victima, una disculpa.

Aquel dia tenia a una chica delante que no era mucho mayor que Josie. Llevaba una campera Nascar y una minifalda negra plisada, era rubia y tenia acne. Alex habia visto chicas como aquella merodeando por los estacionamientos despues de la hora de cierre nocturna de los comercios del Mall de New Hampshire, dando giros de trescientos sesenta grados en el interior de los I-Rocs de sus novios. Se pregunto como se habria criado aquella jovencita de haber tenido una jueza por madre. Se pregunto si en algun momento de su infancia aquella chica habia jugado con munecos de peluche bajo la mesa de la cocina, o si leia libros tapada con las sabanas hasta la cabeza y con una linterna cuando los demas la creian dormida. A Alex nunca dejaba de asombrarla el hecho de que, apenas con el roce de una mano, el camino de la vida de una persona pudiera tomar un derrotero por completo diferente.

La joven estaba acusada de aceptar mercancia robada: un collar de oro de quinientos dolares que le habia regalado su novio. Alex la contemplaba desde lo alto del estrado. Algun motivo habia para que un caso como aquel hubiera llegado hasta la sala de justicia, y no era un motivo que tuviera que ver con la logistica procesal, sino mas bien con la intimidacion por parte de terceros.

– ?Estas renunciando a tus derechos de forma consciente, voluntaria y sabiendo lo que haces? ?Comprendes perfectamente que declarandote culpable estas reconociendo la veracidad de la acusacion?

La chica pestaneo.

– Yo no sabia que fuera robado. Creia que era un regalo de Hap.

– Si lees lo que dice la denuncia, veras que se te acusa de haber aceptado el collar, sabiendo que era robado. Si no sabias que era robado, tienes derecho a ir a juicio. Tienes derecho a preparar una defensa. Tienes derecho a exigirme que te asigne un abogado para que te represente, porque estas acusada de un delito clasificado A, y ello supone que puedes recibir una condena de hasta un ano de carcel y se te puede aplicar una multa de hasta dos mil dolares. Tienes derecho a que la acusacion demuestre que eres culpable mas alla de toda duda razonable. Tienes derecho a ver, oir y preguntar a todos los testigos que declaren en tu contra. Tienes derecho a pedirme que presente cualquier prueba y que cite a declarar a cualquier testigo a tu favor. Tienes derecho a recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo, o ante el Tribunal Superior de Justicia para que se repita un juicio con jurado de novo si yo hubiera cometido algun error de ley o si tu no estas de acuerdo con mi decision. Declarandote culpable, renuncias a estos derechos.

La chica trago saliva.

– Bueno-insistio-, pero es que lo empene.

– Ese no es el fundamento de la acusacion-le explico Alex-. De lo que se te acusa es de haber aceptado el collar aun despues de saber que era robado.

– Pero yo quiero declararme culpable-dijo la chica.

– Estas diciendome que no hiciste lo que la acusacion dice que hiciste, por tanto no puedes declararte culpable de algo que no has hecho.

Una mujer se levanto en el fondo de la sala. Parecia una mala copia de la acusada.

– Yo ya le dije que se declarara no culpable-dijo la madre de la joven-. Es lo que pensaba hacer cuando venia hoy hacia aqui, pero luego el fiscal le dijo que saldria ganando si decia que era culpable.

El fiscal dio un salto de la silla como un muneco de resorte.

– Yo en ningun momento le he dicho eso, Su Senoria. Lo que yo le he dicho es que si se declaraba culpable, tenia la decision en sus manos, simple y llanamente. Y que si en lugar de eso se declaraba no culpable e iba a juicio, entonces la decision del caso ya no estaba en sus manos, sino que seria Su Senoria la que optaria por lo que considerara oportuno.

Alex trato de ponerse en el lugar de aquella chica, totalmente abrumada por la gigantesca mole del sistema juridico, incapaz de hablar su lenguaje. Al mirar al fiscal debia de ver un concurso de la tele. «?Te quedas con el dinero? ?O prefieres ver lo que hay detras de la Puerta Numero Uno, que puede ser un descapotable, pero tambien un pollo?»

