– ?La mujer maltratada?-Selena se encogio de hombros-. Bueno, pues aunque asi fuera, viene al caso.
De improviso, Jordan parpadeo. Se levanto, agarro por los brazos a su mujer y la beso.
– Eres un genio.
– No te lo discutire, pero dime por que.
– El sindrome de la mujer maltratada. Es una figura valida de defensa legal. Las mujeres maltratadas no reaccionan ante un mundo que las aplasta, hasta que al final se sienten tan amenazadas, que contraatacan, y llegan a creer de verdad que actuan en defensa propia, aunque sus maridos esten profundamente dormidos cuando los matan. Eso encaja con Peter Houghton. Le va que ni pintado.
– Lejos de mi intencion quitartelo de la cabeza, Jordan-dijo Selena-, pero Peter no es una mujer, ni esta casado.
– Eso es lo de menos. Se trata de un desorden por estres postraumatico. Cuando una de esas mujeres no puede mas y le pega cuatro tiros a su marido o le corta el pene a rebanadas, no piensa en las consecuencias… sino solo en detener la agresion que sufre. Eso es lo que Peter dice una y otra vez, que lo unico que queria era que parara. Y en este caso es aun mejor, porque no tengo que enfrentarme a la refutacion habitual del fiscal basada en que una mujer adulta es lo bastante mayor como para saber lo que hace cuando toma un cuchillo o un arma de fuego. Peter es un muchacho. Por definicion, no sabe lo que hace.
Los monstruos no surgian de la nada. Una ama de casa no se convertia en una asesina si alguien no lo propiciaba. Su doctor Frankenstein particular era un marido dictatorial. Y, en el caso de Peter, el Instituto Sterling al completo. Los intimidadores hurgaban, pinchaban, herian y zaherian, comportamientos todos ellos tendentes a amilanar y a coartar al otro. Estaba en las manos de sus torturadores que Peter aprendiera a contraatacar.
Sam comenzo a alborotar en su silla. Selena lo levanto de ella y lo alzo en brazos.
– Nadie lo ha hecho antes-dijo-. No existe el sindrome del alumno apabullado.
Jordan tomo la papilla de Sam y rebano los restos con el dedo.
– Ahora ya existe-concluyo, saboreando el ultimo dulzor.
Patrick estaba sentado delante de la computadora de su despacho, a oscuras, moviendo el cursor por el juego creado por Peter Houghton.
Se trataba de elegir un personaje de entre tres chicos: el campeon de los certamenes de ortografia, el genio de las matematicas y el loco por las computadoras. Uno de ellos era pequeno y delgaducho, y tenia acne. Otro llevaba anteojos. El otro era sumamente obeso.
El personaje elegido de entrada no llevaba arma alguna. Habia que pasar por varios espacios de la escuela e ingeniarselas para conseguir alguna. Asi, en la sala de profesores habia vodka, con la que podian hacerse cocteles Molotov. En la sala de calderas habia un bazuca. En el laboratorio de ciencias naturales habia acido corrosivo. En el aula de ingles, libros muy pesados. En la clase de matematicas habia compases que servian de punales y reglas de metal que cortaban como un machete. En la sala de informatica cables, para estrangular. En el taller de marqueteria, sierras electricas. En el aula de labores domesticas habia licuadoras y agujas de tejer. En la clase de bellas artes habia un horno. Podian combinarse diversos materiales para crear armas de asalto multiples: balas incendiarias a partir del bazuca y del vodka; punales con acido mezclando los productos quimicos y los compases; trampas con lazo montadas con los alambres de la sala de informatica y con los libros pesados.
Patrick llevo el cursor a traves de pasillos y escaleras, desde los vestuarios hasta la conserjeria. Mientras giraba por esquinas virtuales, lo asalto la impresion de haber reseguido ya antes aquel mapa. Era la planta baja del Instituto Sterling.
El objetivo del juego era ir eliminando a deportistas, matones y chicos populares. Cada uno de ellos tenia un determinado valor en puntos. Si matabas dos a la vez, obtenias el triple de puntos. De todas formas, a ti tambien te podian herir. Podian aporrearte a traicion, o aplastarte contra una pared, o encerrarte en un casillero.
Si conseguias acumular 100.000 puntos, obtenias un rifle. Al llegar a 500.000, una ametralladora. Si lograbas sobrepasar el millon de puntos, aparecias montado sobre un misil nuclear.
