– Para mi-continuo Lacy, como si ellos no hubieran abierto la boca-, fue cuando Dormilon era un cachorro, y me lo encontre subido a la mesa del comedor, con la cabeza metida dentro del pavo.-Acaricio la cabeza del perro-. Ese ano tuvimos que comer sopa el Dia de Accion de Gracias.

Joey dejo con exasperacion la revista sobre la mesita del rincon y suspiro.

Marcia, la ayudante del veterinario, era una mujer con una larga trenza que le llegaba hasta mas abajo de las caderas. Lacy la habia asistido en el parto de sus mellizos, cinco anos atras.

– Hola, Lacy-dijo, acercandose y dandole un abrazo-. ?Todo bien?

Lo malo de lo relacionado con la muerte, como Lacy sabia, era que te priva de las palabras que normalmente son eficaces para tranquilizar.

Marcia fue hasta Dormilon y le acaricio detras de las orejas.

– ?Quieren esperar aqui?

– Si-le dijo Joey a Peter sin sonido, articulando exageradamente con los labios.

– Entraremos todos-afirmo Lacy con firmeza.

Siguieron a Marcia hasta una de las salas de curas y depositaron a Dormilon sobre la mesa de reconocimiento. El animal pateo buscando un asidero, haciendo chasquear las pezunas contra el metal.

– Buen chico-dijo Marcia.

Lewis y los chicos entraron en fila en la sala, colocandose uno tras otro contra la pared, como si se tratara de una rueda de reconocimiento policial. Cuando entro el veterinario blandiendo la aguja hipodermica, se pegaron aun mas a la pared.

– ?Podrian sujetarlo, por favor?-pregunto el veterinario.

Lacy dio un paso al frente, asintiendo con la cabeza, y unio sus brazos a los de Marcia.

– Bueno, Dormilon, has sido un buen combatiente-dijo el veterinario, y a continuacion se volvio hacia los chicos-. No sentira nada.

– ?Que es?-pregunto Lewis, mirando la aguja.

– Una combinacion de productos quimicos que relajan la musculatura e interrumpen la transmision nerviosa. Y sin transmision nerviosa no hay pensamiento, ni sensibilidad, ni movimiento. Es un poco como quedarse dormido.-Busco una vena en la pata del perro, mientras Marcia lo sujetaba con firmeza. El veterinario le inyecto la solucion y acaricio la cabeza del animal.

El perro dio un profundo suspiro y se quedo quieto. Marcia se retiro un paso, dejando a Dormilon entre los brazos de Lacy.

– Nos marchamos un minuto-dijo, y ella y el veterinario salieron de la sala.

Lacy estaba acostumbrada a sostener una nueva vida entre las manos, y no a sentir que la vida se escapaba del cuerpo que tenia entre ellas. Era tan solo otro tipo de transmision: del embarazo al nacimiento, de la infancia a la edad adulta, de la vida a la muerte…Pero habia algo en el hecho de despedirse de la mascota familiar que resultaba mas dificil, como si fuera un poco tonto albergar sentimientos tan fuertes hacia algo que no era humano. Como si admitir que uno amaba a un perro que estaba metiendose siempre entre los pies, y aranando el cuero, y entrando barro en la casa, tanto como a los propios hijos biologicos fuera una idiotez.

Pero aun asi…

Era el mismo perro que habia dejado estoicamente y en silencio que Peter, un nino de tres anos, cabalgara sobre el por el jardin como si fuera un poni. Era el perro que habia alarmado a toda la casa con sus ladridos cuando Joey, entonces un adolescente, se habia quedado dormido en el sofa mientras se preparaba la cena y el horno se habia prendido fuego. Era el perro que se sentaba bajo el escritorio a los pies de Lacy, en pleno invierno mientras ella contestaba el correo electronico, dejandola compartir el calor de su palido y rosado vientre.

Lacy se inclino sobre el cuerpo sin vida del perro y empezo a llorar, al principio en silencio, y luego con ruidosos sollozos que obligaron a Joey a mirar a otro lado y a Lewis a hacer muecas.

– Hagamos algo-oyo decir a Joey, con voz hueca y floja.

Noto una mano en el hombro, y dio por sentado que era la de Lewis, pero era Peter, que empezo a decir:

– Cuando era un cachorro, cuando fuimos a recogerlo de la camada, sus hermanos y hermanas intentaban trepar para salir de la jaula, pero el estaba en lo alto de los escalones, nos miro, se tropezo y se cayo encima de todos.-Lacy levanto la vista hacia el-. Ese es mi mejor recuerdo-dijo Peter.