La chica habia escogido el dinero.

Alex le hizo una senal al fiscal para que se acercara al estrado.

– ?Tiene alguna prueba, de acuerdo con su investigacion, de que ella supiera que era robado?

– Si, Su Senoria.

Saco el informe policial y se lo entrego. Alex lo examino. Teniendo en cuenta lo que les habia dicho a los agentes y lo que ellos habian dejado consignado, era imposible que ella no supiera que el collar era robado.

Alex se volvio hacia la joven.

– Segun los hechos recogidos en el informe policial, contrastados con las pruebas, considero que ha lugar a tu declaracion. Hay base suficiente para refrendar el hecho de que sabias que el collar era robado y que lo aceptaste de todos modos.

– Yo no…no la entiendo-dijo la chica.

– Significa que acepto tu declaracion de culpabilidad, si es que sigues manteniendola. Pero-anadio Alex- primero tienes que decirme que eres culpable.

Alex vio como a la chica se le crispaba la expresion y le temblaban los labios.

– Esta bien-dijo en un susurro-, lo soy.

Era uno de esos dias de otono de una belleza increible, de esos en que vas al colegio por la manana arrastrandote por la acera porque no puedes creer que tengas que perder ocho horas ahi dentro. Josie estaba sentada en clase de matematicas, contemplando el azul del cielo: «ceruleo», una palabra que habian aprendido en repaso de vocabulario aquella semana, y con solo decirla, a Josie le parecio como si la boca se le llenara de cristales de hielo. Podia oir a los alumnos de septimo jugando al juego del panuelo en el patio, durante la clase de gimnasia, y el zumbido del cortacesped al pasar el cuidador bajo su ventana. Le tiraron un papel que fue a caerle en el regazo. Josie lo desdoblo, y leyo la nota de Peter.

?Por que tenemos siempre que calcular lo que vale la x? ???Por que no lo hace ella misma y nos ahorra la TORTURA???

Se volvio y lo miro con media sonrisa. A ella en realidad le gustaban las mates. Le encantaba el hecho de saber que, si se esforzaba de verdad, al final siempre habia una respuesta que lo explicaba todo.

Si ella no encajaba con la masa de la escuela era por ser una estudiante de sobresalientes. El caso de Peter era diferente, el sacaba notables y suficientes, y una vez un insuficiente. El tampoco encajaba, pero no porque fuera mas inteligente que la media, sino porque era Peter.

En una hipotetica clasificacion que midiese la popularidad y la impopularidad de la clase, Josie sabia que ella aun hubiera estado por encima de unos cuantos. A veces se preguntaba si se juntaba con Peter porque le gustaba su compania, o porque asi se sentia mejor consigo misma.

Mientras la clase estaba ocupada con la prueba de repaso, la senora Rasmussin navegaba por Internet. Era una broma que se habia extendido por toda la escuela: a ver quien la sorprendia comprandose unas bragas en la tienda online de Gap, o visitando sitios de fans de series de television. Habia un chico que juraba que un dia la habia sorprendido mirando una pagina porno al acercarse a su mesa a hacerle una pregunta.

Josie habia acabado en seguida, como de costumbre, y miro a la senora Rasmussin enfrascada en su computadora…Distinguio lagrimas en las mejillas de la profesora, como cuando una persona no se da cuenta siquiera de que esta llorando.

La mujer se levanto y salio del aula sin decir una palabra, sin advertir siquiera a la clase que permanecieran en silencio durante su ausencia.

Al minuto de salir la profesora, Peter llamo la atencion de Josie dandole una palmada en el hombro.

– ?Que le pasa?

Antes de que ella pudiera contestarle, la senora Rasmussin volvio a entrar en el aula. Tenia la cara blanca como el papel, y los labios tensos y apretados.

– Atencion todos-dijo-. Ha sucedido algo terrible.

En la sala de comunicaciones, donde se habia reunido a los estudiantes de secundaria, el director les explico lo que sabia: dos aviones se habian estrellado contra el World Trade Center. Otro mas acababa de caer sobre el

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