Patrick vio abrirse una puerta virtual. «?No se mueva!», gritaron los altavoces, y acto seguido surgio un peloton de policias con traje de operaciones especiales. Volvio a colocar las manos sobre el teclado, dispuesto a defenderse. Ya habia llegado dos veces a aquella pantalla, y lo habian matado o se habia matado a si mismo, lo que significaba perder el juego.
Esta vez, sin embargo, apunto con destreza la ametralladora virtual y fue abatiendo uno a uno a los policias, en medio de un charco de sangre.
?FELICITACIONES! ?HA VENCIDO EN EL JUEGO DE ESCONDETE Y CHILLA!, leyo en la pantalla. ?VOLVER A EMPEZAR?
Diez dias despues de lo sucedido en el Instituto Sterling, Jordan estaba sentado en su coche en el estacionamiento del tribunal del distrito. Tal como habia imaginado, por todas partes habia furgonetas blancas de los informativos de television, con sus parabolicas orientadas hacia el cielo como girasoles. Tableteaba con los dedos en el volante siguiendo el ritmo del CD de los Wiggles, que cumplia sin ningun esfuerzo su cometido de evitar que Sam empezara un berrinche en el asiento de atras.
Selena se habia colado ya en el edificio sin dejarse intimidar. Los medios de comunicacion no le conocian relacion alguna con el caso. Cuando regreso de nuevo al coche, Jordan tomo el papel que le entrego.
– Estupendo-dijo.
– Nos vemos luego.-Ella se inclino para desabrochar el cinturon de Sam en el asiento trasero del vehiculo mientras Jordan se dirigia hacia el edificio del tribunal. En cuanto lo vio el primer periodista, se produjo una reaccion en cadena, los flashes de las camaras se dispararon como fuegos artificiales; por todas partes aparecian microfonos a su paso, que apartaba con el brazo extendido; consiguio articular: «Sin comentarios», y se apresuro a entrar.
Peter habia sido conducido ya a la celda de detencion de la oficina del sheriff, a la espera de su comparecencia en el tribunal. Cuando acompanaron a Jordan a la celda, estaba paseando en circulo y hablando consigo mismo.
– Asi que hoy es el gran dia-dijo Peter, un poco nervioso y con un leve jadeo.
– Es curioso que digas eso-comento Jordan-. ?Recuerdas para que estamos hoy aqui?
– ?Que es esto? ?Un examen?-replico Peter; Jordan se limito a mirarle-. Para la vista preliminar para determinar si hay causa probable-prosiguio Peter-. Eso fue lo que me dijo la semana pasada.
– Bien. Lo que no te dije es que vamos a renunciar a ella.
– ?Renunciar?-repitio Peter-. ?Y eso que significa?
– Significa que arrojamos las cartas antes de que las repartan-repuso Jordan. Le entrego a Peter la hoja de papel que Selena le habia llevado al coche-. Firma.
Peter movio la cabeza en senal de negacion.
– Quiero otro abogado.
– Cualquiera que sepa lo que se lleva entre manos te dira lo mismo…
– ?Que? ?Rendirse sin ni siquiera haberlo intentado? Usted dijo…
– Te dije que te proporcionaria la mejor defensa posible-le interrumpio Jordan-. Ya existe causa probable para creer que cometiste un crimen, puesto que hay cientos de testigos que aseguran haberte visto disparando aquel dia en el instituto. La cuestion no es si lo hiciste o no, Peter, sino por que lo hiciste. Celebrar hoy una vista preliminar de determinacion de causa probable significaria darles a ellos un monton de tantos de ventaja y quedarnos nosotros a cero. Seria, ademas, darle a la acusacion la oportunidad de dar a conocer las pruebas al publico y a los medios de comunicacion antes de que pudieran oir nuestra version de la historia.-Puso el papel de nuevo delante de Peter-. Firmalo.
Peter lo miraba, furioso. Finalmente tomo el papel que le ofrecia Jordan y un boligrafo.
– Vaya mierda-dijo mientras garabateaba su firma.
– Mas lo seria si no renunciaramos a la vista preliminar.-Jordan agarro el papel y salio de la celda para ir a llevarle la renuncia al escribiente-. Nos veremos ahi dentro.
Cuando llego a la sala de tribunal, estaba hasta arriba de publico. Los periodistas a los que se habia permitido la entrada estaban de pie en la ultima fila, con las camaras en ristre. Jordan busco con la mirada a Selena, que estaba en la tercera fila detras de la mesa de la acusacion, entreteniendo como podia a Sam. «?Como ha ido?», le pregunto ella con un taquigrafico arqueamiento de cejas.