claro y esquematico, con colores y etiquetas hechas con computadora que identificaban cada una de las secciones. El titulo de la parte superior del grafico decia: POPULARIDAD.
– Cuando quieras, Peter-dijo el senor McCabe.
Peter parecia como si fuera a perder el conocimiento de un momento a otro pero, por otra parte, siempre tenia ese aspecto. Desde que Josie trabajaba en la copisteria, volvian a hablar y relacionarse, aunque, siguiendo una norma tacita, solo fuera del ambito escolar. Dentro del instituto era diferente, como una pecera en la que nada de lo que hicieran o dijeran era observado y tenido en cuenta por ninguno de ellos.
Cuando eran pequenos, Peter nunca parecia darse cuenta de si llamaba la atencion. Como cuando le dio por hablar en marciano en el recreo, por ejemplo. Josie suponia que el reverso de la moneda de esa actitud, es decir, su lado positivo, era que Peter no intentaba imitar nunca a nadie, lo cual no era algo que ella pudiera decir de si misma.
Peter se aclaro la garganta.
– Mi grafica es sobre el estatus en este instituto. Mi muestra estadistica esta sacada de los veinticuatro alumnos de esta clase. Aqui se puede ver-continuo, senalando uno de los quesitos del circulo-que algo menos de un tercio de la clase son populares.
En violeta, el color de la popularidad, habia siete quesitos, cada uno de ellos con el nombre de un alumno diferente de la clase. Estaban Matt y Drew, y algunas de las chicas que se sentaban con Josie a la hora del almuerzo. Pero tambien el payaso de la clase estaba incluido en el grupo, advirtio Josie, asi como el chico nuevo, cuya familia se habia trasladado procedente de Washington, D.C.
– Aqui estan los fuera de serie-dijo Peter, y Josie pudo ver los nombres del cerebrin de la clase y de la chica que tocaba la tuba-. El grupo mas amplio es el que yo llamo normal. Y apenas un cinco por ciento son los desclasados.
Todo el mundo se habia quedado mudo. Josie penso que aquel era uno de esos momentos en que podria llamarse a los asesores escolares para que administraran a todos una inyeccion de refuerzo de tolerancia hacia lo diferente. Pudo apreciar como el entrecejo del senor McCabe se arrugaba como una figurita de papel mientras se esforzaba por imaginar como podia reconvertir la presentacion de Peter en una ensenanza asimilable. Vio a Drew y a Matt intercambiar una sonrisa. Y, sobre todo, observaba a Peter, feliz e ignorante como un bendito de haber destapado la caja de los truenos.
El senor McCabe carraspeo.
– Esta bien, Peter, tal vez tu y yo podriamos…
Matt levanto la mano de pronto.
– Senor McCabe, tengo una pregunta.
– Matt…
– No, en serio. Desde aqui no leo esa porcion pequena de la grafica. La de color naranja.
– Oh-dijo Peter-. Eso es un puente. Bueno, una persona que puede encajar en mas de una categoria, o que se relaciona con diferentes tipos de personas. Como Josie.
Se volvio hacia ella con una sonrisa de oreja a oreja, mientras Josie percibia que todas las miradas convergian en su persona, como una lluvia de flechas. Se encogio escondiendose en su pupitre, como una flor nocturna, haciendo que el pelo le cubriera el rostro. Para ser sincera, estaba acostumbrada a que la miraran, como cualquiera que fuera a cualquier sitio con Courtney, pero era diferente que la gente te mirara porque queria ser como tu, a que la gente te mirara porque tu desgracia les hacia subir un peldano.
Como mal menor, todos se acordarian de que hubo un tiempo en que Josie habia sido una desclasada que se relacionaba con Peter. O bien todo el mundo pensaria que a Peter le gustaba, lo cual era aun peor, y el asunto podia traer cola. Un murmullo se extendio por la clase como una descarga electrica. «
Prueba de que hay Dios, sono el timbre.
– Eh, Josie-dijo Drew-, ?asi que eres el Golden Gate?
Josie se puso a recoger los libros para guardarlos en la mochila, pero se le cayeron al suelo y se le desparramaron, abiertos por la mitad.
– Mas bien el puente de Londres-intervino John Eberhard-. Mira como se derrumba.
