con Peter; ni tampoco la voz de la autoridad. Lo unico que lo habia hecho reaccionar habia sido la pura y simple rabia.

– Lo que quiero decir es que todo el mundo les llora…y eran unos imbeciles. Ahora todos dicen que les he arruinado la vida, pero a nadie parecia importarle cuando era mi vida la que estaban arruinando.

Jordan se sento en el borde de la mesa.

– ?Como te arruinaban la vida?

– ?Por donde quiere que empiece?-replico Peter con amargura-. ?Por el jardin de infantes, cuando la maestra nos traia el desayuno, y alguno de ellos me apartaba la silla para que me cayera al suelo y los demas se partieran de risa? ?O en segundo curso, cuando me metian la cabeza en el inodoro y tiraban de la cadena una y otra vez, porque sabian que podian hacerlo sin que les dijeran nada? ?O aquella vez que me dieron una paliza cuando volvia a casa del colegio y tuvieron que darme puntos?

Jordan tomo la libreta y anoto: PUNTOS.

– ?A quienes te refieres cuando dices ellos?

– A un monton de chicos-dijo Peter.

«?Esos a los que querias matar?», penso Jordan, pero no lo pregunto.

– ?Por que crees que la tomaban contigo?

– ?Porque son unos imbeciles? Yo que se. Son como una jauria de perros. Tienen que hacer que otro se sienta una mierda para poder sentirse ellos bien.

– ?Que hacias tu para intentar cambiar las cosas?

Peter resoplo.

– Por si no se ha dado cuenta, Sterling no es precisamente una metropolis. Aqui todo el mundo se conoce. En el instituto te acabas encontrando a los mismos chicos que te encontrabas en los columpios del patio cuando ibas a preescolar.

– ?Y no podias apartarte de su camino?

– Yo tenia que ir al colegio-dijo Peter-. Le sorprenderia lo pequeno que es un instituto cuando pasas alli dentro ocho horas al dia.

– Entonces, ?se metian contigo tambien fuera de la escuela?

– Cuando me encontraban-dijo Peter-. Si estaba solo.

– ?Te hostigaban?-le pregunto Jordan-. Me refiero a llamadas telefonicas, cartas, amenazas…

– Si, a traves de la computadora-dijo Peter-. Me mandaban mensajes instantaneos, diciendome que no era nadie, cosas asi. Interceptaron un correo electronico que yo habia mandado y lo reenviaron a todo el instituto… burlandose…-Miro hacia otro lado y guardo silencio.

– ?Por que?

– Era…-Sacudio la cabeza en senal de negacion-. No quiero hablar de eso.

Jordan anoto algo en la libreta.

– ?Le contaste alguna vez a alguien lo que pasaba? ?A tus padres? ?A los profesores?

– A nadie le importaba una mierda-dijo Peter-. Te dicen que no hagas caso. Te dicen que estaran vigilando para que no vuelva a suceder, pero luego no vigilaban.-Fue hasta la ventana y coloco las palmas de las manos contra el cristal-. En primer curso habia una chica que tenia esa cosa, esa enfermedad que se te sale la columna por fuera del cuerpo…

– ?Espina bifida?

– Eso. Iba en silla de ruedas y no podia levantarse ni hacer nada, y antes de que entrara en clase, el profesor nos dijo que teniamos que tratarla como si fuera como el resto de nosotros. Pero no era como el resto de nosotros, y todos lo sabiamos, y ella lo sabia. ?Teniamos que mentirle a la cara, entonces?-Peter sacudio la cabeza-. Todo el mundo dice que esta muy bien ser diferente, y se supone que Estados Unidos tiene que ser esa mezcla de todo, pero eso ?que cuernos significa? Si tiene que ser una mezcla de todo, entonces es que todo el mundo tiene que acabar siendo igual, ?no?

Jordan se sorprendio pensando en su hijo Thomas, en su adaptacion a la escuela secundaria. Ellos se habian trasladado de Bainbridge a Salem Falls, donde habia una poblacion escolar lo bastante reducida como para que las camarillas hubieran desarrollado ya sus gruesas paredes celulares a prueba de intrusos. Durante un tiempo, Thomas se convirtio en un camaleon. Cuando volvia del instituto se refugiaba en su habitacion, y salia de alli convertido en jugador de futbol, en actor o en loco por las mates. Tardo varias mudas de su piel de adolescente en encontrar un grupo de amigos que le dejara ser la persona que el era. A partir de entonces, el resto del paso de Thomas por la ensenanza secundaria fue bastante tranquilo. Pero ?y si no hubiera encontrado a aquel grupo de amigos? ?Y si hubiera seguido desprendiendose de capas de si mismo hasta quedarse sin nada dentro?

Como si le hubiera leido el pensamiento, Peter se quedo mirandolo fijamente:

– ?Tiene hijos?

Jordan no hablaba de su vida personal con los clientes. Su relacion con ellos se reducia a los limites de los tribunales, y nada mas. En las contadas ocasiones en que, durante su carrera, habia roto esta regla no escrita, habia estado a punto de hundirse, tanto personal como profesionalmente. Sin embargo, miro a Peter a los ojos y dijo:

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