Lacy siempre se habia considerado afortunada porque le habia tocado en suerte, por asi decir, un nino que no era el tipico chico americano; un nino sensible y emotivo, y que sabia captar de tal modo lo que los demas sentian y pensaban. Solto el cuerpo del perro y abrio los brazos para acoger a Peter en ellos. A diferencia de Joey, que era ya mas alto que ella y tenia mas musculatura que Lewis, a Peter aun podia abarcarlo de un abrazo. Incluso la cuadrada envergadura de sus omoplatos, que se percibian tan facilmente bajo la camiseta de algodon, parecia mas delicada entre sus manos. Tallado aun en bruto y sin acabar, un hombre a la espera de su hombria.

Si se los pudiera mantener asi: conservados en ambar, sin acabar de crecer.

En todos los conciertos y representaciones en los que habia participado en su vida, Josie solo habia contado con uno de sus padres entre el publico. Su madre, cosa que habia que ponerla en su haber, habia reorganizado la agenda de sesiones del tribunal para poder ver a Josie haciendo de placa dental en la obra del colegio sobre higiene bucal, o para oir su solo de cinco notas en la coral de Navidad. Habia tambien otros ninos a cuyas funciones asistia solo uno de sus padres, en los casos en que estos estaban divorciados, por ejemplo, pero Josie era la unica persona del colegio que no conocia a su padre. Cuando era pequena, y toda la clase de segundo curso hacia tarjetas en forma de corbata para el Dia del Padre, ella estaba en un rincon, con otra nina cuyo padre habia muerto prematuramente de cancer, con cuarenta y dos anos.

Con la curiosidad connatural de cualquier nino, al crecer le habia preguntado a su madre sobre la cuestion. Josie queria saber por que sus padres ya no estaban casados; no se habia imaginado siquiera que nunca lo hubieran estado.

– No es un tipo de hombre al que le guste el matrimonio-le dijo Alex, aunque Josie no entendia por que eso implicaba que tampoco fuera el tipo de hombre al que le gustara enviar un regalo por el cumpleanos de su hija, o invitarla una semana a su casa en vacaciones, o incluso llamar para escuchar su voz.

Aquel ano en el colegio tendrian la asignatura de biologia, y Josie estaba nerviosa de antemano por la leccion de genetica. No sabia si su padre tenia los ojos castanos o azules; si tenia el pelo rizado, o pecas, o seis dedos. Su madre habia contestado las preguntas de Josie con un encogimiento de hombros:

– Seguro que en tu clase habra mas de uno que sea adoptado-dijo-. Tu ya sabes el cincuenta por ciento de tu herencia genetica mas que ellos.

Esto era lo que Josie habia ido coligiendo por cosas dichas aqui y alla acerca de su padre:

Su nombre era Logan Rourke. Era profesor de la facultad de derecho a la que habia asistido su madre.

Se le habia puesto el pelo blanco de forma prematura, pero, segun aseguraba su madre, eso no le habia restado atractivo.

Era diez anos mayor que su madre, lo cual significaba que tenia cincuenta.

Tenia los dedos largos y tocaba el piano.

No sabia silbar.

Todo eso no daba para completar una biografia estandar, segun el parecer de Josie, aunque tampoco nadie se habia molestado en confeccionarla.

Estaba sentada con Courtney en el laboratorio de ciencias naturales. Por regla general no solia escoger a Courtney como companera en el laboratorio, no era precisamente una lumbrera, pero no parecia importar mucho. La senora Aracort era la maestra-consejera de las animadoras, y Courtney era una de ellas. Por malos que fueran los trabajos de laboratorio de estas, no se sabia como, se las arreglaban siempre para sacar sobresaliente.

En la mesa de delante, junto a la senora Aracort, habia un cerebro de gato disecado. Olia a formol y parecia el de un gato atropellado en una cuneta. Por si no era suficiente, acababan de volver de la hora del almuerzo. («Esa cosa-habia comentado Courtney con un escalofrio-, va a hacer que me vuelva aun mas bulimica».) Josie intentaba no mirarlo mientras trabajaba en su proyecto para la clase: a cada alumno se le habia proporcionado una computadora portatil Dell con conexion inalambrica a Internet para que navegaran por la Red en busca de ejemplos de investigacion animal humana. Hasta el momento, Josie habia encontrado un estudio sobre primates llevado a cabo por un fabricante de pastillas contra la alergia, por el que se volvia asmaticos a los monos para luego curarlos; y otro estudio concerniente a cachorros y al sindrome de muerte subita infantil.

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