Para entonces, seguro que alguien de su clase de matematicas le habria contado ya a cualquier otra persona en los pasillos lo que habia sucedido. Josie tendria que aguantar las risas a sus espaldas persiguiendola como la cola de una cometa todo el dia…si no mas tiempo.
Se dio cuenta de que alguien intentaba ayudarla a recoger los libros del suelo, y en seguida, al cabo de un segundo, de que ese alguien era Peter.
– No-dijo Josie, con la mano en alto, a modo de campo de fuerza que detuvo en seco a Peter-. No vuelvas a dirigirme la palabra, ?entendido?
Una vez fuera de la clase, fue recorriendo los pasillos a ciegas hasta llegar al pequeno corredor que conducia al taller de marqueteria. Que ingenua habia sido Josie al pensar que, una vez contabas, estabas ya consolidada. Pero dentro solo existia porque alguien habia trazado una linea en la arena, dejando a todos los demas fuera; y esa linea cambiaba constantemente. Era posible verte de repente, sin haber hecho nada para ello, en el lado malo de la linea.
Lo que Peter no habia incluido en su grafica era lo fragil que era la popularidad. Ahi estaba la ironia: ella no era ningun puente; ella ya lo habia cruzado, y habia pasado al otro lado para formar parte de su grupo. Ya habia excluido a otras personas para estar alli donde con tanta ansia queria estar. ?Por que iban ellos a recibirla de vuelta con los brazos abiertos?
– Eh.
Al oir la voz de Matt, Josie dio un respingo.
– Oye, quiero que sepas…que yo ya no soy amiga suya.
– Bueno, la verdad es que no se ha equivocado en lo que ha dicho.
Josie se quedo mirandolo, pestaneando. Ella misma habia sido testigo de primera mano de la crueldad de Matt. Le habia visto disparar gomas elasticas a estudiantes de ingles como lengua extranjera, que pertenecian a minorias etnicas y que, por tanto, no conocian lo bastante bien el idioma como para denunciarlo a la direccion. Le habia oido llamar Terremoto Ambulante a una chica con sobrepeso. O esconderle el libro de texto de matematicas a un chico muy timido, solo por el placer de verlo ponerse nervioso al creer que lo habia perdido. Todo eso habia sido divertido en su momento porque no se lo habia hecho a Josie. Pero si tu eras el objeto de su humillacion, entonces era como si te hubieran dado una bofetada. Ella habia creido, erroneamente, que si salias con el grupo adecuado obtenias la inmunidad, pero eso habia resultado un chiste. Ellos la iban a rebajar de todos modos, con tal de sentirse mas divertidos, mas excepcionales, diferentes.
Ver a Matt con aquella sonrisa en la cara, como si ella fuese alguien de quien reirse, aun le dolia mas, porque Josie lo habia considerado un amigo. Bueno, para ser sincera, a veces incluso habia deseado que fuera algo mas: cuando le caia el flequillo sobre los ojos y se le dibujaba tan lentamente aquella sonrisa, ella se volvia por completo monosilabica. Pero Matt producia ese efecto en todas, hasta en Courtney, que habia salido con el durante dos semanas en sexto curso.
– Nunca hubiera creido que algo de lo que pudiera decir el marica fuera digno de escuchar. Pero los puentes te llevan de un sitio a otro-dijo Matt-. Y eso es lo que tu haces conmigo.-Tomo la mano de Josie y se la llevo al pecho.
El corazon del chico latia con tal fuerza, que ella podia percibirlo, como si el anhelo de lo que pudiera pasar fuese algo que pudiera abarcarse con la palma de la mano. Ella levanto los ojos hacia el, manteniendolos abiertos mientras el se inclinaba para besarla, para no perderse un solo detalle de aquel inesperado momento. Josie podia notar su sabor a caramelo de canela, de esos que parece que te queman en la boca.
Por fin, cuando Josie se acordo de que tenia que respirar, se separo de Matt. Nunca habia sido tan consciente de cada centimetro de su propia piel; hasta las zonas mas ocultas bajo la camiseta y el sueter habian cobrado vida.
– Por favor-dijo Matt, dando un paso atras.
A ella le entro panico. A lo mejor el acababa de darse cuenta de que habia besado a una chica que hacia apenas cinco minutos era una paria social. O quiza ella habia cometido algun error durante el beso. Porque, que ella supiera, no habia ningun manual que pudieras leer y que te dijera como habia que hacerlo.
– Me parece que no soy muy…buena en esto-balbuceo Josie.